Jennifer Robinson, la mujer que defiende a Assange de otras mujeres

  • A Julian Assange le acompañan un par de sombras en sus comparecencias ante los tribunales en Londres. Una de esas estelas pertenece a una mujer especializada en derechos humanos y libertad de expresión que le defiende de unas acusaciones que poco o nada tienen que ver con eso: presuntos delitos sexuales. Pero Wikileaks asegura que sí.

El abogado de Assange pide a la fiscal sueca que acuda a declarar a Londres
El abogado de Assange pide a la fiscal sueca que acuda a declarar a Londres
Efe

Concisa, clara y midiendo mucho las palabras. Así se ha mostrado Jennifer Robinson en las escasas entrevistas que ha concedido desde que trabaja para Julian Assange. Esta joven abogada australiana defiende al fundador de WikiLeaks y su causa desde el equipo que le representa ante los tribunales británicos.

Es una de las personas que más cerca ha estado de él en los últimos meses desde la detención de Assange en diciembre de 2010. Sabía dónde se escondía cuando tendieron sobre él una orden de búsqueda internacional el pasado diciembre, aunque ella argumentó en una entrevista con Democracy Now que Assange no se estaba escondiendo de la Interpol: "está genuinamente preocupado por su seguridad tras numerosas llamadas públicas para asesinarle".

"Jen", como gustan de llamarla en el bufete de abogados de Mark Stephens (el principal defensor de Assange actualmente), se muestra firme y confiada ante los medios de comunicación. Es un ámbito que controla como buena especialista en derecho de los medios y defensora de varios periodistas. Incluso es colaboradora habitual en la BBC, la CNN, la ABC australiana y la estadounidense, según su ficha de presentación en la web del bufete.

Pero curiosamente también es experta no solo en leyes internacionales (incluso sabe indonesio y malayo) sino en derechos humanos y libertad de expresión, igual que los otros dos abogados que conforman el triplete de defensores de Assange en el Reino Unido.

Y éste no es un dato menor, pues al fundador de WikiLeaks se le acusa de cuatro presuntos delitos sexuales (incluyendo una violación) cometidos contra dos mujeres en Suecia. Por eso le están juzgando. Pero tanto la organización de las filtraciones como los abogados que defienden a su fundador creen que hay gato encerrado.

Defensora acérrima de Assange

Robinson ha subrayado que el fundador de WikiLeaks se ofreció en un primer momento a comparecer ante las autoridades suecas sin obtener respuesta (al menos no positiva). WikiLeaks ha desvelado miles de documentos secretos o confidenciales de EEUU, pero Robinson niega tener cualquier acceso a ellos más allá de los que han salido a la luz. Asegura que solo asesora a Julian Assange en "asuntos legales externos" a la organización.

Aún así, está convencida -o eso dice- de que EEUU tiene que estar detrás de la persecución policial de Assange a nivel internacional, porque una orden de arresto internacional –argumenta- no se ejecuta por acusaciones de delitos sexuales.

La mujer que defiende a Assange de las denuncias de otras mujeres está convencida de que le está defendiendo de los presuntos abusos de Estados Unidos, donde teme que acabe si le extraditan a Suecia.

Todo el equipo legal del fundador de WikiLeaks argumenta que ese es el fin último de este caso y han aventurado que podría acabar en la prisión de Guantánamo donde aún siguen varios presuntos miembros de Al Qaeda sin haber pasado por un juicio. Incluso, si le juzgasen bajo la Ley de Espionaje estadounidense –como ya adelantamos en lainformacion.com- tampoco quedaría descartada la pena de muerte. Aunque con la opinión pública de todo el planeta siguiendo el caso es altamente improbable.

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