Joel González, oro olímpico, abre la puerta a entrenarse en el extranjero

  • Ante la inestabilidad de las becas deportivas y el poco apoyo por parte de los patrocinadores, el español Joel González, oro olímpico en Londres y doble campeón mundial de taekwondo, abre la puerta a entrenarse en el extranjero, con el objetivo de "volver a ser el mejor" en los Juegos de 2016.

Víctor Martí

Barcelona, 1 oct.- Ante la inestabilidad de las becas deportivas y el poco apoyo por parte de los patrocinadores, el español Joel González, oro olímpico en Londres y doble campeón mundial de taekwondo, abre la puerta a entrenarse en el extranjero, con el objetivo de "volver a ser el mejor" en los Juegos de 2016.

González (Figueras, Gerona, 1989) reconoce, en una entrevista a EFE, que con "pocos recursos" es muy complicado poder mantenerse al mismo nivel que sus rivales y, como muchos españoles de su generación, no descarta emigrar a otro país para mejorar su situación.

"Con menos dinero no puedes salir a competir fuera de España. Al final haces dos competiciones al año, en lugar de ocho, y eso repercute negativamente. Por suerte las becas aún se mantienen hasta 2014, pero a partir de esa fecha ¿qué? -se pregunta- Espero que las empresas privadas me apoyen, porque sino será difícil".

Lejos parece quedar ese oro "increíble" ante el coreano Lee Daehoon en los Juegos Olímpicos de Londres que le sirvió para cerrar un ciclo de victorias en todos los niveles, después de convertirse campeón mundial en Copenhague 2009 y Gyeongju 2011, y de conquistar los campeonatos europeos de San Petersburgo 2009 y Manchester 2012.

"La medalla que gané hace más de un año en Londres ha ayudado a que se me reconozca más, pero queda mucho camino, aún queda mucho", resalta.

Un año y tres meses después de tocar la gloria, el catalán ya ha pasado página de su eliminación en los cuartos de final del mundial que este verano se disputó en Puebla (México) y se centra en seguir recuperándose de su lesión.

"La lesión que me hice la llevo mucho mejor. Me han dicho que en noviembre ya podré empezar a utilizar el pie para dar patadas y eso es muy importante para mí", confirma.

Pero lo que más le preocupa no son las molestias físicas. Y es que ante el "ilusionante reto" de colgarse su segundo oro en Río de Janeiro, el gerundense busca "volver a competir contra los mejores" del mundo, algo que, a día de hoy, parece complicado.

"Es muy difícil mantener tu nivel, si no puedes entrenar con la calidad deseada. Si cuando entrenas, tienes en la cabeza que no puedes llegar a final de mes y que no puedes ir a un campeonato muy importante por falta de recursos, se hace complicado", relata.

Sin embargo, Joel -siempre con una sonrisa- espera que la situación mejore en los próximos meses y cerrar acuerdos de patrocinio con empresas privadas.

"Estoy preocupado, pero tengo la ilusión de que las empresas puedan apoyarme y a ver si, muy poco a poco, puedo mejorar", puntualiza.

Pese al poco apoyo económico y mediático que despiertan los deportes minoritarios como el taekwondo, cree que las autoridades del deporte español empiezan a cambiar de estrategia: "Creo que se están dando cuenta de que las cosas están saliendo mal. Debemos salir a competir sí o sí, porque sino será imposible mantener el nivel".

Precisamente, el medallista olímpico formó parte de la comitiva de deportistas españoles que viajaron a Buenos Aires para que Madrid organizara los Juegos Olímpicos del año 2020. Según su opinión, el Comité Olímpico Internacional (COI) descartó la capital española por la crisis económica y el hecho que París tenga muchas opciones para ser la sede olímpica en 2024.

"El COI estaba con el miedo en el cuerpo por la situación económica. Tokyo dijo que tenía empresas que les financiarían las instalaciones. Y para ellos, era una apuesta segura al cien por cien", razona.

En este sentido, admite que hubiera sido "impresionante" participar en unas olimpiadas en casa, no solo por el componente emocional, sino también por el apoyo gubernamental que habrían recibido los deportes minoritarios.

Pese a ello, González no pierde la esperanza y, ya sea en su Figueres natal o en el extranjero, tiene, entre ceja y ceja, volver a saborear el dulce sabor del oro.

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