En plenas negociaciones por migrantes, Turquía denuncia complacencia de UE con PKK

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusó este viernes a la Unión Europea de complacencia con los rebeldes kurdos, mientras su gobierno se halla en plenas negociaciones para lograr un acuerdo sobre la llegada de refugiados.

Cinco días después de un mortífero atentado suicida en Ankara reivindicado por un grupo kurdo, Erdogan acusó al bloque de falta de apoyo en la lucha contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

"No hay razón de que la bomba que estalló en Ankara (...) no estalle un día en otra ciudad de Europa", dijo Erdogan. "A pesar de esta realidad, los países europeos no prestan atención, es como si bailaran en un campo minado", agregó.

Estas declaraciones del líder turco, durante un discurso oficial para conmemorar la batalla de Gallipoli (1915) en Canakkale (noroeste) coinciden con el viaje de su primer ministro, Ahmet Davutoglu, a Bruselas para negociar un plan de acción para frenar el flujo de migrantes.

Erdogan atacó en particular a Bélgica, al afirmar que simpatizantes del ilegalizado PKK fueron recientemente autorizados a enarbolar banderas del movimiento cerca de la sede de la Comisión Europea.

"No es honesto, no es sincero", señaló Erdogan. "Hoy han quitado las banderas, los carteles. ¿A quién tratan de engañar?". "Todo esto significa capitular ante el terrorismo. Han capitulado ante el terror", insistió.

El domingo por la tarde, un coche bomba se abalanzó sobre una parada de autobús de la muy concurrida plaza Kizilay de Ankara, dejando 35 muertos y más de 120 heridos.

El atentado fue reivindicado el jueves por un grupo radical disidente del PKK, los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), que dijo haber actuado en represalia por las operaciones llevadas a cabo por el ejército y la policía turcas contra la rebelión en varias ciudades del sudeste de Turquía.

Erdogan prometió "erradicar" al PKK. Desde el atentado de Ankara reactivó la guerra contra todos los que considera sus "cómplices". Pidió al parlamento que levantara la inmunidad a diputados prokurdos y la policía turca multiplicó en los últimos días las detenciones de partidarios de la causa kurda.

Los países occidentales condenaron el atentado, pero el ministro de la justicia turco, Bekir Bozdag, los acusó de "doble rasero".

"Quienes se yerguen contra el terrorismo cuando ataca en Europa no lo hacen cuando se trata de Turquía", lamentó Bozdag.

"Recibimos mensajes de pésame, pero no hay operaciones contra los que llevan a cabo esos ataques", agregó.

Paralelamente, Turquía prosigue sus negociaciones con la UE para frenar la llegada de migrantes.

El primer ministro turco Ahmet Davutoglu reiteró este viernes su propuesta de aceptar a todos los migrantes que lleguen a las islas griegas, incluidos los sirios, a cambio de contrapartidas, como la reanudación de las negociaciones de ingreso de Ankara a la UE, una mayor ayuda financiera del bloque o la supresión de las visas de la UE para los turcos.

No obstante, algunos países de la UE se resisten a otorgarle estas contrapartidas a Turquía, por considerar que Ankara respeta cada vez menos los derechos humanos, en particular en lo relacionado con el conflicto kurdo.

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