Rebeldes prorrusos participarán en las nuevas negociaciones de paz en Ucrania

  • Los rebeldes ucranianos dieron hoy el visto bueno a una nueva ronda de negociaciones para el arreglo del conflicto en el este del país, mientras sus milicianos cercaban a las fuerzas gubernamentales en la frontera con Rusia.

Borís Klimenko

Kiev, 16 jul.- Los rebeldes ucranianos dieron hoy el visto bueno a una nueva ronda de negociaciones para el arreglo del conflicto en el este del país, mientras sus milicianos cercaban a las fuerzas gubernamentales en la frontera con Rusia.

"Los principales asuntos que plantearemos son el régimen de alto el fuego, el canje de prisioneros de guerra y los corredores humanitarios", aseguró Andréi Purguin, viceprimer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk.

Las consultas, en las que los representantes insurgentes de Donetsk y Lugansk participarán en formato de vídeo-conferencia, lo que demuestra la profunda desconfianza entre ambos bandos en guerra, tendrán lugar mañana, jueves.

Será la tercera reunión del conocido como Grupo de Contacto que incluye a representantes de Ucrania, Rusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), mediadora en el conflicto que estalló en abril pasado.

Las cuatro partes celebraron en junio sendas reuniones sin que se lograran avances en la solución del conflicto, tras lo que los combates se han recrudecido, en particular en la frontera ruso-ucraniana.

"Estamos abiertos a cualquier clase de diálogo. Es verdad que hemos tenido importantes éxitos militares, pero, pese a todo, queremos poner fin cuanto antes a la guerra", aseguró Alexandr Borodái, primer ministro separatista en Donetsk.

La Presidencia ucraniana se había mostrado en los últimos días dispuesta a reunirse con los separatistas, asunto que fue abordado recientemente por el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y la canciller alemana, Angela Merkel.

"En los últimos días el Grupo de Contacto ha estado dispuesto a reunirse en todo momento y en cualquier lugar, en Ucrania o en el extranjero, donde sea. Pero ellos no quieren reunirse en ninguna parte", dijo hoy Valeri Chali, subjefe de la administración presidencial ucraniana.

El funcionario subrayó que el motivo es que no tienen equipo negociador, ya que aquellos que controlan realmente la situación en el este de Ucrania "no se encuentran en Donetsk", en alusión a la vecina Rusia.

La OSCE, que informó sobre el envío de tres observadores a la frontera a invitación de Rusia para inspeccionar la situación en la zona, criticó a los rebeldes por negarse a dialogar directamente con las autoridades de Kiev desde finales de junio.

Al tiempo que manifestaron su voluntad de participar en las negociaciones, los rebeldes lanzaron un contraataque en la frontera ruso-ucraniana y, tras varias horas de duros combates, lograron cercar a las fuerzas gubernamentales.

Según los rebeldes, "la 72ª y 24ª brigadas de infantería y la 79ª brigada aerotransportada de las Fuerzas Armadas ucranianas están rodeadas en el área de Izvárino", principal puesto de paso en la frontera ruso-ucraniana, en la región de Lugansk.

En los correspondientes combates las tropas del Ejército y la Guardia Nacional ucraniana habrían sufrido ocho bajas, extremo que aún no ha sido confirmado oficialmente.

Además, las milicias separatistas habrían expulsado a los soldados leales a Kiev de la población de Krasnodón y lanzado un "ataque masivo" contra el puesto fronterizo de Marínovka en el que participarían 200 hombres con 10 tanques y 5 blindados.

En previsión de nuevos ataques contra la ciudad de Donetsk, los insurgentes declararon hoy la ley marcial y el toque de queda, que regirá de las 23.00 a las 06:00" horas, según anunció Ígor Strelkov, ministro de Defensa separatista.

Las fuerzas gubernamentales han reconquistado desde las últimas consultas del Grupo de Contacto varios bastiones controlados por los rebeldes en Donetsk desde mediados de abril, como Slaviansk y Kramatorsk.

Por su parte, Andréi Lisenko, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa de Ucrania, denunció la incursión desde Rusia de armamento pesado para los rebeldes, "probablemente Grad" (Granizo), lanzaderas de misiles, profusamente utilizadas en la zona.

Y es que Kiev acusa a Moscú de permitir la libre circulación a través de la frontera de milicianos rebeldes, entre los que figurarían numerosos mercenarios rusos.

No obstante, Ucrania descartó una posible ruptura de las relaciones diplomáticas, aduciendo que seria contraproducente para lograr un arreglo político del conflicto.

"No renunciamos al formato de Normandía", dijo Chali, en alusión a la única reunión mantenida hasta ahora por los presidentes de ambos países, el ucraniano Poroshenko y el ruso Vladímir Putin, en esa región francesa a principios de junio.

Al respecto, Alexéi Pushkov, jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma rusa, advirtió que ese paso perjudicaría mucho más a Ucrania, ya que, entre otras cosas, obligaría a entre 3 y 4 millones de ucranianos a abandonar Rusia.

En un gesto de buena voluntad, 15 guardias fronterizos ucranianos fueron hospitalizados en la región rusa de Rostov tras resultar heridos, cuatro de ellos de gravedad, en los combates con los rebeldes prorrusos.

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