Laboralista y conservador

Los exprimeros ministros Blair y Major critican el plan del Brexit de Johnson

El actual primer ministro está dispuesto a violar el derecho internacional con un controvertido proyecto de ley que revisa sus compromisos pactados y reabre el asunto de la frontera entre las dos Irlandas.

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EFE

Los exprimeros ministros británicos Tony Blair y John Major han pedido a los diputados que rechacen lo que califican de "vergonzoso" proyecto de ley que busca modificar el acuerdo del Brexit, y consideran que la actitud de Boris Johnson es "irresponsable", "equivocada" y "peligrosa".

El Gobierno de Boris Johnson ha presentado en el Parlamento el llamado proyecto de ley del Mercado Interno, cuya intención es, si es aprobado, poder modificar algunos de los compromisos adquiridos en el acuerdo de retirada alcanzado con la Unión Europea (UE) en 2019 y que dio paso al Brexit el pasado 31 de enero.

Ese proyecto, que será debatido este lunes en la Cámara de los Comunes (baja), ha inquietado a políticos británicos y a la UE, sobre todo porque busca modificar el mecanismo diseñado para evitar levantar una frontera física entre las dos Irlandas, con el objetivo de preservar la paz en Irlanda del Norte, en caso de que ambas partes no lleguen a un acuerdo comercial a finales de este año.

Desde las páginas del dominical "Sunday Times", Blair (laborista) y Major (conservador) criticaron con dureza la actitud del Gobierno "tory" de Johnson, al considerar que el texto legislativo "plantea cuestiones que van más allá del impacto en Irlanda, el proceso de paz y las negociaciones para un acuerdo comercial (con la UE)", puesto que "plantea la misma integridad" del Reino Unido.

En opinión de Blair y Major, que trabajaron para alcanzar el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998) en Irlanda del Norte, la actitud del Gobierno "avergüenza" al Reino Unido. Agregan que los planes del Ejecutivo puede poner en peligro el acuerdo del Viernes Santo, perjudicar la credibilidad del Reino Unido en futuros acuerdos comerciales y puede llevar a medidas de represalia perjudiciales por parte de la UE.

Las críticas contra Johnson han llegado desde todos los espectros políticos y la misma ex primera ministra conservadora Theresa May le advirtió de que el Gobierno está en peligro de perder la confianza de otros países a la hora de honrar compromisos internacionales.

Johnson, dispuesto a violar el derecho internacional

El controvertido proyecto de ley que defiende Johson también ha dejado atónitos a políticos y expertos legales y amenaza con violar el derecho internacional. El plan revisa sus compromisos del Brexit y reabre el espinoso asunto de la frontera entre las dos Irlandas. En concreto, el texto otorga al Gobierno poder para "modificar o dejar de aplicar" algunas reglas relativas a la circulación de bienes contenidas en el protocolo relativo a Irlanda del Norte. Ese protocolo para Irlanda del Norte se aplicaría solo si no hay un acuerdo al final del actual periodo de transición.

Johnson ha presentado en el Parlamento el proyecto de ley del Mercado Interno, pensado para regular el comercio dentro de las cuatro naciones del Reino Unido -Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte- una vez que termine el actual periodo de transición con la Unión Europea (UE) el próximo 31 de diciembre.

Ese texto legislativo ha sido introducido mientras Londres y Bruselas negocian un acuerdo comercial que debería regir la futura relación bilateral después del 31 de diciembre, pero sin avances y el tiempo que queda es poco, dado que Johnson ha dejado claro que no pedirá una extensión del periodo de transición. El Reino Unido salió del bloque comunitario el pasado 31 de enero tras alcanzarse el acuerdo del Brexit.

Además de regular el comercio interno, la pieza legislativa, si es aprobada por el Parlamento, puede tirar por los aires el mecanismo acordado entre Londres y Bruselas para evitar una frontera física entre la República de Irlanda -en la UE- e Irlanda del Norte, a fin de no perjudicar el delicado proceso de paz en esa provincia. Ese mecanismo está contenido en un protocolo del Acuerdo de Retirada (Brexit) y establece que la provincia británica quede en el mercado único europeo para bienes junto con la República de Irlanda en caso de que la UE y Londres no lleguen a un acuerdo comercial. Esto implica crear un sistema de controles con el resto del Reino Unido: uno de los aspectos clave que el Gobierno de Johnson quiere alterar dado que, de alguna manera, la frontera con el bloque comunitario se situaría en el mar de Irlanda -que separa la isla de Gran Bretaña y la provincia de Irlanda del Norte-.

¿Por qué el proyecto resulta tan polémico?

La posibilidad de que el proyecto de ley de Johnson revise los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Retirada ha enfurecido a la UE y ha sorprendido a políticos británicos, dado que supondría incumplir las obligaciones internacionales del Reino Unido. La Comisión Europea (CE) advirtió, por su parte, de que el texto legislativo amenaza con perjudicar la confianza entre las partes para alcanzar el pacto comercial que se está negociando.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, pidió a Johnson que cumpla con sus obligaciones al citar la frase latina "pacta sunt servanta", que en relaciones internacionales se interpreta como "los acuerdos deben ser mantenidos".

El experto en Derecho Internacional Público de la Universidad de Oxford Antonios Tzanakopoulos dijo a Efe que "sin ninguna duda" el proyecto de ley viola el derecho internacional porque el "Reino Unido no puede unilateralmente modificar un acuerdo internacional". "Cada Estado puede legislar como quiere, en forma interna, pero si esto viola una obligación internacional (en este caso obligaciones procedentes del acuerdo de retirada), se produce una violación del derecho internacional", explicó el experto.

El primer ministro defiende el polémico proyecto de ley para impedir que la UE pueda dividir al Reino Unido y ponga en peligro, según él, la "paz y la estabilidad" en Irlanda del Norte. Según el jefe de Gobierno, la legislación es necesaria para evitar que la UE pueda hacer una "interpretación extrema" del protocolo sobre Irlanda del Norte e imponga "una frontera comercial total en el mar de Irlanda" que impida el transporte de alimentos desde la isla de Gran Bretaña a la provincia de Irlanda del Norte.

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