L'Alpe D'Huez revoluciona el podio y humaniza a Froome

  • Christophe Riblon (Ag2r) alcanzó la gloria con un triunfo en solitario en la cima de L'Alpe D'Huez, en una revolucionaria jornada en la que Chris Froome (Sky) pasó apuros y Alberto Contador conservó la segunda plaza por solo 21 segundos ante el colombiano Nairo Quintana, que ya es tercero en la general.

Carlos de Torres

L'Alpe D'Huez (Francia), 18 jul.- Christophe Riblon (Ag2r) alcanzó la gloria con un triunfo en solitario en la cima de L'Alpe D'Huez, en una revolucionaria jornada en la que Chris Froome (Sky) pasó apuros y Alberto Contador conservó la segunda plaza por solo 21 segundos ante el colombiano Nairo Quintana, que ya es tercero en la general.

Riblon, de 32 años, neutralizó al estadounidense Tejay van Garderen a 2 kilómetros de meta y se lanzó hacia la meta más apetecible del Tour del centenario, donde firmó la primera victoria francesa en la presente edición y sucedió a su compatriota Pierre Rolland, último ganador en 2011.

El veterano corredor galo se adelantó un minuto a Van Garderen y 1.26 al italiano Moreno Moser. Por detrás la carrera venia rota. Chris Froome, en "crisis de glucosa" quedó descolgado del dúo Nairo Quintana-"Purito" Rodríguez y tanto el colombiano como el español se lanzaron a por los puestos del podio.

Quintana cruzó a 2.12 y Purito 3 segundos después, mientras que Froome lo hizo a 3.18. El británico, en su primer día de debilidad, aún se distanció 57 segundos de Contador, que se dejó en meta 4.15 minutos. El madrileño no estuvo entre los grandes en el día "D" y salvó la segunda plaza por 21 segundos.

La decimoctava etapa entre Gap y L'Alpe D'Huez, de 172 kilómetros, fue paradójica respecto al líder, pues Froome demostró que es humano, que también coge "pájaras". Pero en su peor día alejó un poco más a Contador, que le sigue a 5.11.

Además, el británico tuvo la suerte de los campeones, ya que su compañero Richie Porte le suministró un gel energético a 4 de meta, cuando ya se habían largado Quintana y Purito. Avituallamiento ilegal que le costó una penalización de 20 segundos, pero práctico para evitar males mayores.

El ascenso a L'Alpe D'Huez volvió a vivir la locura del ciclismo, el mayor estadio del mundo, con más de 500.000 personas apostadas en sus cunetas a través de sus 13,8 kilómetros de ascenso. Locura extra, pues la etapa incluía dos ascensos a tan mítico puerto.

En el primero de ellos se seleccionó la escapada de 9 hombres que se lanzaron de inicio. Entre todos destacó el americano Van Garderen, quien coronó en solitario y abrió camino hasta la segunda y definitiva subida, la que llevaba a meta. Le faltaron fuerzas y le sobró juventud (24 años) para rematar la faena, pues se hundió a 2.000 metros de la pancarta, cuando Riblon le pasó como un cohete.

Los favoritos empezaron a moverse tras coronar el primer paso por L'Alpe D'Huez. Alberto Contador salió a escena atacando en el temible descenso del Col de Sarenne (2a), una bajada escalofriante donde un error puede ser fatal. Se fue con su compañero Kreuziger, pero en el llano fueron alcanzados por el grupo del líder.

Ya no hubo más Contador. El Movistar entró lanzado entre la marea humana de L'Alpe D'Huez. Los hombres de Eusebio Unzue olían la etapa y el podio de Nairo Quintana. Seleccionaron el grupo, pero apareció Froome a 11 de la cima para eliminar a Kreuziger, el apoyo de Contador.

En una segunda arrancada el jefe del Sky se llevó con él a Quintana y a Purito, y el catalán lanzó un órdago que fue contestado por el colombiano. Guerra entre tres. En plena refriega Froome levantó el brazo pidiendo ayuda. ¿Un pinchazo, una avería?. No, el británico iba desfondado y necesitaba comida urgente. Por allí apareció milagrosamente Porte, que había enlazado de nuevo para arreglar el problema.

Los enemigos de Froome se marcharon por iniciativa de Quintana, incansable en su papel de dinamitero oficial del Tour. La etapa se había esfumado pero ya tenían el podio la joya del Movistar y la quinta plaza el catalán.

"Si hubiésemos colaborado más ahora seríamos segundo y tercero de la general", lamentó Purito. Restan dos etapas en los Alpes y la lucha por las plazas secundarias del podio aún se cotizan al alza. La primera tiene dueño, aunque a veces los ricos también lloran.

El Tour se encamina a la decimonovena etapa, con cinco puertos en un recorrido apto para el espectáculo. El Glandon y La Madeleine al principio y la Croix Fry a 13 de meta serán los jueces.

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