¿Por qué vende Obama su cazabombardero más caro?

  • El Gobierno Obama se está volcando con las ventas del cazabombardero F-35. Algunos observadores de armas han sugerido que Estados Unidos está presionando a algunos países para impulsar su comercio armamentístico.
¿Por qué quiere vender Obama su cazabombardero más caro?
¿Por qué quiere vender Obama su cazabombardero más caro?
Getty Images
Barry Neild | GlobalPost

Con precios que arrancan en los 110 millones de dólares por avión, el cazabombardero F-35 Lightning II no es exactamente el tipo de cosas que se venden en Craigslist, una página estadounidense de venta de artículos de segunda mano. Mientras que países como Australia, Canadá, Turquía, el Reino Unido y los Países Bajos han realizado pedidos de cientos de F-35, Obama y su equipo de ejecutivos de ventas han estado "picando" con insistencia en otro lugar.

A finales de 2010, el secretario de defensa de Estados Unidos, Robert Gates, estuvo en Japón cantando las alabanzas del cazabombardero que ha costado a su gobierno miles de millones para su desarrollo. Y según se ha informado, en Israel, los ministros han estado debatiendo las ofertas de los F-35 realizadas por Barack Obama como edulcorantes en el proceso de paz en Oriente Medio.

Para algunos, podría parecer extraño que el comandante en jefe esté dispuesto a entregar las llaves de las aeronaves equipadas con la última tecnología militar estadounidense, incluso aunque los clientes que paguen sean aliados.

En un momento de inestabilidad global, especialmente en Oriente Medio, algunos observadores dicen que una venta de esta envergadura es arriesgada. En 1970, Estados Unidos vendió cazabombarderos F-14 a un amigo y aparentemente estable Irán. Más tarde cayó en manos hostiles tras un cambio de régimen.

Entonces, ¿qué hay detrás de esta venta?

La historia que acompaña a los F-35 está plagada de polémica. A pesar de que todavía no está operando, la aeronave de última generación se ha visto acuciada por el incumplimiento de plazos y por unos presupuestos que han ayudado a hacer de este desarrollo de una década de duración el programa de armas más costoso jamás emprendido por Estados Unidos.

Sin embargo cinco años después de su finalización, el avión ya se ha enfrentado a distintas hostilidades. Ha sido criticado por bajo rendimiento en las simulaciones, así como por incluir características que van más allá de lo que se necesita en el campo de batalla. Se considera que se han derrochado recursos y que ahora Gates quiere recortar los pedidos de F-35 para recortar el presupuesto del Pentágono.

Desde su concepción, el F-35 ha sido conocido como el "Joint Strike Fighter" (JSF) en alusión a la implicación de los aliados, incluyendo Gran Bretaña, Holanda, Canadá, Dinamarca, Noruega y Turquía. Todos han contribuido en distinta medida a la financiación y desarrollo del avión.

Desde el punto de vista estratégico es una ventaja para Estados Unidos, tanto para conseguir que otras naciones ayuden a sufragar la factura de defensa, como para equipar a los amigos con una tecnología familiar "interoperable", explica Craig Caffrey, un analista de aviación militar del Grupo Jane´s Information.

"La gran mayoría de operaciones militares que está realizando actualmente Estados Unidos son operaciones de la coalición", destacó. "Si puedes tener una plataforma operativa con tus principales naciones aliadas –el Reino Unido en particular es un buen ejemplo- tiene sentido".

La reciente misión de Gates en Japón fue también, según Caffrey, un intento de sacar provecho de los últimos vuelos de prueba de alto perfil del J-20, la primera incursión de China en los cazabombarderos.

De acuerdo con los informes captados por WikiLeaks del departamento de estado de Estados Unidos, los diplomáticos estadounidenses presionaron a Noruega para que eligiera a los F-35 en vez de las máquinas rivales de los suecos SAAB´s JAS Grippen o el Eurofighter (otra multinacional de desarrollo de aviones militares).

Algunos observadores de armas han sugerido que Estados Unidos está enfrentando a un país con otro para impulsar su comercio armamentístico. Aunque es evidente que tiene en mente una posible amenaza de Irán, las ventas de los F-35 a Israel podrían verse como un modo de alentar a los rivales potenciales como Arabia Saudí a que inviertan su dinero en actualizar y ampliar sus flotas de F-15, fabricados en Estados Unidos por Boeing.

Lockheed gasta mucho dinero en promocionar sus intereses. En 2010 su factura en lobbys (grupos de presión) supero los 12.700 millones de dólares, de acuerdo con el organismo de control no partidista OpenSecrets.org. Gran parte de este lobby parece estar más destinado a evitar recortes en el presupuesto militar que a promocionar las ventas de aviones.

Pero mientras que los argumentos agresivos de venta podrían sugerir lo contrario, la administración Obama no parece estar cediendo ante todas las exigencias de la empresa. Por ejemplo, a pesar de las peticiones de Lockheed Martin, el gobierno se ha negado a permitir las ventas al exterior de otro de sus cazabombarderos, el F-22, que se dice que es tecnológicamente confidencial para los clientes extranjeros.

Es más, Obama ha instado al Congreso a que descarte la financiación para construir un motor alternativo para el F-35, un proyecto que actualmente da trabajo a 1.000 personas en el estado de Ohio (la Cámara de Representantes votó a principios de febrero con el presidente sobre esto).

Parece, por tanto, que no está viendo el programa de aviones como un voto ganador. En cambio, destacó Caffrey, cualquier promoción de los intereses de Lockheed podría tener como resultado una economía simple.

Señaló que el primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés Nicolas Sarkozy, han llevado a cabo misiones similares en el extranjero.

"Es un negocio a largo plazo. No vendes un avión y ese es el final de la participación de la compañía–es algo que dura al menos 30 años".

Jeff Abramson, subdirector de la Asociación de Control de Armas, expone que los intentos de vender el F-35 en el extranjero son parte de los esfuerzos de la administración de Obama para duplicar las exportaciones de armas y, de este modo, ayudar a la recuperación económica.

Pero incluso si los F-35 están siendo utilizados meramente contra la incertidumbre económica más que para el combate aéreo, Abramson advierte que los F-35 podrían ser vulnerables a un uso inadecuado o incluso contribuir a las carreras armamentísticas regionales y a la inestabilidad.

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