Kobani resiste los choques entre el Estado Islámico y los kurdos

    • Kobani es uno de los tres principales enclaves kurdos del norte de Siria y es objetivo de una ofensiva de los extremistas desde el pasado día 16.
    • El OSDH aseguró que Unidades de Protección del Pueblo Kurdo se enfrentaron a los yihadistas para intentar frenar su avance hacia los barrios del este de Kobani.

Los choques entre el Estado Islámico y los kurdos en Kobani se prolongaron durante la noche
Los choques entre el Estado Islámico y los kurdos en Kobani se prolongaron durante la noche

Los violentos enfrentamientos entre combatientes del extremista Estado Islámico (EI) y fuerzas kurdo sirias por el control de Kobani, situada en el norte de Siria, continuaron durante la pasada noche, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El OSDH aseguró que Unidades de Protección del Pueblo Kurdo se enfrentaron a los yihadistas para intentar frenar su avance hacia los barrios del este de Kobani.

Paralelamente a los enfrentamientos, la aviación de la coalición internacional ha bombardeado a primera hora de esta mañana varias zonas de la ciudad en manos del EI.

El grupo radical controla ya el 40 % de la localidad kurdo siria, fronteriza con Turquía, pese a los ataques de los aviones de combate de la coalición que se han mostrado incapaces hasta ahora de detener el avance de los muyahidines, aseguró ayer el OSDH.

Kobani es uno de los tres principales enclaves kurdos del norte de Siria y es objetivo de una ofensiva de los extremistas desde el pasado día 16.

En este tiempo, la población ha estado rodeada por el EI desde el este, el oeste y el sur, aunque no por el norte, por donde limita con Turquía.Unión de los kurdos

Los ataques del grupo Estado Islámico (EI) han despertado el sentimiento de hermandad entre el pueblo kurdo de Irak, Siria, Turquía e Irán, donde se ha desencadenado una respuesta común de las facciones kurdas contra los combatientes yihadistas.

En los actuales enfrentamientos de la ciudad siria de Kobani, en el norte de Siria, integrantes de las milicias kurdo turcas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) luchan en un frente común con las Unidades de Protección del Pueblo kurdo sirio (YPG) contra los combatientes del EI, e incluso bajo una misma bandera.

Algo similar ocurre también en Irak, donde, junto con el PKK, colaboran las fuerzas kurdas iraquíes o "peshmergas" en los combates para intentar recuperar zonas tomadas por los muyahidines, como el paso fronterizo de Rabia o en el monte Sinyar, en el norte iraquí.

El pasado agosto, las YPG ya levantaron un corredor humanitario en este monte para rescatar a decenas de miles de ciudadanos de la minoría kurda yazidí que huían de los ataques del EI.

Estos apoyos militares entre las diferentes facciones kurdas han surgido como reacción a una ofensiva que, dentro de su comunidad, se ha sentido como un ataque a todo el pueblo kurdo.

"Después del ataque del EI, los kurdos vemos que tenemos que estar unidos, llegar a un punto en común. Es el lado positivo de la guerra", dijo a Efe Oslam, una integrante del PKK, en su campamento en la ciudad kurda iraquí de Majmur.

Lo mismo opina el dirigente del Partido de la Unión Democrática (Siria), Mohama Jalil, que señaló a Efe que esta guerra ha despertado la solidaridad en el pueblo kurdo, que "siente la responsabilidad de defender a la humanidad y los valores de la paz".

Ese sentimiento ha traspasado las fronteras de Oriente Medio y se ha hecho palpable también en Europa, donde se han producido manifestaciones en contra de la actuación de la comunidad internacional al respecto, como en el interior del Parlamento Europeo, en Bruselas, el pasado martes.

"Existe un sentimiento de hermandad entre los kurdos de Siria, Irak, Turquía e Irán, ya que todos sienten pertenecer a la misma tierra", señala el analista de la Fundación Jamestown, Wladimir Van Wilgenburg", que añade, sin embargo, que también existen diferencias políticas.

Esas discrepancias, según Van Wilgenburg se producen debido a que los kurdos están repartidos por cuatro países, "por lo que tienen diferentes intereses", que hacen, por ejemplo, que un país apoye a los kurdos de otro, cuando la comunidad kurda que tiene en su propio Estado es su rival político.

Sobre las consecuencias políticas de este sentimiento de unión que ha brotado como reacción a la agresión de los radicales islámicos y sobre su desarrollo hacia la búsqueda de una hipotética independencia y la formación de un gran Estado kurdo, las respuestas son divergentes.

Unos se muestran optimistas, como Oslam, que asegura que "la meta ahora es alcanzar una comunidad democrática nueva en la que vivir todos juntos".

No obstante, otros, como Van Wilgenburg, creen que hay otras prioridades: "El problema ahora es el EI y no la independencia kurda, como demuestra la actual cooperación del Gobierno autónomo del Kurdistán iraquí con Bagdad".

"Lo principal en estos momentos no es la lucha por ser independientes, sino que nadie saquee nuestras riquezas ni nos ataquen los terroristas", defiende también Jalil.

La dura ofensiva contra el pueblo kurdo sirio de Kobani, junto a la frontera turca ha sido el último ejemplo de solidaridad entre los kurdos y del fortalecimiento de un renovado sentimiento de pertenencia.

Ante el lento pero progresivo avance de los fanáticos combatientes del EI, el presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, pidió el pasado martes a Turquía que facilite la entrada de los "peshmergas" a Kobani desde su territorio para que puedan apoyar a las YPG en la defensa de Kobani, asediada desde el pasado 16 de septiembre.

En este contexto de lucha común por la defensa de su etnia, Jalil siente cómo su comunidad vive un momento clave: "La cuestión ahora para el pueblo kurdo es una: ser o no ser", señala.

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