Una de cada cuatro personas vivirá en chabolas en una década, según la ONU

El pasado viernes ha culminado en Madrid el Foro de Ciudades, un evento mundial que ha contado con la colaboración de más de 50 entidades y organizaciones internacionales. El encuentro ha tenido como uno de los principales ejes de debate el tema 'La urbanización como fuente de prosperidad'.

Durante esta cumbre, que ha durado tres días, la ONU ha advertido que una de cada cuatro personas vivirá en viviendas precarias e incluso en infraviviendas dentro de diez años en el mundo, si no se adoptan los medidas necesarias en materia de desarrollo urbano sostenible.

En el Foro de Ciudades ha quedado plasmada la idea de que las grandes urbes requieren de proyectos urbanos sostenibles, mientras asistimos a nivel global a una época caracterizada por un proceso de urbanización voraz, vertiginoso y nunca antes visto.

Las previsiones de la ONU dentro de 15 años no son muy esperanzadoras. Seis de cada diez personas vivirá en 2030 en ciudades. El peor panorama se vislumbrará en los países más humildes y con menos recursos del mundo, que no poseen las infraestructuras necesarias ni el acceso a servicios básicos como agua y luz.

Además, son los que presentan más riesgo ante la imposibilidad de prever o enfrentar desastres naturales. Otro factor de riesgo es la utilización excesiva de energía, aunque un hallazgo cientítico reciente podría echar luz sobre esta cuestión y reducir los contaminantes para frenar los efectos del cambio climático.

Debido a la construcción indiscriminada de viviendas, a factores como el hacinamiento, la segregación y la exclusión, actualmente mil millones de personas viven en barrios urbanos informales.

Un gran porcentaje de ellos, incluso, malviven en poblados chabolistas o 'slums' (asentamientos precarios).

América Latina y el Caribe es la región que evidencia de manera más descarnada este problema. La llegada de la urbanización en sus países menos desarrollados, o en aquellos que están en un proceso de desarrollo y son considerados emergentes, merece un capítulo aparte.

No es casual que algunas de las mayores ciudades del mundo se encuentren en países con altas tasas de pobreza, como México D.F. y San Pablo, donde proliferan los poblados chabolistas en los que residen millones de personas.

Estas ciudades, que están situadas entre las más pobladas del mundo, son el foco de la inmigración interna o externa de un entorno que busca nuevas oportunidades, están mal jerarquizadas a nivel nacional y sufren un  problema gravísimo con sus asentamientos informales.

Algunas ejempos lapidarios hablan por sí solos: en Sao Paulo, 2.162.000 personas viven en favelas. En la ciudad brasileña de Belem el 54% de la población reside en chabolas. El 23% de la población brasileña vive en la pobreza (alrededor de 42 millones de personas). En Río de Janeiro 1.700.000 personas malviven en asentamientos precarios.

En Sudán, el 90% de la población se encuentra en asentamientos irregulares. En 1950 Bombay, en la India, tenía tres millones de habitantes, y hoy cuenta con casi 20 millones. La ciudad de Lagos, en Nigeria, África, tenía en 1950 280.000 habitantes y hoy en día posee 17.000.000.

A mediados del siglo pasado, 58 ciudades del mundo contaban con más de un millón de habitantes. En la segunda década del siglo XXI son casi medio millar. De estas, casi la mitad se encuentran en Asia-Oceanía.

Europa, la presunta caja de cristal del planeta, tampoco se libra del desafío de un desarrollo urbano sostenible: es el segundo continente más urbanizado del mundo, después de América Latina. El 70% de su población reside en ciudades. Por eso, el cambio debe comenzar ahora. Al menos esa es la principal conclusión que ha quedado flotando en el aire en el Foro de Ciudades.