Tres hermanos mexicanos condenados a muerte en Malasia logran volver a su país

  • El 4 de marzo de 2008 los hermanos Simón, Luis Alfonso y José Regino González Villarreal fueron detenidos en Johor por la Policía Real de Malasia.
Los tres mexicanos fueron repatriados desde Malasia tras haber recibido el perdón del sultán. /Milenio TV
Los tres mexicanos fueron repatriados desde Malasia tras haber recibido el perdón del sultán. /Milenio TV

Los tres hermanos mexicanos condenados a muerte en Malasia desde 2012 por narcotráfico ya han sido repatriados a su país tras recibir el perdón del sultán del estado meridional de Johor. 

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado en el que considera concluido el caso consular de estos mexicanos que desde 2008 estaban detenidos en el país asiático y que cuatro años después fueron condenados a la pena capital La cancillería insiste en la nota oficial en que el Gobierno de México rechaza la pena de muerte.

En septiembre de 2018, el sultán del estado malasio de Johor, Ibrahim Ismail Ibni Almarhum Sultan Iskandar Al-Haj, decidió otorgarles el perdón"como resultado de un largo proceso de trabajo e intenso diálogo", recordó la SRE.

El 4 de marzo de 2008 los hermanos Simón, Luis Alfonso y José Regino González Villarreal, originarios del estado mexicano de Sinaloa, fueron detenidos en Johor por la Policía Real de Malasia. En la operación de su captura la brigada antinarcóticos de Malasia decomisó unos 29 kilos de metanfetamina, un alijo valorado entonces en 15 millones de dólares.

Los tres hermanos sostienen que son inocentes y que fueron utilizados como "chivos expiatorios", ya que no hablan el idioma del país donde fueron detenidos y no tenían modo de defenderse. Además, durante su proceso argumentaron que no contaban con antecedentes penales en México.

Mientras estuvieron presos en Malasia, la SRE les brindó asistencia y protección consular, apoyo legal durante el proceso, realizó visitas consulares, gestiones por su salud y comunicación constante con familiares. Reiteró entonces que la protección de los mexicanos en el exterior era de máxima prioridad, sin prejuzgar su posible culpabilidad o inocencia.

Tras ser condenados en 2012, el Gobierno mexicano dijo lamentar la imposición de la pena de muerte contra los hermanos Gonzalez Villareal y anunció que se aseguraría de que se agotasen los recursos legales tendentes a revocar la sentencia.

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