Lo último contra la pobreza: microseguros en vez de microcréditos en Colombia

  • China e India son los países que más recurren al sistema de los microseguros, aunque Brasil, México y Colombia también están interesados. Los microseguros cubren a 150 millones de personas en el mundo, a las familias con menos recursos y las que más riesgos corren. ¿Es la clave para luchar contra la pobreza?
China e India son los países que más recurren al sistema de los microseguros, aunque Brasil, México y Colombia también están interesados.
China e India son los países que más recurren al sistema de los microseguros, aunque Brasil, México y Colombia también están interesados.
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John Otis, Barranquilla (Colombia) | GlobalPost
John Otis, Barranquilla (Colombia) | GlobalPost

Antes de que un equipo de comerciales de Liberty Mutual llegase a un barrio degradado de Barranquilla para vender seguros, los comerciantes se limitaban a agachar la cabeza y rogar a Dios para que velase por su negocio y les protegiese de los ladrones.

Un barrio en ruinas en donde circulan por la calle carretas tiradas por caballos y el suelo de muchas casas es de barro parece un sitio un poco extraño para ir vendiendo seguros de puerta en puerta. Al fin y al cabo, históricamente las aseguradoras han ignorado a los pobres.

Pero en este caso los comerciales de Liberty ofrecen algo nuevo a las familias con pocos recursos de la ciudad colombiana de Barranquilla: un seguro de salud por 3.000 pesos al mes, menos de dos euros. En caso de una enfermedad grave, los asegurados pueden recibir una indemnización inmediata de unos 1.500 euros.

"Los seguros eran antes demasiado caros", dice el trabajador de la construcción Luis Marmolejo, que ha contratado una póliza con Liberty. "Pero 3.000 pesos es nada".

Estas pólizas de bajo costo, que ofrecen cobertura por muerte accidental, problemas médicos, pérdidas en las cosechas y otros desastres, se conocen en el sector como microseguros. Para los expertos en desarrollo, los microseguros podrían convertirse en una herramienta clave para luchar contra la pobreza, porque las familias sin recursos son las que están más expuestas a riesgos, pero casi nunca están cubiertos para hacerles frente.

"La idea es asegurar a la clase trabajadora y a los pobres", explica Lilian Perea, de la oficina en Bogotá del grupo asegurador RSA. "Esta gente es el grueso de la población, y es la que está menos protegida".

Los microseguros tienen su origen en el éxito de los programas de microcrédito, que según sus promotores han contribuido a sacar de la pobreza a millones de personas al facilitarles préstamos a interés bajo. Uno de los pioneros del sistema de microcréditos, el economista bangladesí Muhammad Yunus, ganó en 2006 el premio Nobel de la Paz.

Pero los créditos no son siempre suficientes.

Michael McCord, que gestionó un programa de microcréditos en África en la década de 1990, asegura que lo que muchos de sus clientes necesitaban realmente era un seguro. La razón es que si se produce un desastre, quienes no tienen un seguro quizás se vean forzados a reducir su ingesta de alimentos, a sacar a sus hijos de la escuela o malvender bienes productivos como tierras y ganado. Y eso les hace aún más pobres.

"Viven en el filo. Un pequeño traspiés financiero les puede abocar de lleno a la pobreza", afirma McCord. "Veía a la gente levantar sus negocios, lograr mayores beneficios gracias a los microcréditos, pero en cuanto había un problema de salud en la familia o una muerte todos esos logros se perdían".

De regreso en EEUU, en el año 2000 McCord fundó The Microinsurance Centre para diseñar pólizas de seguros para los pobres. Al mismo tiempo, compañías aseguradoras comerciales, la Fundación Gates, la Organización Internacional del Trabajo y grupos religiosos comenzaron a difundir los microseguros.

Aún así, no resulta fácil venderlos. A diferencia de los programas de microcréditos, que facilitan a los pobres dinero en metálico instantáneo, los microseguros requieren que hagan un desembolso por algo que quizás no lleguen a utilizar jamás. Muchos clientes potenciales tienen muy poca educación o les confunde el concepto general de seguro; otros se sienten estafados tras haber presentado reclamaciones a las aseguradoras.

Delia Mendoza, que vive en un barrio pobre de Barranquilla, recuerda su experiencia negativa con un seguro de defunción. "Mi suegro se murió y la aseguradora nunca pagó", afirma.

Otro problema es el cobro de las cuotas. Casi la mitad de todos los nuevos asegurados en Colombia cancelan la póliza al cabo de un año porque son incapaces de afrontar siquiera esas bajas cuotas, reconoce Lilian Perea, de RSA. Como consecuencia, algunas compañías se han asociado a empresas de suministros básicos. En Barranquilla, por ejemplo, las cuotas de los microseguros de Liberty se incluyen en el recibo mensual del gas de los clientes.

De momento hay unos 150 millones de personas en todo el mundo cubiertos con microseguros, el doble que hace cinco años, según McCord. China e India son los mayores mercados, pero las ventas también se están multiplicando en Brasil, México y Colombia.

Los seguros de salud son los que más se venden, ya que muchos países ofrecen cobertura médica universal tan sólo en teoría. En algunos hospitales públicos destartalados la gente pobre a menudo termina pagando por todo, desde la comida hasta los antibióticos. Perea asegura que sus comerciales en Colombia están vendiendo unos 60.000 microseguros mensuales, la mayor parte con cobertura de salud.

Según ella, las compañías aseguradoras esperan lograr ganancias vendiendo estas pólizas a gran escala. De momento no están en la misma situación que algunas empresas de microcréditos, muy criticadas en India y en otros países por cobrar altas tasas de interés y aplicar tácticas agresivas para cobrar los préstamos.

Los impulsores de los microseguros dicen que si sus clientes no pueden pagar las cuotas, las pólizas simplemente se cancelan.

La gente pobre encuentra atractivo este planteamiento sin riesgos, y este es el motivo por el que Liberty Mutual en Barranquilla sigue aumentando a diario su cartera de clientes.

Las ventas son aún mayores cuando se sabe que hay familias que han recibido importantes indemnizaciones. Un vendedor de Liberty recuerda que la aseguradora pagó 4.300 euros a la familia de un cliente que murió en una reyerta. Cuando se extendió la noticia, la gente hizo cola en la calle para contratar un microseguro. "Vendí de golpe 20 pólizas", asegura el comercial.

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