Qué ha hecho y qué más podría hacer Mohamed VI

  • Pese a que desde el Gobierno han afirmado que el atentado en Marraquech ha sido para intentar frenar las reformas democráticas, muchos marroquíes ven insuficientes estas promesas de supuesto cambio. Y siguen saliendo a la calle.
Santiago Zarraga

Aunque el respeto a los derechos humanos ha mejorado levemente en los últimos años, Marruecos sigue permitiendo graves ataques contra libertades civiles. Por una parte encontramos numerosas denuncias de violaciones sobre las libertades de expresión y religión. También se ha intensificado la represión de la disidencia. Éstas son algunas de las denuncias que se desprenden de un informe de Amnistía Internacional.

La expresión de opiniones o la difusión de determinadas informaciones sobre la monarquía marroquí también son objetivo de sesgo por parte del Gobierno marroquí. Pero por otro lado, se han podido ver algunas mejorías, como el de la creación de un canal en lengua tamazight, la hablada por los bereberes y una medida que ha marcado un cambio de actitud de Mohamed VI hacia la comunidad bereber.

Pero las protestas que se dan en las calles del país desde el 20 de febrero tienen muchas exigencias. Los manifestantes denuncian la legislación antiterrorista en vigor, que no establece un control real sobre el trato que reciben los presos. Una de las reformas que más cambiarían la posición de Mohamed VI es la reforma de la Constitución. La actual Carta Magna marroquí autoriza al rey a disolver la legislatura, imponer el estado de emergencia o incluso ostentar un poder decisivo sobre los nombramientos del Gobierno.

A la muerte de su padre, Hasán II, el actual rey de Marruecos accedió al poder para continuar con la dinastía. En su discurso tras acceder al trono, Mohamed VI pedía lealtad a la monarquía, una de las más antiguas del mundo.

La corrupción del Gobierno de Marruecos deja que desear. Ocupa el puesto 85 de 178 en la clasificación de Transparency International.Ésta es una de las razones por las que los marroquíes llevan más de dos meses protestando. Desde las calles denuncian que la situación de los derechos humanos en Marruecos ha ido a peor y piden que se termine con la influencia empresarial de la monarquía.

Aunque las manifestaciones en Marruecos no han tenido la misma repercusión que las de Túnez o Egipto, las concentraciones se siguen convocando. La próxima cita será el próximo domingo, tres días después del atentado que ha terminado con la vida de quince personas en Marraquech. Las ciudades marroquíes volverán a alzar sus voces para denunciar no solo la corrupción, sino denunciaron la corrupción gubernamental y la elevada tasa de paro juvenil

Nadie ha reivindicado el acto terrorista del pasado jueves,aunque Rabat ha dicho que tiene un vídeo de Al Qaeda en el Magreb en el que declaran su responsabilidad. Sin embargo, el historial de atentados en Marruecos desde 1994 hace pensar en algún grupo islamista radical. Ésta hipótesis toma sentido si el acto se entiende como una respuesta a las promesas de reformas constitucionales hechas por Mohamed VI.

Algunos analistas relacionan el atentado de la plaza Jama el Fna con las movilizaciones antigubernamentales. Desde que comenzaron las protestas en los países árabes, se han producido atentados terroristas, afirma Fernando Reinares, investigador principal de Terrorismo Internacional del Real Instituto Elcano.

En este contexto, la manifestación convocada para el 1 de mayo resulta especialmente sensible. Mientras que el ministro de Economía, Salahedin Mezuar, ha garantizado que el atentado en Marraquech no frenará las reformas, muchos ciudadanos siguen sin confiar en las expectativas de cambios democráticos en el país.

De todos modos, se espera que Rabat siga maquillando las protestas, reduciendo las estimaciones sobre el número de asistentes de cientos de miles a decenas de miles. Mohamed VI ha prometido una reforma constitucional que recortará sus competencias y buscará la separación de los poderes en Marruecos.

"Es difícil hablar de un Estado de derecho en Marruecos", explica el analista del instituto. La lucha contra el terrorismo en Marruecos implica "excesos". Pero los marroquíes parecen no confiar en la promesa reformista llegada desde la monarquía.

En noviembre de 2010, el país vio el enésimo abuso de fuerza del Ejecutivo marroquí. Fue el mismo Ministerio de Comunicación el que anunció el cierre de la delegación en Rabat de Al Jazeera, la cadena de televisión catarí.

Reporteros sin Fronteras y otras ONG han condenado la decisión, al igual que los bloqueos policiales que sufrieron siete periodistas españoles en el Sáhara Occidental. En el año 2010, el Reino de Marruecos cayó ocho posiciones en la clasificación mundial de la libertad de prensa hasta el puesto 135 de 178.

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