La prueba definitiva

SpaceX revoluciona la carrera espacial con su primer lanzamiento tripulado

  • La compañía de Elon Musk afronta la prueba decisiva para romper nueve años de monopolio ruso y abrir camino al turismo en el espacio. 
SpaceX revoluciona la carrera espacial con su primer lanzamiento tripulado. / EFE
SpaceX revoluciona la carrera espacial con su primer lanzamiento tripulado. / EFE

Hecho en el planeta Tierra por humanos. SpaceX se dispone este miércoles a marcar un nuevo hito en la historia de la carrera espacial con connotaciones mucho más que patrióticas. La compañía de Elon Musk está lista para realizar el primer lanzamiento por parte de una empresa privada con astronautas, desde suelo estadounidense y utilizando un cohete 'Made in USA'. No solo se llenará así el vacío que quedó tras la jubilación de los transbordadores. Es el inicio de una nueva era en los viajes espaciales con humanos por el sistema solar en alianza con la NASA.

El cohete Falcon 9 con la capsula 'Crew Dragon' está en posición vertical desde hace días en el complejo 39A del Centro Espacial Kennedy, en cabo Cañaveral. Desde ahí partieron hace medio siglo los enormes Saturn V de la misión Apollo y los transbordadores. El de este miércoles (previsto para las 4.33 pm hora de Florida) será el primer lanzamiento en EEUU desde el Atlantis en julio 2011. A los mandos de la astronave irán los astronautas Bob Behnken y Doug Hurley, los primeros que lo hacen para una compañía privada.

La NASA y SpaceX completaron el sábado el último ensayo general. Hasta ahora las misiones de la compañía espacial se concentraron en transportar carga a la Estación Espacial Internacional y poner satélites en órbita. La 'Crew Dragon', de hecho, es una versión de la cápsula 'Dragon 2'. Esta arriesgada primera misión de demostración con humanos solo tendrá dos tripulantes a bordo. El diseño de la cápsula es limpio y futurista comparado con la Soyuz. El interior equipa con pantallas táctiles y puede configurarse para transportar hasta un total de siete pasajeros.

SpaceX realizó ya 85 lanzamientos con éxito del Falcon 9 durante los últimos 10 años, sobre 87 en total. La gran particularidad de este cohete es que el propulsor regresa de manera automática a Tierra y se utiliza en otras misiones, lo que reduce enormemente los costes. Además cuenta con una configuración que combina tres Falcon 9 para carga más pesada. Los dos astronautas en esta misión, que aún deben revelar el nombre de la cápsula, llevarán trajes hechos a medidas por SpaceX. Se diseñaron desde cero.

El mito de Musk

Musk fundó SpaceX en 2002 para desarrollar la tecnología con la que realizar misiones interplanetarias tripuladas de bajo coste. Hace dos años presentó con ese propósito el sistema 'Starship', que sustituirá al Falcon 9 y las capsulas 'Dragon'. Con este plan, SpaceX acaba de autorizar una ronda de financiación que le da una valoración de 36.000 millones. Eso le convierte en una de las compañías no cotizadas más valoradas en EEUU, por detrás de gigantes industriales como Cargill y Koch. Y es la mayor tecnológica por delante de Stripe, Airbnb y Epic Games.

Es precisamente esta visión lo que convirtió a Elon Musk en un mito. El impulso que dio a la carrera espacial no hizo más que alzar su figura a la de un superhéroe tipo Tony Stark. Su cuenta en Twitter es seguida por casi 35 millones de fans. Es su principal vía de comunicación. En los últimos años su reputación se transformó de ser un sabelotodo de Internet que se hizo rico con PayPal a un revolucionario de la industria de la automoción gracias a los coches eléctricos Tesla.

Es una persona brillante y que está logrando cosas que hace una solo década se daban por imposibles. La crisis por el coronavirus, sin embargo, volvió a poner de relieve su lado más oscuro. Minimizó los riesgos del Covid-19 y desde las redes sociales cuestionó al puro estilo Trump el confinamiento al grito de “Free America Now”. Después, desafió a las autoridades en California poniendo en marcha la planta de ensamblaje. No era su primera controversia.

Los tuits ya costaron a Musk la presidencia de Tesla tras ser acusado de fraude por el regulador bursátil. El exitoso lanzamiento de la 'Crew Dragon' podría, por tanto, cerrar las grietas abiertas por la pandemia entre sus más fervientes admiradores, los mismos que creen en el poder de la ciencia para afrontar los retos de la humanidad y que no ven la hora de que la cápsula despegue rumbo hacia la Estación Espacial Internacional para hacer borrón y cuenta nueva.

Elon Musk es a la vez epidemiólogo, geólogo, teorista político, abogado, economista, financiero, entusiasta de la inteligencia artificial y empresario. Pero sobre todo quiere ser recordado como un colonialista espacial. La 'Crew Dragon' será solo la quinta astronave desarrollada por una compañía en EEUU en ser certificada por la NASA para transportar humanos y la primera desde 1975. Para lograrlo, el ingenio debe demostrar que es seguro para poner astronautas en órbita y traerlos de vuelta a la Tierra.

El fracaso no es una opción esta vez. La misión Demo-2 servirá, de hecho, para completar el proceso. Con el aprobado definitivo, SpaceX estará lista para operar de una manera regular llevando astronautas de la NASA o cualquier otro cliente a la Estación Espacial. No es su única línea de negocio. En paralelo, fabrica una megaconstelación de 12.000 pequeños satélites en el marco del proyecto 'Starlink', para llevar Internet a áreas remotas. La primera tanda se desplegó en febrero de 2018.

SpaceX se financia con fondos propios y de la NASA. Wall Street no es una opción en este momento para dotarse de liquidez como hace con Tesla. En todo caso, si necesita efectivo para acelerar otras operaciones y hacer frente a la competencia de 'Blue Origin', la compañía espacial de Jeff Bezos, o Boeing, su rival en el programa de vuelos espaciales comerciales tripulados de la NASA a la Estación Espacial para acabar con casi una década de monopolio de las Soyuz rusas.

La NASA les otorgó el contrato en 2014 con el objetivo de lanzar los primeros astronautas en 2017. Pero los retrasos son normales en el desarrollo de las astronaves, por los problemas técnicos que deben superar. El último lo protagonizó Boeing a final del pasado año, cuando su cápsula 'Starliner' se desvió de la trayectoria hacia la Estación Espacial en su primer vuelo de demostración sin tripulantes. Era una prueba crítica que la 'Crew Dragon' completó a comienzos de 2019.

La alianza de la NASA con el sector privado tiene, además, como objetivo animar a la industria a desarrollar astronaves y cohetes para misiones que vayan más allá de la órbita terrestre. Hace un mes, seleccionó a SpaceX, Blue Origin y Dynetics para diseñar tres sistemas para que el ser humano vuelva a pisar la Luna en 2024. El contrato tiene un valor combinado próximo a los 970 millones de dólares. Es la otra pieza clave de la ecuación para ir algún día a Marte.

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