
Los familiares de las víctimas del vuelo Barcelona-Düsseldorf que se estrelló en los Alpes el pasado martes recordaron este jueves a sus fallecidos en una ceremonia en la localidad de Le Vernet, el punto más próximo al lugar de la tragedia al que pueden acceder.
Un centenar de familiares de las víctimas catalanas del accidente aéreo de Germanwings salió a las 8.10 horas de este jueves en un vuelo de Lufthansa desde el Aeropuerto de Barcelona con destino a Marsella (Francia). Desde allí, ocho autobuses con familias de otras nacionalidades partieron a primera hora de la tarde hasta el lugar del suceso.
Una decena de banderas, que representan las nacionalidades de los fallecidos en el avión, presidieron el lugar de la ceremonia, donde unos 250 familiares descubrieron una placa conmemorativa.
Se prevé que sea una estancia corta, de duelo, donde los familiares puedan conocer el lugar donde se accidentó el avión y murieron sus allegados, por lo que podrían volver en poco tiempo. El polideportivo de Seyne-les-Alpes se ha convertido de forma improvisada en una capilla ardiente, a pesar de que los cuerpos serán enviados directamente al anatómico forense de Marsella, que está encargado de la investigación.
Los vecinos de la aldea han ofrecido de manera voluntaria sus casas para que los familiares puedan alojarse, si lo desean, en un gesto de solidaridad. Algunas de las familias de los catalanes fallecidos han preferido quedarse en el hotel Rey Don Jaime de Castelldefels (Barcelona), en el que se alojan, donde siguen recibiendo asistencia psicológica.
La compañía les ha ofrecido viajar a Francia en un futuro para recuperar objetos de sus seres queridos, cuando se encuentren de entre los restos.
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