El baile del rescate o no rescate ha comenzado ya entre la Unión Europea y Grecia. Ahora Alexis Tsipras ha asegurado que en ningún caso van a pedir ese tercer rescate del que habla Alemania. "Lo siento pero una vez más vamos a decepcionar" , estas han sido sus declaraciones ante la posibilidad de que, una vez que acabe el programa de ayuda en junio, se pueda producir una prórroga.
Mientras, los comunistas helenos se han empezado a revolver contra el gobierno actual de Tsipras y han convocado manifestaciones en Atenas, símbolo de las protestas antiaustericidas y escenario de las primeras idas y venidas del Gobierno heleno.
Estas son las primeras reacciones que se han desatado ante la noticia de que el parlamento germano diera luz verde a la extensión del rescate griego.
Tsipras se ha encontrado ahora con la problemática de gobernar ante unas promesas que se antojaban más lejos de la austeridad pero con la Eurozona al otro lado y, desde luego, reacia a cualquier tipo de concesión.
Los diarios locales se hacen eco ahora de las divisiones por las que pasa la formación de extrema izquierda helena, puesto que consideran que Tsipras podría haberse posicionado demasiado a favor de la visión de la troika y no se hubiera mantenido firme.
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