El río más tóxico y letal del mundo se cobra una víctima al día en México

  • El infierno de sulfuro desangra al Salto de Juanacatlán, en Guadalajara. Hace cuatro décadas era conocido como 'El Niágara' mexicano pero hoy es sinónimo de muerte.

    Más de 300 empresas arrojan ilegalmente sus desechos tóxicos, que se suman a los lixiviados y drenajes de los vertederos. Allí ya han muerto 628 personas y casi 3.000 han padecido graves enfermedades en la última década. 

La espuma tóxica en el río resulta letal, mientras las cascadas de agua resultan amarillentas por el sulfuro.
La espuma tóxica en el río resulta letal, mientras las cascadas de agua resultan amarillentas por el sulfuro.
Diego Caldentey

El infierno de sulfuro desangra al Salto de Juanacatlán, en México. Ya nada es como era. Parecen lejanas y remotas aquellas postales de una cascada de agua cristalina e inmensa, que llevó a tildar el lugar como 'El Niágara mexicano'.  Niños y adultos disfrutaban y se bañaban en el río de uno de los parajes más hermosos del país.

Desde hace una década, vertidos amarillentos y espumosos discurren por su lecho. El Salto está hacinado de empresas nacionales y extranjeras (entre las que destacan compañías electrónicas, fábricas automotrices, plantas químicas, laboratorios farmacéuticos y cfirmas de alimentos y bebida).

La expansión de estas firmas ha sido meteórica desde comienzos del siglo XXI. Hoy son más de 300 y varias de ellas arrojan ilegalmente sus desechos tóxicos a las aguas residuales del estado de Guadalajara. Esto ha convertido al río en el más letal y tóxico de la Tierra.

Cifras atroces respaldan esta afirmación. Solo en 2015, según un relevamiento del Comité en Defensa Ambiental de El Salto, murieron 72 personas a causa directa de la contaminación de las aguas. El pasado año ha sido el peor de toda su historia en materia de víctimas fatales. Pero si sumamos los muertos en los últimos ocho años, el Comité enumera 628 casos fatales.

Hay más: decenas de lugareños padecen graves problemas de salud ligados a la contaminación tóxica. Los medioambientalistas cifran en 2.678 a las personas que insuficiencia renal, cáncer, leucemia, problemas en la piel e infecciones en los sistemas digestivo y respiratorio en la última década Traducido, si se divide esa cifra por 10 años, arroja 268 personas gravemente afectadas por la contaminación en cada uno de ellos. Al sumar los muertos del último año, la desastre genera (entre muertos y enfermos) a una víctima diaria de manera anual.

Los vecinos ya se han acostumbrado a la imagen que es su calvario de cada día. El tramos del río que atraviesa El Salto muestra nubes de espuma en apariencia inofensivas. Pero de las mismas emanan vapores industriales que tornan el aire irrespirable.

Hay que remontarse a la década del 70 para comenzar a vislumbrar el origen de este desastre ecológico. Las industrias comenzaron entonces a desembarcar en un pueblo anodino, que poco a poco fue aumentando el número de habitantes debido a la mano de obra "importada" para trabajar en las fábricas. Principalmente, quienes se mudaron al salto provienen de Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México y capital del estado de Jalisco, situada a 25 kilómetros del lugar.

Hay más datos que avalan con rigor científico lo que sucede en las aguas del Río Santiago, que atraviesa El Salto y corre casi 600 kilómetros por el occidente de México. La Comisión Nacional del Agua encontró que este lecho es el más contaminado de todo el país.

Por otra parte, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua detectó que existen 1.090 contaminantes en el río. Entre éstos destacan arsénico, mercurio, cromo y disruptores hormonales, tal como informa la revista Vice. Todos estos componentes altamente nocivos para la salud son disparadores de malformaciones genéticas en los humanos, diversos tipos de cáncer y problemas de crecimiento para su población.

En 2006, grupos de ecologistas fundaron la agrupación 'Un Salto de Vida', una ONG integrada por Grupo Ecologista El Roble, la Asamblea Regional de Afectados Ambientales, Voluntarios por Nuestro Río y Arte Comunitario, entre otras entidades.

Sus integrantes vienen realizando movilizaciones ciudadanas, denuncias populares, demandas ante instancias gubernamentales y propuestas de mitigación ambiental, entre otras acciones.

El cine también se ha hecho eco de este drama. Greenpeace y la productora Tecolote Films han realizado el documental 'Un salto a la vida', que cuenta la historia de degradación de la que alguna vez fue la cascada más bella de México, la séptima más grande del mundo.

El cortometraje, presentado el pasado año, rescata la memoria de los habitantes del lugar que hoy sobreviven y son condenados por las aguas contaminadas por el corredor industrial.

Además de la imparable y anónima descarga de sustancias tóxicas que continúa de manera irrefrenable, a éstas se suman los lixiviados (líquidos que escurren desde los vertederos) y los drenajes de numerosos fraccionamientos que llegan al río.

Todo esto ha cambiado las cristalinas y envidiables aguas del río Santiago (otrora fuente de vida y sustento, visitadas por el turismo mundial) por un fétido espejo de agua que es sinónimo de muerte y desolación.

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