Objetivo en Sierra Leona: pertenercer a la clase media

  • Mientras en Occidente muchos sueñan con ser ricos, los ciudadanos de Sierra Leona desean ganar un par de cientos de euros al mes, o lo que es lo mismo: pertenecer a la clase media de su país, que poco a poco está levantando cabeza después de haber superado una guerra civil de más de una década. En ellos está la llave a un crecimiento económico sostenido, según los expertos.
Kimberly S. Johnson | GlobalPost

(Freetown, Sierra Leona). Aquí, en Sierra Leona, y en el resto de África, los expertos tienen problemas para definir qué significa ser de clase media. Sin embargo, muchos quieren ser parte de ese grupo. "[Soy de clase media por] mi educación [secundaria y formación profesional] y la experiencia”, afirma Michael Tommy, un mecánico de generadores que trabaja en uno de los campamentos de Naciones Unidas en Sierra Leona. “Con el dinero que me pagan, puedo mantenerme yo y mi familia, pero no puedo ahorrar para una casa”.

Para Desmond Finney, la clase media de Sierra Leona se divide en dos subgrupos: “Uno es el de gente como nosotros que hace 15 ó 20 años decidió ir a la universidad y pasamos a formar parte de esa clase debido a nuestra educación”, afirma el director de Premier Medial, una consultora local de medios. “El otro grupo son los empresarios o aquellos que han logrado fortuna en la economía sumergida”.

No está nada claro quién conforma la clase media africana ni cuántos son. Según los expertos, no es suficiente medirla exclusivamente por el nivel de ingresos. La educación, la carrera profesional, las aspiraciones y el estilo de vida también son características importantes que ayudan a determinar quien pertenece a este grupo. Educar a los hijos y tener una vivienda son dos elementos importantes para ser considerado clase media.

Con una población de 5,2 millones de habitantes, Sierra Leona cuenta con una pequeña, pero creciente clase media. Su aumento se ha visto interrumpido por la volátil historia del país. La educación y las carreras de miles de personas sucumbieron a la guerra civil que azotó al país entre 1991 y 2002. Ahora, tras varios años de paz y estabilidad, Sierra Leona vuelve a registrar crecimiento económico y desarrollo.

Su presidente, Ernest Bai Koroma, está ansioso por un cambio social y por promover la inversión para aumentar la prosperidad. Cada vez hay más gente que intenta aprovechar las oportunidades para liberarse de las cadenas de la pobreza que han castigado a la nación –y a gran parte de África- durante décadas.

Tommy, de 45 años, dice que realizó diversos trabajos para pagarse el instituto y que le encanta lo que hace para Naciones Unidas. Sabía que no podría ir a la universidad; por eso optó por la formación profesional y estudió ingeniería mecánica. Quiere que sus tres hijos vayan a la universidad. “No me importa pagarles los estudios”, declara.

Tommy gana 325 dólares mensuales (unos 260 euros), considerado aquí un buen salario. Una camarera gana 25 dólares al mes (20 euros) sin propinas y una enfermera de un hospital público puede llegar a 50 dólares (40 euros). Un taxista recibe 5 dólares (4 euros) durante un buen día de actividad. Con estos estándares, cualquier ciudadano de clase media del mundo occidental podría ser considerado rico en Sierra Leona.

Muchos profesionales de Sierra Leona que abandonaron el país durante la guerra civil se refugiaron en EEUU y Europa, donde pudieron estudiar y conseguir empleos. El conflicto interrumpió la educación en los institutos y universidades de todo el país, lo cual ha creado una enorme brecha que impide el crecimiento de la clase media, afirma Adusei Jumah, asesor económico del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) en Sierra Leona. “La clase media es clave para el crecimiento económico, porque los pobres no tienen poder adquisitivo”, añade.

Jumah dice que los pocos ricos de Sierra Leona ya han saturado el mercado con sus compras de lujo, entre ellas, los coches y los alimentos importados. Sin embargo, se necesita a la clase media para incrementar la demanda de productos más básicos ahora que el país evoluciona de una economía agraria hacia una de obreros y personal de oficinas.

Ahora se ve a más personas comprando en las tiendas de alimentos que antes sólo atendían a los ricos y los extranjeros. También han llegado bancos extranjeros, empresas de telecomunicaciones y tiendas de electrónica con productos para la clase media local.

Finney, de 40 años, dice que a él y sus amigos les gustaría conducir buenos coches, llevar joyas, comprar un televisor de pantalla plana o tener televisión por satélite. Define la clase media como aquellos que ganan al menos de 500 dólares (400 euros) mensuales. “Nosotros hemos ido subiendo”, afirma en alusión al aumento de sus ingresos y los de su mujer, que trabaja en el Banco de Sierra Leona. Reconoce que miman a su hijo de 11 años y que les gustaría enviarlo a la universidad en el extranjero.

Mariama Turaoi, de 26 años, trabaja de recepcionista en una empresa de telecomunicaciones. Dice que no sabe quién es de clase media en Sierra Leona. Con su sueldo de 200 dólares (160 euros) mensuales ha comenzado a construirse una pequeña casa para ella y sus dos hermanas, donde espera tener una vida más cómoda.

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