Los niños de Shangai aprenden a ser “ciudadanos chinos” con los ordenadores de clase

  • Esta ciudad china es la más tecnológica del país, hay más de un ordenador por hogar y los niños empiezan a usarlo en la escuela en tercero de primaria. Pero no parece suficiente para la estricta educación china en una sociedad que por otra parte está preocupada por la creciente adicción de los pequeños al ordenador y a internet.
Jean Yung | Globalpost

(Shangái, China). En 1984, después de ver a un niño de 13 años manejar un ordenador en el Shanghai Exhibition Hall, el líder chino Deng Xiaoping dijo: “Para universalizar los ordenadores hay que empezar por los más pequeños”. Estas palabras han impulsado el desarrollo de la infraestructura tecnológica de China a lo largo de los últimos 25 años.

Incluso hoy, los profesores de informática de Shanghái recuerdan con orgullo las palabras de Deng, aunque admiten la escasa formación en tecnologías que se imparte en las aulas.“Algunos profesores no tienen muchos conocimientos sobre ordenadores e internet, y algunos administradores de escuelas no perciben la informática como una prioridad”, explica Guo Dazhong, subdirector del centro juvenil del distrito Jingan, en Shanghái, gestionado por el Gobierno.

Este centro ofrece una variedad de actividades extraescolares para estudiantes de secundaria y bachillerato. Además, los estudiantes más mayores están obligados a atender a un determinado número de clases en este centro juvenil, que ofrece materias como diseño asistido por ordenador y tecnología de la información.

“Pero aunque ese no fuera el caso, lo triste es que nuestros chicos simplemente no tienen tiempo para perder el tiempo”, dice Guo.Según Guo, entre los muchos obstáculos que se encuentran para aumentar la presencia de la tecnología en las aulas de Shanghái figuran no sólo la falta de ordenadores, sino un sistema escolar basado en sucesivos exámenes y una carga excesiva de tareas para que los alumnos hagan en casa.

En la actualidad hay más de un ordenador de media por hogar en Shanghái, y la educación formal en tecnología de los niños comienza en el tercer curso, con proyectos destinados a enseñar a los alumnos a usar los ordenadores como herramientas para expresar ideas. El maestro, por ejemplo, lanza la pregunta “¿Qué significa ser un ciudadano chino?”, y pide a los alumnos que busquen formas creativas para expresar sus respuestas.

Más allá del esfuerzo para lograr destinar a los alumnos tiempo para hacer proyectos de este tipo, el uso de la tecnología en la escuela va pocas veces más allá de realizar presentaciones en PowerPoint. Los mismos estudiantes que están en casa enviando mensajes de texto a los móviles y hablando por programas de mensajería instantánea apenas usan los ordenadores para escribir redacciones o para hacer los deberes.

La adicción a los ordenadores preocupa mucho a padres y profesores. El diario gubernamental China Daily informó en marzo que el Ministerio de Salud está realizando investigaciones sobre el “uso patológico de internet”, según Shen Jiahong, director del Guangzhou Baiyun Psychological Institute.

“Cómo resolver la adicción a juegos online es un gran desafío”, afirma Guo. “Los niños se ven atraídos naturalmente hacia los ordenadores. Otros países se enfrentan a estos mismos problemas”.

Padre de dos niños, Guo considera que es su responsabilidad velar por el uso saludable de los ordenadores por parte de su hijo de 15 años. Cuando regresa de la escuela a las 4.30 horas de la tarde, el hijo de Guo se dedica a hacer los deberes hasta bien pasadas las 10 de la noche. Si tiene pocas tareas, Guo deja que el chico juegue con el ordenador, pero nunca más de dos horas a la semana, y normalmente durante los fines de semana.

Las reglas son estrictas en casa del profesor de informática, especialmente porque su hijo es uno de los 1,6 millones de estudiantes de bachillerato de Shanghái que se enfrentarán en breve a uno de los exámenes más cruciales de su vida: el equivalente a la selectividad española, que dura tres días y se hace con papel y bolígrafo.

“La educación china está basada en exámenes, así que la pregunta que se hacen los padres es: ¿el uso de ordenadores e internet puede mejorar los resultados de los exámenes de mis hijos?”, dice Gago Yang, un estudiante de la universidad de Fudan. “La respuesta es: probablemente no”.

Con esta presión encima, los niños en Shanghái apenas tienen ocasión para dar rienda suelta a sus intereses. “Shanghái está por delante de la mayor parte de ciudades chinas”, afirma Guo. “Pero todavía queda mucho trabajo por hacer”.

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