"El precio ha subido un 75%"

La vida de una zona en guerra: 20 litros de gasolina al día y sin harina ni dinero

Desde el periódico La Información se compara, a través de dos testigos, la situación actual de dos ciudades (Kiev y Jersón). La primera, la capital, que aún resiste y la segunda -al este- sumida bajo los tanques rusos.

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La vida de una zona en guerra: 20 litros de gasolina al día y sin harina ni dinero.
Wikimedia/ Panoramio

¿Oro o hierro? Este dilema empuja a muchos teóricos de Ciencia Política a acaloradas discusiones acerca de lo que es mejor para un pueblo. Lejos de lo que pudiera parecer, es la segunda opción la que más adeptos aglutina. Así, el hierro te permite no solo defenderte, sino además, atacar. Por otro lado, el oro de poco sirve si no hay un ejército que lo defienda. Y sobre esto último es plenamente consciente Vladimir Putin, que lleva décadas mejorándolo para asestar un gran golpe como el que lleva perpetrando durante estos días en el territorio ucraniano. Frente a ellos se posiciona un país -que pese a haber aumentado su gasto en Defensa en los últimos años- trata de sobrevivir bajo el yugo de la economía de guerra, con muchas ciudades incomunicadas, con problemas de abastecimiento de alimentos y con escasez en el suministro energético

A partir de los testimonios de Vitaly Ausalenko -un joven español que vive en Jersón (una ciudad al oeste de Ucrania) donde trabaja en una empresa que intermedia entre exportadores ucranianos e importadores españoles- y Emilio González, el marido de una mujer ucraniana, podemos conocer el endeble escenario económico que atraviesan hoy diversos puntos geográficos de Ucrania, cuya inactividad azota a la banca, al suministro energético y al comercio. Jersón es una zona estratégica para los rusos porque que se encuentra a medio camino entre Crimea (conquistado en 2014 por los rusos) y Odesa (el gran puerto del sur del país y que conecta con el Mar Negro). Hoy es uno de los territorios que más sufre los efectos perversos del conflicto bélico y, como dicen sus vecinos, "el movimiento económico ha desaparecido".

Por otro lado, Kiev es el gran objetivo de Putin y la caída de la capital supondría el fin de la guerra. Allí, los ciudadanos afirman que "la situación no es fácil. La gente busca refugio en estaciones de metro o en sótanos. Además, no hay cobertura y muchas mujeres han dado a luz en esas condiciones. Se vive con preocupación porque en los supermercados ya no hay agua ni prácticamente alimentos y, además, hay falta de suministros médicos, como la insulina para diabéticos". 

La banca 

"Los bancos no dan dinero", se queja Vitaly. Una de las principales medidas de la banca ha sido contener la inflación y proteger la grivna (moneda oficial del país). Para ello, muchas entidades financieras han dejado, no solo de prestar dinero, sino, además, de entregar efectivo. El objetivo es claro: retirar de la circulación la moneda para evitar que pierda valor. Una decisión que ha provocado que las tarjetas bancarias solo sean válidas en algunos supermercados de la ciudad (aunque estos apenas tienen productos) y que no haya apenas dinero físico con el que comprar en los comercios locales. Los hechos han transcurrido con rapidez. Hace tan solo cinco días, se agolpaban decenas de vecinos en las sucursales de los bancos de Jersón para retirar sus depósitos. Una imagen que es hoy completamente distinta: locales cerrados, como cualquier otro, que suscitan poco interés.

En Kiev, a diferencia de en Jersón, los cajeros sí están operativos. Según cuenta Emilio, "la mayor parte de los ucranianos tienen dólares en casa porque no se fían de la moneda del país y las grandes transacciones -como la compra de un coche o un piso- se hacen con la moneda americana o con el euro".

Ucranianos haciendo cola en una sucursal bancaria de Jersón.

El suministro energético

En Jersón la gasolina escasea. Según cuenta Vitaly, el suministro lo están limitando a 20 litros por ciudadano al día. Una cantidad que creen que se irá reduciendo ya que las reservas se están agotando y deben darle preferencia a los vehículos del ejército y a las ambulancias. La falta de gasolina también está afectando a Rusia. Así, durante estos días, están aterrizando helicópteros cargados de combustible para que los tanques no se queden parados. La escasez de oferta está provocando, por ende, un aumento de los precios y según afirman estos ya son "un 75% mayores que los de antes". En Kiev, la falta de gasolina no es un problema ya que, según cuenta Emilio, "los coches no se están moviendo porque la gente o está en el frente o está ayudando". Además, no hay escasez debido a las reservas que ya tenían y a los nuevos suministros que están llegando desde países de la Unión Europea.

El comercio

Muchos de los establecimientos que se encuentran cerrados en Jersón tienen en su interior estructuras de madera, que están apoyadas sobre las puertas y ventanas, como se observa en un local acristalado de una zona céntrica de la ciudad. Las carreteras y las aceras están vacías. Los restaurantes, gimnasios, bares, museos, tiendas de ropa y hoteles se encuentran cerrados. Las farmacias, en cambio, son los pocos negocios que se mantienen abiertos. Una noticia que es anecdótica ya que la escasez de medicamentos es "total".

Colas en supermercados de Kiev.

Los hospitales están "a tope". Han estado llegando soldados heridos, "la mayoría chavales jóvenes". También "mujeres y niños", que han sido disparados por las fuerzas rusas. Estos centros de salud tienen escasez de recursos y muchas familias se están acercando para llevar medicamentos o comida. Otros civiles han llegado a los hospitales para protegerlos, su función principal es evitar que los depósitos de oxígeno, del que dependen muchos enfermos por Covid, sean dañados.

Supermercados vacíos en Kiev
Supermercados vacíos en Kiev.

L.I.

Son las 8.40 de la mañana en Jersón y ya hay unas decenas de personas esperando en un parking la llegada de la furgoneta que traiga el pan. Vitaly aprovechó ayer sus contactos para comprar harina y macarrones para sus vecinos, pero el distribuidor de confianza que tiene en la ciudad le dio una mala noticia: la mitad de su mercancía la ha entregado al ejército y la otra mitad está en las tiendas de la ciudad. Hoy ha tenido más suerte, "acabo de comprar 100 kilos de harina para hacer pan y que repartiremos a la gente. Mañana me han prometido más harina porque hoy no quedaba". Un escenario parecido al de Kiev, donde todo el comercio está cerrado y se pueden apreciar colas "de hasta cuatro horas" para comprar productos de primera necesidad.

Ciudadanos de Jersón reciben hogazas de pan.

De momento, y según confirman fuentes consultadas por este periódico "los impuestos no se están cobrando ya que en estos momentos la cuestión no es financiar al Estado porque este ya está recibiendo donaciones de los países europeos y, por lo tanto, no tienen nada que comprar". Una realidad que no solo se extiende a las grandes ciudades, sino también a las zonas rurales, "todas las entidades gubernamentales están cerradas por lo que no está habiendo actividad de las agencias estatales".

El profesor de Ciencia Política, Miguel Anxo Bastos, relata algunas medidas que el gobierno de Zelensky podría llevar a cabo para contener la debilidad macroeconómica que está sufriendo el país, "financiarse con préstamos, potenciar las reservas en el exterior, exportar trigo u otras materias primas que estén en territorio controlado por el gobierno ucraniano". Por último, Bastos reitera que la guerra no se está dando en todas las partes del país y que en esas zonas no invadidas se sigue produciendo. 

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