Salé tiene heridas "de gran alcance" y quemaduras en el 40 por ciento del cuerpo

  • El presidente de Yemen, Alí Abdalá Salé, está más grave de lo que quieren hacer creer fuentes oficiales. Permanecerá mínimo dos semanas en Arabia Saudí para curarse, lo que supone una ventaja de facto para los opositores que llevan meses manifestándose para que el dictador abandone el poder.
Agencias

Alí Abdalá Salé, sufre de heridas "de gran alcance" y graves quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo provocadas por el ataque del pasado viernes a su palacio en Saná, lo que le llevará a permanecer un mínimo de dos semanas en Arabia Saudí hasta que se recupere, según han confirmado este fuentes médicas y diplomáticas.

Salé se encuentra estable en un hospital militar de Riad, la capital saudí, donde va a ser operado por un equipo médico germano-saudí por las heridas de metralla que tiene en su cara, cuello y pecho.

En principio, sus seguidores aseguraron que Salé sólo tenía heridas menores, aunque fuentes diplomáticas sostienen que el presidente yemení tiene quemaduras en el 40 por ciento de su cuerpo, según ha informado el diario británico 'The Guardian'.

Además, fuentes médicas han declarado a la cadena qatarí Al Jazeera que Salé tendrá que someterse a operaciones de cirugía estética y han insistido en que necesitará un periodo de recuperación de dos semanas antes de que pueda volver a la capital yemení.

No obstante, el vicepresidente de Yemen, Abd-Rabu Mansur Hadi, ha manifestado que Salé volverá al país "en los próximos días" después de hablar con él por teléfono, mientras que la oposición ha reiterado que tratará de evitar que el presidente yemení vuelva al país.

Dictadura pendiente de un hilo

Con el país al borde de la guerra civil entre la dura represión de las fuerzas del régimen contra los manifestantes de la oposición y la respuesta armada que en las últimas semanas ofrece el líder tribal Sadeq al Ahmar, de lado de los opositores, la ausencia prolongada de Salé pone en peligro su dictadura de más de tres décadas.

Hasta tres veces se ha echado atrás en menos de dos meses el presidente yemení, cuando su partido y la oposición ya habían aceptado un pacto para su salida.

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