Hasta la vista, 'Governator' Schwarzenegger

  • El republicano Arnold Schwarzenegger cederá el 20 de enero el Gobierno de California al demócrata Jerry Brown con el estado en la peor situación económica de su historia. El ex héroe de acción apura sus últimas semanas en el poder decidiendo entre la vuelta al cine o continuar con su carrera política en Washington en pos de un sueño imposible: aspirar a la presidencia de Estados Unidos.
Schwarzenegger se plantea retomar su carrera cinematográfica
Schwarzenegger se plantea retomar su carrera cinematográfica
Roberto Arnaz, Los Ángeles

Llegó al Gobierno de California como la versión hipermusculada del sueño americano. Arnold Alois Schwarzenegger, un inmigrante austriaco de apellido impronunciable, deslenguado, mujeriego y con un acento casi ininteligible consiguió, a golpe de gimnasio, hacerse un hueco primero en Hollywood, y después en la política estadounidense. "No voy a robar el dinero a nadie. Soy millonario, así que tomaré las mejores decisiones para los ciudadanos", aseguró en 2003, poco antes de ocupar su despacho en Sacramento, capital de California. Siete años después la esperanzadora promesa se ha convertido en una pesadilla para los Californianos.

Aunque no ha estado involucrado en ningún escándalo, algo de lo que no pueden presumir sus predecesores en el cargo, el legado de Governator, como cariñosamente se le conoce en el Estado Dorado, no es para sentirse orgulloso. La crisis presupuestaria y el desempleo imperan en la región más poblada y con más peso económico en Estados Unidos. California está al borde de la bancarrota, su deuda supera los 19.000 millones de dólares, el paro se sitúa en el 12,4% (por encima de la media nacional del 9,6%) y tiene los impuestos al consumo más altos del país.

Republicano 'light'

Recibido como un héroe en su nombramiento, su tasa de aprobación entre los ciudadanos apenas supera ahora el 20%. Pero no todo lo malo que ha sucedido en el estado es culpa del bueno de Arnie. Heredó un plan de pensiones para empleados públicos ideado por su sucesor y también ex gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, que ofrecía la jubilación anticipada con el 100% del salario a los funcionarios mayores de 55 años. Algo insostenible en un territorio con más de 350.000 funcionarios públicos.

Por lo que sí será recordado Schwarzenegger es por su defensa del matrimonio homosexual, por su apoyo a la legalización de la marihuana–durante su mandato se abrieron más dispensarios de venta para uso médico que cafeterías Starbucks– y por convertir California en un lugar más habitable. El ex Mister Universo ha dedicado sus dos legislaturas en el poder a combatir la polución de uno de los estados más insalubres del país, que cuenta con casi un coche por cada uno de sus 38 millones de habitantes.

Defensor del medio ambiente

Tras su salida de Sacramento, Governator se plantea continuar su lucha medioambiental en Washington, incluso hay analistas que aseguran que, a pesar de ser republicano, podría aceptar un cargo dentro del gabinete del presidente Barack Obama. "Es necesario que hagamos entender a los políticos de la capital lo que está sucediendo. Son débiles y no tienen agallas", afirma el protagonista de 'Terminator', quien culpa a las compañías petroleras de estar "invirtiendo dinero para empeorar la vida de los ciudadanos, para amenazar y para evitar nuevas políticas ambientales en el Congreso".

Schwarzenegger prepara su desembarco en Washington a través de la página web Join Arnold, en la que relata cuales son sus próximos proyectos medioambientales como Paremos la Energía Sucia, que propició el reencuentro con su amigo y también paladín del ecologismo James Cameron. Juntos han conseguido evitar que se aprobase en California la Proposición 23, impulsada por dos compañías petroleras de Texas que pretendían suspender las leyes de protección medioambiental del estado hasta que el desempleo se situase por debajo del 5,5%. Eso también quedará en la hoja de servicio del ya casi ex gobernador.

No hace ascos a Hollywood

Sin embargo, Arnie tampoco se olvida del cine. Tras su cameo de poco más de un minuto en 'The Expendables', parece que ha recuperado las ganas de volver a gran pantalla y podría compaginarlas regreso con la política. "Todo dependerá de si llega un buen guión", ha reconocido el actor en su Twitter, aunque dudaba que, a sus 63 años, aún tenga "la paciencia necesaria para pasarme seis meses al año fuera de casa". Aunque no pueda ser de la mano de Cameron, embarcado en la conversión de Titanic al formato 3D, y la preparación de la segunda y tercera entregas de Avatar, previstas para 2014 y 2015, no le faltarán ofertas en Hollywood.

Quizá algún director le ofrezca en el cine el papel que está deseando interpretar en la vida real, el de presidente de los Estados Unidos. A pesar de estar casado con Maria Shriver, sobrina del ex presidente John F. Kennedy, su condición de no nacido en territorio estadounidense le impedirá convertirse en rival de Barack Obama en las elecciones de 2012 y en el segundo actor en llegar a la Casa Blanca, tras Ronald Reagan.

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