La guerra de los indígenas contra Evo Morales

  • Evo Morales tomó posesión como el primer presidente indígena de Bolivia en enero de 2006. Pero muchos de los que le apoyaron entonces se muestran ahora "decepcionados": "No tendríamos que haberle dado nuestro voto, no a un presidente que está ciego, sordo y mudo para el pueblo indígena".

Movilizaciones en toda Bolivia en respaldo a indígenas y contra Evo Morales
Movilizaciones en toda Bolivia en respaldo a indígenas y contra Evo Morales
María Sorribes Catret

"Ya hemos ganado. Aymaras, quechuas, chiquitanos y guaraníes. Por primera vez somos presidentes". Entre vítores y sollozos, Evo Morales se convertía en diciembre de 2005 en el primer presidente indígena de Bolivia.

La carretera de la discordia

Tras casi cuatro años de Gobierno, su popularidad alcanzó cuotas inigualadas del 80%, recoge EFE. Pero la fascinación pronto dio paso a la desencanto. Ahora sus hermanos se revuelven contra un líder que los ha "decepcionado": "No tendríamos que haberle dado nuestro voto, no a un presidente que está ciego, sordo y mudo para el pueblo indígena", declara a lainformacion.com Mariana Guasania, secretaria de género de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob).

El mandatario atraviesa una de las peores crisis en sus seis años de mandato con centenares de indígenas apostados en La Paz para reclamar sus derechos. Partieron desde Santísima Trinidad hace dos meses y caminaron hasta la capital en una marcha protesta por la decisión oficial de construir una carretera que divide en dos la reserva indígena Isiboro Sécure (Tipnis). Un territorio en el que viven más de 15.000 pobladores indígenas de las tierras bajas.

Los manifestantes defienden el derecho de autogobierno que "no se ha respetado" y que avala precisamente el estandarte esencial del Gobierno del propio Morales: la nueva Constitución boliviana.Según su artículo 30, debe consultarse a las comunidades aborígenes de un territorio antes de emprender cualquier obra de infraestructura.

"No se ha consultado en ningún momento a personas que representan el territorio, el presidente ha declarado haber conseguido la ratificación de 18 representantes para dialogar, pero son traidos por él, no forman parte del territorio Tipnis", ha declarado a los medios locales el presidente de la Subcentral del parque y líder de la marcha, Fernando Vargas. La Cidob también denuncia abusos de los partidarios del Gobierno durante su estancia en La Paz: "Nos golpean y nos llaman mulas o no nos dejan pasar por algunas calles", han declarado los marchantes a los medios locales.

Un decepcionante "Héroe de la Madre Tierra"

Morales, indio aymara, socialista y excultivador de coca se convertía en enero de 2006, al tomar posesión de su cargo, en el rostro de una alianza histórica entre los primeros pobladores y sus gobiernos. Los indígenas, sitemáticamente marginados de la vida social, política y económica del país, pensaron que por fin sus reivindicaciones no iban a caer en saco roto: "Nosotros apostábamos por él, lo dimos todo para que llegara a donde está. Se supone que iba a trabajar con toda comunidad indígena y para ella. No ha sido así", declara Guasanía.

Sus primeros discursos prometieron proteger laPachamama (Tierra Madre) ante una comunidad cansada del "saqueo de su territorio". Hasta tal punto llegó su compromiso que en el año 2009, cuando fue relegido por más del 60% de los votos, la ONU le declaró "Héroe de la Madre Tierra". Un título que para ellos es incoherente con sus acciones en Tipnis: "Vemos que su discurso es uno y la práctica acá es otra. No quiere proteger la tierra. Esa carretera la destruye. No estamos en contra de ella, pero sí de donde quiere hacerse porque hay alternativas. Pero el presidente sólo trabaja para mantener los privilegios de los suyos", sostiene la indígena.

