Nueva York, 6 jul.- La comunidad de Mount Hally, en Nueva Jersey, rendirá tributo el próximo sábado al fenecido piloto Emilio Carranza, conocido como el Linbergh mexicano, en el aniversario número 82 de su muerte, ocurrida en un accidente aéreo en ese estado.
El 13 de julio de 1928 Carranza regresaba a México en medio de una tempestad, cuando el avión que pilotaba, en un vuelo histórico para promover la paz y buena voluntad entre EE.UU. y México, se estrelló en Mount Hally.
El mexicano fue elegido para hacer el vuelo entre las dos naciones en respuesta al que había hecho un año antes y con el mismo propósito Charles Lindbergh, "a quien había conocido y había tenido una gran influencia" en Carranza, argumentó a Efe el historiador Alwin Arce, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey.
El homenaje a Carranza, que contará con la asistencia del vicecónsul mexicano en Nueva York, Ismael Naveja, y otra representación consular, se ha realizado ininterrumpidamente por 81 años por miembros de la Legión Americana -compuesta por excombatientes de guerra-, quienes pese a no ser latinos, honran al mexicano por sus hazañas, destacó el académico.
"Es importante que la historia de los latinos que se han destacado llegue a toda la comunidad", afirmó Arce, quien hace dos meses se unió a los organizadores del homenaje a Carranza, a quien le dedicaron una estatua en el parque que lleva su nombre en Nueva Jersey.
"Si la historia no llega a la comunidad, se pierde y nosotros (historiadores) estamos obligados a educar", señaló además Arce al explicar las razones por las que se unió a la Legión Americana para rendir tributo al mexicano.
Carranza, quien hizo historia al realizar un vuelo sin escalas entre la capital mexicana y la de EE.UU., nació en 1905 en Ramos Arizpe, Coahuila y cuando tenía seis años su familia se estableció en San Antonio, Texas.
A los doce años, ya mostraba interés en la aviación y en 1917, de regreso a México, empezó a frecuentar los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas y la Escuela Militar de Aviación en Balbuena, de donde su tío Alberto Salinas fue el primer director.
En 1926, obtuvo el título de teniente piloto de la Fuerza Aérea Mexicana.
El 2 de septiembre de 1927 y en un avión "Toloche", hecho de madera, Carranza realizó un vuelo de 10 horas y 48 minutos de Ciudad Juárez a la Ciudad de México, el más largo que hubiera realizado hasta entonces un piloto mexicano.
Un año después realizó otro vuelo, el tercero más largo en solitario y sin escalas, al completar 3.000 kilómetros entre San Diego, en California, y Ciudad de México.
Ese mismo año hizo su histórico vuelo sin escalas entre la capital de su país y la estadounidense, donde fue recibido con honores de jefe de Estado.
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