Obama muestra su enfado con BP, que ha colocado una campana de contención sin garantías

  • La compañía petrolera tendrá que pagar al Gobierno estadounidense antes de un mes 56 millones de euros, un 75% del coste total de las tareas de limpieza y contención del vertido. Esta madrugada se ha conseguido instalar una nueva campana metálica sobre el punto por donde se derrama el crudo, aunque la petrolera matiza que con esta acción no ha logrado detener por completo el escape.
BP intentará frenar el derrame con una caja contenedora tras cortar la tubería gigante
BP intentará frenar el derrame con una caja contenedora tras cortar la tubería gigante
Agencias

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró este jueves que los ejecutivos de la petrolera británica BP han sentido su enfado por el vertido del golfo de México y dijo que en su opinión la compañía no dio una rápida respuesta al desastre, un incidente que calificó como una crisis sin precedentes.

"Creo que no consideraron las consecuencias de sus actos", indicó Obama en una entrevista con la cadena CNN. Preguntado a cerca de si en sus declaraciones dirigidas a la petrolera había mostrado suficientemente su malestar por lo ocurrido, el presidente contestó: "Bueno, creo que sí han sentido el enfado. Pero lo que he no he visto ha sido la rápida respuesta que me hubiese gustado".

"Me gustaría dedicar gran parte de mi tiempo a descargar mi ira y gritar a ciertas personas, pero ése no es el trabajo para el que he sido seleccionado. Mi trabajo es resolver los problemas y en última instancia mostrar mi enfado", señaló el presidente estadounidense.

"Los ciudadanos del golfo de México se han visto afectados y estoy haciendo lo posible para garantizar que puedan preservar sus modos de subsistencia", añadió. "Mi trabajo es asegurar que (BP) asuma sus responsabilidades".

Por otra parte, el dirigente norteamericano dijo que en estos momentos sería "irresponsable" levantar la moratoria decretada por su Gobierno contra las prospecciones en alta mar, aunque afirmó que las apoyará en el futuro siempre y cuando "se demuestre que se pueden realizar de forma segura".

Pago de facturas

De hecho, la petrolera británica BP tendrá que abonar antes del próximo 1 de julio los 69 millones de dólares (unos 56 millones de euros) que reclama el Gobierno de Estados Unidos para cubrir los gastos que ha tenido la Administración norteamericana en los trabajos de limpieza y contención del vertido del golfo de México, informó un funcionario estadounidense.

La cifra solicitada por el Gobierno representa un 75 por ciento del dinero destinado hasta la fecha para dichas tareas, añadió la misma fuente. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, afirmó en rueda de prensa que la intención es que el dinero gastado por el Gobierno sea "reembolsado a los contribuyentes" por la empresa, a la que consideran culpable del vertido de crudo, originado tras la explosión de una plataforma petrolífera.

Por otra parte, la petrolera británica consiguió colocar este jueves una nueva campana metálica sobre el punto por donde se derrama crudo en aguas del golfo de México desde hace más de un mes.

Sin embargo, la compañía ha advertido que esta acción no ha conseguido detener por completo el escape, ya que todavía no está claro que el acoplamiento haya tenido éxito debido a la enorme cantidad de petróleo que ya existe en la zona.

El presidente de BP, Tony Hayward, anunció que aún queda por delante un camino "muy, muy largo" hasta que se pueda dar por finalizado por completo el trabajo de sellado de la fuga de crudo. Además, se desconoce la cantidad de petróleo que será capaz de contener la campana metálica antes de verse superada por la corriente de petróleo, informa CNN.

BP ha logrado el acoplamiento de esta estructura campaniforme metálica al tercer intento, y después de probar otras soluciones, como la denominada 'top kill', que consiste en el sellado de la fuga taponándola con lodos pesados y otros productos.

Este anuncio, además, se ha producido después de que la Casa Blanca informara este jueves de que Barack Obama visitará por segunda vez en una semana el Estado de Louisina, el territorio más afectado por la marea negra.

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