Un escándalo de sobornos hace caer a la presidenta y directivos de la brasileña Petrobras

    • El consejo de Administración de Petrobras se reunirá el próximo viernes para elegir al nuevo directorio.
    • La justicia investiga una red de sobornos tejida entre Petrobras y empresas constructoras, que habría actuado durante una década.
Petrobras excluye las pérdidas por corrupción en su balance trimestral
Petrobras excluye las pérdidas por corrupción en su balance trimestral

La presidenta de Petrobras, Graça Foster, ha dimitido este miércoles de su cargo, en una decisión imitada por el resto de los directores de la compañía estatal brasileña, presionada por el millonario escándalo de corrupción que la afecta desde hace casi un año.

En una nota enviada al mercado Petrobras informó "que su consejo de Administración se reunirá el próximo viernes para elegir al nuevo directorio después de la renuncia de la presidenta y los cinco directores".

La petrolera está sumergida en un escándalo de corrupción sin precedentes, por el que la justicia investiga una red ilegal de sobornos entre Petrobras y empresas constructoras que habría actuado durante una década y movió unos 4.000 millones de dólares.

La decisión se hace oficial después de una jornada plagada de rumores y euforia en el mercado en que las acciones de Petrobras se dispararon más de 14%.

El expresidente del Banco Central, Henrique Meirelles, es uno de los principales candidatos a ocupar la silla, según versiones de prensa.Resultados bajo sospecha

La salida de Foster se selló después de que la semana pasada la compañía publicara sus resultados del tercer trimestre sin el aval de una auditoría internacional ni considerar los perjuicios contables por el caso de corrupción.

Petrobras determinó un sobrecoste de 88.600 millones de reales (USD 34.000 millones) en parte de sus activos, según este balance, pero sin precisar cuánto de este monto corresponde a pérdidas por corrupción. Según la prensa local, esa imprecisión terminó de hacer cuajar la salida de Foster.

Antes de que se destapara la olla de corrupción, ya otro escándalo sacudía Petrobras: la polémica compra de la refinería de Pasadena en Estados Unidos, en la que la estatal perdió 792 millones de dólares. La propia Foster reconoció que no había sido un buen negocio para la estatal.

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