"Pido asilo político en Francia por razones religiosas, y porque pertenezco a una minoría étnica amenazada", reclama Antoine -nombre ficticio- de origen sirio.
La realidad es que cientos de miles de refugiados piden asilo tanto económico como político de Siria a países como Francia, España o Italia. El país galo se ha convertido en uno de los países que más inmigrantes ha acogido en los últimos meses.
"Vivía con mi familia en Bagdad pero de repende mi casa saltó por los aires", dice Antoine que vio como su padre perdía la vida a causa de un ataque al corazón. Además, su tio Nissan, fue prisionero de guerra en Irán durante 8 años y fue obligado a convertirse al Islam.
Desde la caída del régimen de Saddam Hussein en 2003, fue testigo de la degradación de su barrio: a pesar de su juventud, 27 años, Antoine ha sido testigo de la muerte de miles de cristianos por parte de bandas organizadas de las milicias chiítas y sunitas.
"Sembraban el terror entre los habitantes y saqueaban todo lo que podían", dice.
Ante el terror de las bombas, la familia de Antoine tuvo que abandonar su casa en 2003. "Nos fuimos a Telkef y tuvimos que dormir toda la familia en una cabaña".
En la ciudad de Telkef la gente puede salir a la calle y tienen menos riesgo de ser asesinados. Los islamistas han conseguido establecer la Charia en varias ciudades, incluída Telkef.
"Los terroristas consiguen amenazarnos cada día. Entrar en restaurantes, peluquerías y comercios y matan a todos los que no crean como ellos". Los terroristas de ISIS siguen ofreciendo videos de decapitaciones de inocentes en las televisiones locales para amedentrar al resto de la población.Obligadas a llevar la Hiyab
La madre y hermana de Antoine fueron obligadas a llevar velo. En caso de que no lo hicieran se arriesgaban a ser secuestradas y violadas. "Cuando salían a la calle sin velo se escondían y corrían para no perder la vida", recuerda Antoine que vio como su familia tenía graves problemas para ir a la iglesia cada día.
El 24 de febrero de 2009 secuestraron a Antoine. "Regresaba de la iglesia a casa cuando de repente me golpearon y me metieron en un coche", dice aterrorizado. "Me tiraron en un descampado y me dieron una paliza. 'Eres un infiel' me dijeron y me obligaron a espiar al sacerdote, si no lo hacía me decapitarian como al resto".
El Padre Yousif Benjamen se sorprendió al no ver a Antoine por la iglesia. "Vino a mi casa y le conté lo que había pasado. Me aconsejó que me fuera de Irak para salvar mi vida".
El joven huyó al norte, en dirección a Duhok, donde le esperaba su tio y unos amigos. "Tuve que pagar 11.000 dólares para salir del país y coger un barco con destino a Turquía donde me quedé cuatro meses. Más tarde, cogí otro barco a Grecia donde aguanté un año", recuerda con pavor.
El deseo de Antoine era pedir asilo en Francia donde tiene familia. "He intentado salir de Grecia varias veces pero al final siempre me metían en la cárcel", declara el joven.
Al final y tras meses de agonía, Antoine pudo coger un avión a Francia y reunirse con su familia.
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