Opinión: Ser cabezota puede jugarle una mala pasada a EEUU en Irán

  • La insistencia de EEUU para continuar con la política de sanciones e ignorar el proceso de negociaciones que está ahora sobre la mesa en Irán puede resultar dañino para la primera potencia.

Mansour Salsabili, Massachussets (EEUU) | GlobalPost

Seguir insistiendo en las sanciones contra Irán puede resultar un mal negocio para EEUU.

¿Por qué? Porque ahora Irán ha cambiado el rumbo de su política y ha puesto sobre la mesa una serie de ofertas concretas y la reducción de la tensión en respuesta a las peticiones anteriores de la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton.

Estas ofertas tendrán el firme apoyo de Rusia y China, y pueden atraer los votos positivos de otras delegaciones europeas. Esto dejará arrinconada a la administración de EEUU, que no puede obligar al Congreso a poner fin a las sanciones, y en una posición pasiva de cara a futuras conversaciones.

En la segunda ronda de las actuales negociaciones -entre Irán y los cinco miembros del Consejo de Seguridad más Alemania –cualquier plan con visión de futuro tendrá que ser integral, incluyendo todos los aspectos de un acuerdo final.

Sin embargo, un enfoque integral no se puede implementar en una sola toma de contacto o con prisas, sino más bien en un proceso paso a paso que a su vez, produzca resultados concretos.

El acuerdo final puede comenzar a partir de determinados problemas no resueltos relacionados con el programa nuclear iraní y luego extenderse a las cuestiones más generales de la cooperación regional e, incluso, de la paz en Oriente Medio.

El éxito de la reunión del 14 de abril en Estambul entre las seis potencias mundiales e Irán se basó en la aceptación del Tratado de no proliferación como un marco básico para la negociación.

El punto crucial de este acuerdo es la forma de gestionar las garantías técnicas para asegurar la no proliferación, sin restringir el derecho inalienable de Irán al uso pacífico de la energía nuclear. Esto sólo es posible a través del establecimiento de una confianza mutua -algo que fue relegado en anteriores esfuerzos de negociación.

El primer camino para asegurar la confianza mutua es evitar la confrontación para centrarse en la colaboración: el comportamiento cooperativo es necesario para preparar un ambiente constructivo, sostenible y alentador.

Aquí la tarea fundamental es aclarar y resolver, en este caso, la tensión inherente entre la prohibición del Tratado de No Proliferación sobre la proliferación y la realización del derecho a la energía nuclear. No es un trabajo fácil.

Las propuestas concretas deben ser correspondidas para que el progreso no sólo sea posible, sino que también sea sostenible e irreversible. Por esta razón, las partes deben abordar las cuestiones que sean más fáciles de resolver en un primer momento.

Un intercambio simultáneo de las reservas del 20% de uranio enriquecido de Irán por una cantidad similar de combustible para el reactor de investigación de Teherán podría ser lo primero, para reducir cualquier preocupación sobre la proliferación y aumentar la confianza mutua.

A cambio, deberán disminuirse, o al menos aplazarse, las nuevas sanciones contra la industria petrolera de Irán y el Banco Central, hasta la próxima ronda de negociaciones para allanar el camino para que se desarrollen los pasos futuros.

La cuestión más difícil que está sobre la mesa es aclarar las preguntas sobre la actividad nuclear iraní en el pasado. Su resolución requiere una gran dosis de confianza por ambos lados. Fomentar la confianza mediante la transparencia y la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica debe ir junto con el respeto a la confidencialidad.

Este tema es particularmente sensible en Irán a causa de incidentes tales como los asesinatos de científicos nucleares iraníes en los últimos años. Las cuestiones relacionadas con la tecnología de doble uso están abiertas a diferentes interpretaciones y deben abordarse con la máxima confidencialidad.

Mientras tanto, las misiones para determinar los hechos podrían continuar teniendo lugar como un paso para comprobar que previamente Irán no tenía una capacidad militar nuclear o una instalación no declarada. Para evitar la prolongación de las misiones, recordemos que en otros casos nucleares, como Suecia, se resolvieron con el protocolo adicional ampliado para asegurar el futuro en lugar de socavar en el pasado.

“Cada arma es más fuerte antes de disparar” es un viejo axioma. Sanciones como la bala de plata de Occidente contra Irán ya han sido desechadas y ahora es el momento de comprometerse. Irán adaptará su economía y encontrará su camino alrededor de las sanciones para tener acceso a la comunidad internacional.

La reacción pasiva de EEUU a las negociaciones se traduciría en un mundo más polarizado, en una derrota para el propio Estados Unidos y en dificultades para otras economías occidentales.

Nota del editor: El escritor, Mansour Salsabili, es un experto en política de alto nivel. Es investigador en el Centro Belfer para la Ciencia y Relaciones Internacionales del Harvard Kennedy School. Participó en un gran número de hitos, desde las reformas de Naciones Unidas hasta el Movimiento de Países no Alineados. Las opiniones expresadas son enteramente suyas.

Mostrar comentarios