Defendiendo a los cocaleros

Con "suyos" Guasanía señala a las etnias quechua y aymara, a la que pertenece el propio presidente. Las diferencias entre comunidades indígenas también son un punto clave de la revuelta, según la Cidob. Antes de llegar al Gobierno, Evo ejercía como líder sindical de los más de 30.000 cultivadores de coca. "Cuando era presidente de los cocaleros se comprometió a protegerlos siempre. Ahora sólo los escucha a ellos y sólo ellos están cerca de su Gobierno. Son hermanos que están acostumbrados a beneficiarse del dinero que da la coca. Ya no quieren renunciar, no quieren perder su poder", defiende Guasanía.

Los pueblos amazónicos de las tierras bajas, que ahora se manifiestan en La Paz, permanecen aislados de la vida pública pese "a las promesas del presidente de representar las 36 tribus". La propia carretera Tipnis beneficia a la búsqueda de tierras cultivables para estos nativos quechuas y aymaras y divide el territorio de los chimanes, moxeños y yurakarés, sostiene la Cidob.

Un "que me disculpen"insuficiente

Pese a haberse manifestado en más ocasiones desde la decisión de crear la carretera, ahora la tensión ha aumentado por la represión de las Fuerzas Públicas durante el trayecto, que se saldó con detenciones y palizas a los indígenas y el perdón público de Morales. "Que me disculpen", dijo. Con estos episodios, los nativos se han ganado el apoyo de otros sectores como estudiantes y asalariados, que ahora los acompañan en La Paz.

"Yo le pido al pueblo boliviano que nos ayude a defender lo que es patrimonio de todos los bolivianos, de ustedes son también las áreas protegidas, para ustedes también estamos conservando, para que respiren aire puro sus hijos y nuestros hijos", ha gritado desde el micrófono para que continue el apoyo el presidente de la CIDOB, Adolfo Chávez, recogen medios locales.

Para la Cidob no es suficiente: "Queremos que el Gobierno nos escuche de verdad, que dialogue con nosotros en vez de sentarse a hablar con los que le son favorables. Queremos estar representados de verdad en el Gobierno, como él mismo prometió con su "Estado Plurinacional".

Se lamentan de haber esperado "un mesías" en vano: "Nos quejábamos de otros gobiernos que no eran sensibles con la causa indígena y ahora, uno de los nuestros es más duro que todos los demás, nos ha golpeado y machacado en las marchas y no ha hecho nada para parar la violencia contra nosostros. Ya no es el Evo Morales del principio", sostiene Guasanía.

El "gasolinazo" y demasiado azúcarpara algunos

Las marchas no son las únicas razones que han marcado la relación de amor-odio entre los indígenas y su presidente. El odio marcó un punto de inflexión con "el gasolinazo". La primera protesta indígena que los telediarios del mundo tomaron enserio se produjo cuando el presidente intentó quitar los subsidios del hidrocarburo, con la consiguente subida en su precio (de 3,74 a 6,47 bolivianos) a finales de diciembre de 2010.

La medida provocó la explosión de protestas a nivel nacional en las que se llegaron a quemar muñecos del Presidente. "Evo, traidor del pueblo", o "Evo, neoliberal" gritaban, recoge EFE. El descenso de su popularidad y una altísima inflación provocaron que él mismo derogase la subida.

Era demasiado tarde. La derogada medida trajo consigo una ola de inflación y escasez en muchos productos de primera necesidad, que de nuevo originaron violentos disturbios en las ciudades. Tampoco ayudaron al mandatario indigenista los casos de corrupción en su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), como cuando se pilló a uno de sus concejales y una ministra con grandes cantidades de azúcar mientras la gente tenía que hacer cola durante horas y horas para conseguirla, narra la agencia de noticias española.

Pese a todo, el presidente boliviano continúa manteniendo algunos apoyos. Sus aliados entre las confederaciones Sindicales, campesinos e indígenas cocaleros defienden la necesidad de emprender las infraestructuras para desarrollar el país, uno de los más pobres de la región.

Sin embargo, el presidente cimentó desde el principio su discurso en una coordenada étnico-ecológica y gracias a ella llegó al poder. Ahora, sus bases le pasan factura, pues es difícil compaginar un papel de Héroe de la naturaleza con el discurso desarrolista y modernizador del país.

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