Los griegos, después los europeos, y los que no lo son están este domingo pendientes de lo que deciden los ciudadanos helenos. Todos tienen sus teorías de lo que va a suceder tanto si gana el 'sí' como si gana el 'no'. Unos creen que si gana el 'no', Grecia sale fortalecida para negociar en Europa, otros sin embargo apuntan a que la salida de la zona Euro estaría más cerca. Si gana el 'sí' la cuestión es bastante más clara: es una derrota de Tsipras y Syriza que podría obligarle a dimitir. Entonces un nuevo gobierno griego liderado posiblemente por un tecnócrata negociaría un tercer rescate.
Ni siquiera los griegos se ponen de acuerdo a la hora de votar. Unos votan 'si' porque creen que si sale el 'no' se alejan de Europa, y los que votan 'no' lo hacen en contra de la austeridad de Bruselas, sin que signifique eso que tengan que dejar la zona Euro. La pregunta del referéndum tampoco ayuda mucho. Se pregunta por una propuesta europea que es anterior a las posteriores reuniones y acuerdos entre Grecia y la UE.
Esta es la pregunta: ¿Debe aceptarse el plan de acuerdo entregado por la Comisión Europea, el BCE y el FMI en la reunión del Eurogrupo del 25.06.2015, y que consta de dos partes que constituyen una propuesta unitaria? El primer documento se titula 'Reformas para completar el actual programa y más allá', el segundo 'Análisis preliminar de la deuda'.
La cuestión es tan rebuscada que ni los propios griegos saben lo que están votando. Desde fuera de Grecia se opina que lo que se vota es la permanencia o no del país en el Euro, algo que Tsipras se ha encargado de desmentir de forma rápida. Sin embargo los que van a votar 'sí' opinan que es eso mismo lo que está en juego. Por otro lado los que votan 'no' aseguran que es para hacer más fuerte a Grecia en la negociación con la Troika como pide el primer ministro.Si gana el 'no'
La versión del gobierno griego
La primera lectura es interna: un triunfo de Tsipras. Sería una victoria para el gobierno griego de que se plantaría en Bruselas con autoridad para poder negociar un mejor acuerdo para Atenas. Esa es su intención al menos. Lo que quiere conseguir Grecia, una vez que parece dispuesta a ceder en asuntos como reformar el sistema de pensiones y subir algunos impuestos, es lograr que la deuda forme parte del acuerdo y de la negociación.
Algo con lo que cuenta el FMI, que ya ha dicho que para avalar un tercer rescate, que cifra en 54.000 millones, pide una quita de la deuda del 30% del PIB. Eso supondría pasar de una deuda del 180% del PIB a una más asequible del 120%. En este sentido el principal escollo son los socios europeos que no parecen dispuestos a una quita de la deuda, ni tan siquiera a una reestructuración. Por lo menos a corto plazo, por eso se dejó fuera de la negociación. Una victoria del 'no', y por tanto de Tsipras, podría hacer cambiar esa visión.
La versión del Eurogrupo y del BCE
El Gobierno de Tsipras ha dicho que retomaría inmediatamente las conversaciones con los acreedores. Pero los responsables europeos creen que sería muy difícil acordar un nuevo rescate porque el 'no' sería interpretado como un rechazo al compromiso con los acreedores.
Los responsables de la zona euro han advertido que un triunfo del 'no' apuntaría a un rechazo al euro y cerraría la puerta a una mayor ayuda de los acreedores, dejando al país aislado dentro del bloque.
Grecia probablemente termine sin pagarle al BCE el 20 de julio (le debe 3.500 millones) y verá una profundización rápida de la crisis, con bancos que probablemente no abrirán por la incertidumbre. En total necesita 6.800 millones para distintos vencimientos durante el mes de julio.
El BCE posiblemente siga congelando o estirando la financiación de emergencia a los bancos griegos, presionando más a Tsipras mientras trata de alcanzar un acuerdo en medio de un descalabro bancario.
La salida del Euro podría estar más cerca. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dijo ayer que "si sale el 'no', la pregunta no será si hay base para otro acuerdo, sino si hay base para que Grecia siga en el euro". Juncker también dijo que sería considerado como un mensaje de que quieren "alejarse de Europa". Las relaciones con Tsipras serían muy complicadas, incluso desde el punto de vista personal, con muchos dirigentes europeos.
Algo que también opina el líder conservador y ex primer ministro Samaras."El domingo votamos 'sí' o 'no' al euro, no votamos si estamos de acuerdo con esta o aquella propuesta", decía el conservador Andonis Samarás. "El 'no' debilitaría dramáticamente la postura negociadora del país".Si gana el 'sí'
Como no puede ser de otra manera, si sale el 'sí' sería una clara derrota de Tsipras y de su gobierno. Él y Varoufakis ya dejaron caer que si pierden el referéndum tendrían que dimitir. Sería un suicidio político para el primer ministro llevar a cabo un programa que ha calificado de "humillación" para su país y al que se ha opuesto vehementemente.
De hecho dijo esto a los griegos en un mensaje a la nación en Televisión: "Si el pueblo griego quiere tener un primer ministro humillado, hay muchos de ellos ahí fuera. No seré uno de ellos".
Si gana el 'sí', por tanto lo más lógico es que el gobierno de Syriza presente la dimisión. Tras ella hay dos posibilidades. Elecciones anticipadas, que podrían ser en septiembre, o bien la formación de un gobierno de concentración presidido por un tecnócrata, como ya sucedió en 2011 tras la dimisión de Papandreu. Un gobierno alternativo a Syriza es bastante complicado, ya que este partido se quedó a un escaño de la mayoría absoluta. Tendría que ser un gobierno de todos, incluyendo a Syriza o al menos a su socio en el Gobierno, Griegos independientes. La salida más lógica sería nuevas elecciones, aunque esta opción no gusta mucho a los europeos, que prefieren un gobierno de tecnócratas cuanto antes para que poder negociar un nuevo rescate, el tercero.
En cualquier caso, con la victoria del 'sí', se quede o no Tsipras, se abre la puerta a un tercer rescate y a retomar las negociaciones. Los ministros de la zona euro probablemente volverían a reunirse la próxima semana para alcanzar un acuerdo y podría haber un desembolso rápido para salir del paso de 3.300 millones de euros que normalicen la situación en Grecia, actualmente condicionada por el corralito.
El BCE podría normalizar la situación e incrementar el techo de liquidez de emergencia que aporta a los bancos helenos.
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