Mohamed Shtaye: no habrá paz sin una tercera parte que presione a Israel

  • Mohamed Shtaye, el primer palestino en pisar la capital de España y negociador clave desde entonces, está convencido de que no habrá paz sin una fuerza internacional con la osadía y capacidad de presionar a Israel para que abandone los territorios ocupados.

Ana Cárdenes

Ramala, 27 oct.- Mohamed Shtaye, el primer palestino en pisar la capital de España y negociador clave desde entonces, está convencido de que no habrá paz sin una fuerza internacional con la osadía y capacidad de presionar a Israel para que abandone los territorios ocupados.

"Madrid creó un montón de esperanzas en todos nosotros. Era un proceso muy serio. Pero ahora toda esa esperanza se ha desvanecido. Hay una esperanza minúscula frente a una realidad deprimente en el terreno", asegura a Efe el hoy negociador, asesor presidencial y presidente del Consejo Económico Palestino (PECDAR) en su despacho en Ramala.

El problema, recalca, es que "no hay una tercera parte" en el proceso negociador ya que ni EEUU, ni el Cuarteto de Oriente Medio (EEUU, Rusia, la ONU y la UE) hacen ese papel de forma eficaz.

"La tercera parte que hay o es muy débil o está muy ocupada con otras cosas. No ha sido un mediador honesto. No ha puesto mecanismos de presión para convencer a Israel, e Israel necesita presión seria", señala.

"El Cuarteto es una entidad que se limita a producir comunicados, como una máquina de fotocopiar", acusa Shtaye que entiende que la ausencia de esa parte que meta en vereda al Estado judío ha llevado al fracaso de todas las negociaciones.

La Conferencia de Madrid, a su entender, "fue posible porque había un secretario de Estado estadounidense carismático como James Baker, que le dijo al (primer ministro israelí Isaac) Shamir: si continúas los asentamientos te quitaré las ayudas. Pero hoy no vemos a nadie así en Washington".

La carta de invitación de James Baker "era muy clara: una negociación que tuviese como base las resoluciones 242 y 338: paz por territorios, el fin de la ocupación de 1967. No se suponía que Israel tenía que negociar la 242, sino que tenía que implementarla, es decir, devolver los territorios ocupados" algo que, dos décadas más tarde, aún no ha hecho.

Madrid abrió dos caminos para llevar la paz a Oriente Medio, la senda bilateral y la multilateral. Ninguna de las dos ha tenido éxito.

"La senda bilateral se basaba en el principio de 'paz por territorios' y la multilateral era la recompensa a Israel en forma de integración económica en la región. Pero Israel intentó dar prioridad a la senda económica, es decir: recibir el premio antes de pagar el precio. Por eso colapsó la senda multilateral", explica este economista.

A fecha de hoy, se lamenta Shtaye, "no estamos veinte años más cerca de la paz, sino veinte años más lejos".

En aquella época, la situación de los palestinos a nivel internacional no era buena, reconoce el negociador, que admite que "eran considerados 'ilegales', mientras que ahora, por primera vez hay un liderazgo palestino legítimo, elegido democráticamente y que está en su propio territorio".

Recuerda que, cuando estaba negociando en Madrid, veía en la televisión imágenes que mostraban a los palestinos llevando ramas de olivo a los tanques israelíes y que un taxista se negó a cobrarle la carrera al decirle que era palestino.

"Madrid nos dio una nueva imagen frente al mundo, una imagen que renació solo después del discurso del presidente Abás ante la ONU" del pasado septiembre pidiendo la admisión de Palestina como Estado miembro.

Desde entonces, buena parte del liderazgo palestino, si no toda, se ha convencido de que Israel no quiere un Estado independiente palestino a su lado o no está dispuesto ha hacer los sacrificios que implica.

"Desde 1967 no ha cambiado lo que Israel ofrece es lo mismo: una entidad palestina, alguien que administre, que haga el trabajo sucio, pero sin territorio, sin seguridad y sin soberanía. Es lo que nos han ofrecido todos los gobiernos israelíes, la izquierda la derecha, el laborismo, el no laborismo ...", se queja Shtaye.

Lo único que ha cambiado en el debate, añade, es si esa entidad va a estar formada por palestinos o va a formar parte de Jordania.

De ahí la razón de acudir a la ONU, para "romper el círculo vicioso de negociaciones y negociaciones y negociaciones cambiar el statu quo, lograr internacionalizar el conflicto y hacer que la legislación internacional se convierta en el término de referencia para resolverlo".

Shtaye no cree que haga falta un nuevo Madrid: "Repetir el mismo ejercicio no va a dar un mejor resultado. Necesitamos pensamiento creativo. Si hay una conferencia internacional tiene que ser una en la que alguien diga: esta es la solución. Todos sabemos ya cual es. No hacen falta más encuentros, ni más negociaciones, sino alguien que la implemente".

"Necesitamos que Israel diga que está dispuesta a dejar los territorios ocupados. Luego ya dibujaremos la frontera. Pero EEUU no va a utilizar nunca mecanismos de presión con Israel y Europa tampoco puede. No se le permite. Solo está ahí para pagar los cheques", agrega.

Un poco más optimista, inquiere que "Europa podría hacerlo. Podría imponer un boicot económico a Israel, igual que el que llevó a Sudáfrica a dejar el apartheid, porque si Israel no sufre un daño económico no hará nada".

Pero, vuelve al pesimismo al constatar que "Europa está fragmentada y Alemania tiene el síndrome del Holocausto".

"Las lección que sacamos de Madrid es que sin un líder internacional carismático con capacidad para intervenir no se puede hacer nada. Ahora esa parte no existe y, si no avanzamos, tendremos que tomar decisiones muy serias en los próximos meses", concluye.

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