Honduras o el miedo a una nueva Venezuela

  • Un ciudadano del país y especialista en Gobierno y Administración Pública por el Instituto Ortega y Gasset de Madrid analiza desde un punto de vista personal lo que ocurre dentro de la nación
El derrocamiento de Zelaya ha polarizado a la sociedad hondureña. En la imagen, partidarios del antiguo mandatario | EFE
El derrocamiento de Zelaya ha polarizado a la sociedad hondureña. En la imagen, partidarios del antiguo mandatario | EFE
Lester Ramírez, Tegucigalpa (Honduras)
Lester Ramírez, Tegucigalpa (Honduras)

Con animo de explicar la heterogeneidad del problema hondureño, les explico un poco de la versión de los hechos de una persona que por 3 años viene estudiando el arte de la política (y posiblemente nunca lo dejará) y quebrándose la cabeza preguntándose,¿por qué mi país es como es?

La sociedad hondureña ya venia polarizada desde antes del "e;golpe"e;, destitución"e;, "e;remoción"e; o cómo la gente en mi país lo quiera llamar. La sociedad poco a poco se ha ido fragmentando bajo el auspicio de los medios de comunicación y la propaganda gubernamental. Este tema de la consulta ciudadana para considerar modificar/rehacer la Constitución y/o para formar una Asamblea Constituyente qué por muy democrático que pueda sonar al oído de un demócrata o una persona cansada de las desigualdades políticas y sociales de mi país, también tenia sus escépticos.

Muchos en realidad. Muchos que no sólo responden a los niveles más altos, pero que están cómodos con las cosas y con el sistema político actual, y que mejor esperan que las transformaciones se vayan haciendo gradual y posiblemente en las elecciones del próximo noviembre de 2009. Obviamente tienen razón. Las pretensiones de Mel Zelaya eran muy inciertas y poco coherentes.

El gobierno de Manuel Zelaya desde su inicio ha estado marcado por la improvisación, mala gestión pública, clientelización de programas sociales y un constante antagonismo con las élites económicas hondureñas (sobre todo con los dueños de los medios de comunicación masivos). Todo esto ha producido unos de los peores gobiernos desde la supuesta transición a la democracia hace 29 años.

Honduras, con sus 7 millones y algo de habitantes, es característicamente conservadora. Es decir, la sociedad tiende a preferir cambios paulatinos porqué en gran parte es lo único que se conoce. Sumado a esto, tenemos el endoctrinamiento de la Guerra Fría y de los tiempos que Big Brother ponía y quitaba gobiernos (acordémonos que gracias a nosotros, existe el término República bananera. La verdad es que nuestras dictaduras han sido muy light en comparación con otras; de la misma manera, nuestra transición democrática también ha sido light. Es decir, poco a poco se ha ido abriendo y agregando nuevas conquistas y libertades democráticas.

Tolerancia con cierto control

De esta manera, posiblemente como no sufrimos los vejámenes de dictadores crueles y déspotas, y el hecho que nos sentimos cómodos con cierta censura en nuestras vidas políticas y sociales, algunos sectores sociales ven bien los cambios que se están suscitando en Honduras. Lo ven como una lección; qué no se puede venir con ideas copiadas de personajes que viven revoluciones populares, pero revoluciones desde arriba en vez de abajo. Y eso no puede pasar en la democracia a la hondureña.

La reelección de un presidente en Honduras es un sacrilegio. Pueden robar, engañar, manipular, dirigir, mediar, gestionar pero no pueden reelegirse. Y esa fue la gota que colmó el vaso…Era el gran temor a que el Sr. Zelaya construyera se pequeña Venezuela, sin petróleo, pero con una basta red de clientelas.

Clientelas, que podrían hacer un frente al establecimiento. Clientelas que implicaría incrementar el gasto público, clientelas que se confrontarían con los poderes oligárquicos. Clientelas que significaría un cambio de poder,pero con los mismos vicios y deficiencias qué las actuales. Pues sin duda alguna, esto es lo que ha estado sucediendo en mi Honduras. La lucha de poder en un país pequeño, centralista, relativamente homogeneo en términos idiosincráticos y más preocupado en encontrar la manera de sobrevivir individualmente que colectivamente.

Espero que tengan una mejor comprensión de la situación, porque yo no la tengo. Golpe de Estado o simple destitución por violación constante del mandato constitucional, no lo sé. Porque quien hace la Ley hace la trampa… Simple sé que es una lucha de poder, y ya se sabe quien fue el ganador, mientras el pueblo es el gran perdedor.

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