El gobierno federal de los Estados Unidos ejecutó este jueves a su segundo prisionero esta semana, después de una pausa de 17 años, y una vez que la Corte Suprema intervino nuevamente para permitir que continuara el proceso de pena capital, anulando un fallo de un tribunal inferior que lo había bloqueado.
El Departamento de Justicia ejecutó al asesino convicto Wesley Purkey por inyección letal, en la prisión federal en Terre Haute, Indiana, dijo una portavoz de la Oficina de Prisiones.
La ejecución había sido bloqueada por un tribunal federal, pero la Corte Suprema la anuló, tal como lo hizo en otro caso el martes, y volvió a dar luz verde al gobierno federal para ejecutar prisioneros.
"Este asesinato desinfectado realmente no sirve para nada. Gracias", dijo Purkey arrepentido en sus últimas palabras, según un periodista al que se le permitió presenciar el asesinato y compartir notas con los medios, según recoge Reuters. Purkey, de 68 años, fue condenado en 2003 en Missouri por violar y asesinar a Jennifer Long, de 16 años, antes de arrojar sus restos desmembrados y quemados en un estanque séptico.
Sus abogados argumentaron que tenía demencia y daño cerebral causado por la enfermedad de Alzheimer y ya no entendía su castigo, aunque había aceptado la responsabilidad de su crimen. Matarlo violaría la Constitución de los Estados Unidos, dijeron.
"Lamento profundamente el dolor y el sufrimiento que causé a la familia de Jennifer. Lo siento mucho. Lamento profundamente el dolor que le causé a mi hija, a quien amo mucho ”, dijo Purkey después de que lo ataran a una camilla dentro de la cámara de ejecución, le sujetasen los brazos a las tablas laterales y le insertaran una jeringa intravenosa en el brazo derecho. .
Antes del martes, cuando el Departamento de Justicia ejecutó al asesino convicto Daniel Lewis Lee en la prisión de Terre Haute, el gobierno federal solo había ejecutado a tres personas desde 1963, todas de 2001 a 2003.
