Hamás, una mirada en profundidad al grupo islamista

  • El prestigioso corresponsal de The New York Times, Stephen Farrell, ha estado destinado en los lugares más conflictivos del mundo, como Afganistán e Irak. Los islamistas radicales le han secuestrado dos veces. Ahora publica un libro que analiza a fondo Hamás, el movimiento palestino radical considerado terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, que gobierna la Franja de Gaza.
Hamás acusa a Egipto de matar a 5 palestinos con gas en un túnel de Gaza
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Matt Beynon Rees | GlobalPost

(Jerusalén). Hace cuatro años Stephen Farrell estaba tomando un café en una oficina de cambio de moneda en la calle Salah ud-Din, la principal arteria comercial de Jerusalén Este, cuando entró en el local Beverley Milton-Edwards, especialista en Oriente Medio y Política Islámica. En cuanto la reconoció, Farrell sacó de su mochila una copia de un libro sombre islamistas escrito por la profesora de la Queen's University Belfast, en Irlanda del Norte.

"Su libro me salvó la vida cuando me secuestraron en Irak", le dijo, refiriéndose al breve periodo en que estuvo retenido por una guerrilla en Bagdad en 2004, cuando trabajaba para el diario The Times. El libro le había aportado entonces a Farrell, londinense de nacimiento y ahora corresponsal de The New York Times, la información necesaria para convencer a sus secuestradores de que había estudiado y entendía sus reivindicaciones políticas y culturales.

"Eso es una gran recomendación", le respondió Milton-Edwards. "¿Estaría dispuesto a escribirlo para la portada de mi próximo libro?".En vez de eso, escribió un libro completo con ella. "Hamas: The Islamic Resistance Movement" ("Hamás: Movimiento de Resistencia Islámico"), es para Farrell el producto de una década viviendo y trabajando en Oriente Medio (el pasado septiembre fue secuestrado de nuevo por los talibanes en Afganistán y liberado por comandos británicos).

Sorprendentemente, y dados los ríos de tinta vertidos sobre Hamás, éste es el primer libro que describe ampliamente a esta organización islamista que no ha sido escrito por un autor árabe o israelí. (El corresponsal de GlobalPost Thanassis Cambanis hará lo mismo con otro grupo también poco tratado por los autores occidentales en su libro "A Privilege to Die: Inside Hezbollah's Legions and Their Endless War Against Israel" ("Cuando la muerte es un privilegio: Dentro de la legión de Hezbolá y su interminable guerra contra Israel"), que será publicado en septiembre por Free Press).

Ciertamente, jéste es un momento oportuno para relatar la historia y analizar a Hamás. Este grupo, que surgió en Gaza durante la primera Intifada palestina, ha experimentado una transformación en los últimos años, matando durante la segunda Intifada a más israelíes de lo que nadie se hubiera imaginado en un principio y después dando marcha atrás en su decisión a no participar en las elecciones palestinas.

Hamás ganó finalmente las elecciones parlamentarias en 2006, y en 2007 expulsó del poder en Gaza a su rival Fatah, lo que dio lugar al actual lodazal de la política palestina.

Conozco a Farrell desde que llegó a Oriente Medio para trabajar con The Times tras pasar por Kosovo. Rápidamente adquirió la reputación de ser extremadamente concienzudo. Durante la Intifada, en una visita a la ciudad de Rafah, al sur de Gaza, me encontré con él. No estaba allí para cubrir ninguna noticia en particular. Me dijo que no tenía mucho trabajo, así que se había acercado hasta allí para ver lo que sucedía.

Dado el volumen de historias que se les exige a los corresponsales en Jerusalén y el riesgo que supone viajar a Rafah, iniciativas como ésa eran infrecuentes. "Es muy difícil entender algo de segunda mano", me dice Farrell tomándonos un café en Jerusalén. "Cuando estás en el lugar de los hechos, las cosas son mucho más complejas. Esa es la razón por la que hay que consultar los libros".

Milton-Edwards ha aportado gran parte de la documentación histórica que contribuye a las fascinantes partes del libro dedicadas al islamismo entre los palestinos antes de la fundación de Israel, y el activismo en la década de 1970 de los hombres que más tarde fundarían Hamás. La profesora también participó en buena parte de las investigaciones sobre el terreno, ya que conoce muy bien ese territorio: terminó su doctorado sobre Hamás y la Yihad después de vivir la primera Intifada trabajando como becaria en Jerusalén.

Esa intensa investigación ha aportado algunas de las partes más interesantes del libro, como que el fundador de Hamás, Ahmed Yassin, fue en realidad un maestro y no un líder religioso, aunque se le conozca internacionalmente como el "jeque Yassin", un título honorífico que implica un profundo conocimiento del Islam.

La perspectiva histórica del libro también ofrece unas estadísticas asombrosas: durante los cinco años anteriores a las elecciones de 2006 Hamás mató a 400 israelíes. Esa es una cifra enorme, pero en realidad son tan sólo un par de días de trabajo de los islamistas radicales que operan actualmente en Irak y sobre los que sabemos aún mucho menos.

Escrito en un tono que se acerca más a un estilo académico directo que a un libro de no ficción novelada, el texto no se reduce únicamente a tratar de los aspectos relacionados con la política y la violencia.

Una parte está dedicada a abordar la relación de Hamás con las mujeres, que en general es negativa, particularmente cuando se observa a través de los ojos de líderes cosmopolitas de la generación anterior como Mariam Abu Dugga, que fuma sin parar, no usa un pañuelo en la cabeza y era miembro de la facción Martyr Guevara.

Farrell y Milton-Edwards examinan también el trato que da Hamás a quienes considera colaboradores de Israel, o simplemente no comprometidos con el estilo de vida islámico. Sobra decir que la organización no sale muy bien retratada en este aspecto."No intentamos ocultar la realidad de Hamás", dice Milton-Edwards. "No ignoramos sus actos crueles".

Las divisiones internas más recientes dentro de Hamás se explican también claramente y en detalle, de un modo poco habitual. Los autores analizan además el conflicto aún vivo que separa a los líderes originales del grupo (para nada una pandilla de blandos) y una nueva generación de autoridades militares, especialmente en Gaza, que abogan por que Hamás adopte una línea salafista parecida a la de los islamistas aún más intransigentes que producen los estados del Golfo Pérsico.

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