Pasen y vean, bienvenidos al circo de L'Alpe D'Huez

  • Pasen y vean: señoras y señores, niños y niñas; bienvenidos al carnaval del ciclismo, esto es L'Alpe D'Huez, el puerto más famoso y loco del Tour de Francia, donde cerca de 500.000 espectadores asistirán a una lucha sin cuartel entre los mejores ciclistas del mundo.

Carlos de Torres

L'Alpe D'Huez (Francia), 18 jul.- Pasen y vean: señoras y señores, niños y niñas; bienvenidos al carnaval del ciclismo, esto es L'Alpe D'Huez, el puerto más famoso y loco del Tour de Francia, donde cerca de 500.000 espectadores asistirán a una lucha sin cuartel entre los mejores ciclistas del mundo.

Este año con premio doble, ya que el pelotón del Tour sube dos veces hasta la legendaria cima, donde el ganador pasa automáticamente a la historia. Dos ocasiones para disfrutar de un espectáculo cuyas "entradas" a veces se reservan desde una semana antes, que es cuando empiezan a llegar los primeros aficionados para coger sitio.

El circo se extiende a través de los 13,8 kilómetros de ascenso. Cada loco con su tema. En este carnaval vale casi todo, desde dedicarle pancartas de sospecha al líder: "Froome ?? a felicitaciones a Madiba, el expresidente surafricano Nelson Mandela por su 95 cumpleaños; pasando por desfile de disfraces, barbacoas, karaokes, festival de ingestión de cerveza o delirios ante el paso de alguna señorita en bici y escasa de ropa.

En la subida se cotiza caro el metro cuadrado. Miles de aficionados suben en bicicleta hasta la cima horas antes que sus ídolos en medio de un ambiente festivo que late desde la madrugada. Todo el mundo cabe, y de todas las edades, veteranos y noveles, niños, abuelas....todos esperando para ver apenas unos segundos el paso de la comitiva ciclista.

En la larga espera hay que ser creativo para no caer en la desesperación. La marea naranja holandesa destaca en número y nivel de ruido. Cerveza en mano se animan cantando y bailando temas que suenan como los de cualquier estadio de fútbol. Y saben combatir el hambre con barbacoas. Ninguno se queja de pasar sed.

No se quedan atrás los seguidores daneses y noruegos. Los nórdicos vienen de lejos para vivir la fiesta y dejan su sello. Muchas pelucas de colores, coreografías... Los corredores de ambos países no irán bien clasificados en la general, pero en apoyo son auténticos líderes.

No faltan caras mundialmente famosas. En cualquiera de las 21 curvas del ascenso, todas con el nombre de los ganadores en L'Alpe D'Huez, te puedes encontrar con el "presidente" de Estados Unidos, Barack Obama o el francés Nicolas Sarkozy; unos pasos más arriba con Supermán, el Diablo, un clown, o con cualquiera dispuesto a enseñar más de lo que tiene. Todo muy exhuberante.

También hay lugar para las bromas pesadas. En una curva a la izquierda se leía un cartel con una flecha indicando a Froome el camino del barranco. Los hay que tiran a hacer daño, pero es improbable que el británico tuviera ocasión para leer el mensaje.

No faltan tampoco el apoyo de las peñas ciclistas a su ídolos. Los franceses se llevan la palma, ánimos para Rolland, Voeckler.... así como para el checo Kreuziger, cuya foto gigantesca ocupaba uno de los últimos giros.

Entre los cientos de banderas ondea la bandera pirata. Un par de tibias y una calavera. Al final se trata de un escenario de batalla, en el que el "corsario" Alberto Contador tiene un terreno abonado para asaltar al "Capitán" Froome. Mientras empieza el duelo, el Alpe D'Huez se divierte. La locura del ciclismo serpentea camino del cielo.

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