Thiago Alcántara y el Bayern o la historia de un despegue aplazado

  • La historia de Thiago Alcántara en el Bayern en Múnich es en buena parte la historia de un despegue aplazado, en buena parte por culpa de las lesiones que le han impedido al volante español asumir un protagonismo importante en su primera temporada en el club alemán.

Rodrigo Zuleta

Berlín, 15 may.- La historia de Thiago Alcántara en el Bayern en Múnich es en buena parte la historia de un despegue aplazado, en buena parte por culpa de las lesiones que le han impedido al volante español asumir un protagonismo importante en su primera temporada en el club alemán.

Thiago llegó al Bayern por petición expresa o, más bien, por exigencia pública de Pep Guardiola, con lo que desde el comienzo tuvo un poco el aura propia de los elegidos.

El jugador español fue el único fichaje que se debía enteramente a la voluntad del entrenador, puesto que el otro refuerzo importante, Mario Götze, había llegado más bien como producto de un compromiso después de Guardiola se resignara a que la cúpula del Bayern no consideraba conveniente intentar fichar a Neymar.

Thiago era, en la idea de Guardiola, el jugador que le ayudaría a darle su sello a un Bayern que venía de ganarlo todo con Jupp Heynckes y en el que cualquiera que llegase tenía difícil encontrar un lugar en el once titular.

Ya a comienzos de la temporada, el 2 de septiembre de 2013, Thiago sufrió su primera lesión que parecía anticipar lo que sería para él una temporada con visitas demasiado frecuentes a la enfermería.

La lesión fue de tobillo y lo tuvo alejado de las canchas hasta el 26 de noviembre cuando reapareció, en un partido a domicilio contra el Borussia Dortmund. Ese día, que se selló con una goleada por 0-3, pareció ser el despegue de Thiago que entró y, junto con Götze, cambio el partido.

Götze, en su primer contacto de pelota, hizo el primer gol, el segundo lo hizo Arjen Robben después de un pase sensacional de Thiago. Luego, Thomas Müller hizo el tercero pero lo más importante fue que, como lo registró toda la prensa alemana, con la entrada de los dos jugadores Guardiola había logrado transformar por completo un partido.

A partir de ese momento, se esperó que Thiago fuera asumir un protagonismo importante, algo que pareció confirmarse en el Mundial de clubes donde el español marcó el 2-0 en la final ante el Rajá Casablanca.

Sin embargo, tras reiniciarse la temporada alemana, el protagonismo de Thiago se fue diluyendo en medio de las rotaciones permanentes de Guardiola. Era un jugador importante, muchos pensaban que podía llegar a serlo mucho más con el tiempo. Pero había jugado demasiados pocos partidos para que alguien, distinto a su entrenador, lo viera como imprescindible.

El Bayern se coronó campeón el 26 de marzo, más temprano que ningún otro equipo de la Bundesliga, con una victoria a domicilio por 1-3 ante el Hertha. En el siguiente partido, que se saldó con un empate a tres goles ante el Hoffenheim, Thiago volvió a lesionarse, esta vez de rodilla.

La lesión de Thiago coincidió con una fase en la que el Bayern tuvo un bajón de rendimiento pero es difícil establecer una relación de causalidad entre los dos hechos. Antes, había jugado demasiado poco para arriesgar una interpretación así.

Ahora, cuando parecía que estaba a punto de volver y hasta se pensaba que podía estar en la convocatoria para la final de la Copa de Alemania el sábado ante el Dortmund, la rodilla ha vuelto a fallarle.

A fin de cuentas, Thiago sólo pudo jugar 16 partidos de 34 en la Bundesliga y 4 compromisos de 12 en la Liga de Campeones.

El número de minutos jugados en la Bundesliga -999 según la pagina web del Bayern- deja la sensación de una temporada inconclusa.

Ahora, según indica el parte médico, sólo le queda recuperarse para la próxima temporada y esperar que en ella si pueda tener el protagonismo que Guardiola tiene planificado para él desde que pidió su fichaje y así lograr concluir la historia inconclusa de su despegue aplazado.

La última lesión hace también que el sueño de jugar con España la final de Brasil sea algo inalcanzable.

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