Un joven sirio mató a un juez que había ordenado decapitar a su hermano. Los hechos sucedieron en Manbij, una ciudad al norte del país, cerca de la frontera con Turquía y que tiene unos 100.000 habitantes.
En el ataque, también mató a los dos guardaespaldas del magistrado. Según informaron este miércoles fuentes locales a la agencia chií Abna, el joven se suicidó después pegándose un tiro.
El juez asesinado era de nacionalidad tunecina, y trabajaba al cargo del Tribunal de la Sharía de Manbij, de acuerdo a las informaciones proporcionadas un testigo presencial de los hechos a una agencia de noticias kurda.Varios miembros de la familia
Los hechos sucedieron el martes pasado, una vez que el Tribunal de la Sharía presidido por este juez había sentenciado a muerte por decapitación a varios miembros de una familia. "Al menos el juez había ordenado la ejecución de tres miembros de la familia del joven que se ha suicidado, además del hermano", informó la fuente, que pidió anonimato.
Este testigo añadió que el joven había decidido vengarse y luego acabar con su vida para evitar caer en manos del Estado Islámico.
Se ha informado también de varios altercados entre docenas de ciudadanos de Manbij que han protestado en las calles por las atrocidades cometidas por Estado Islámico. Denuncian que recibieron disparos, a raíz de los cuales murieron varios de los activistas y otros resultaron heridos o detenidos.
Se trata de la tercera protesta de ciudadanos de Manbij para exigir la salida de los yihadistas de esta ciudad, que está en poder de Estado Islámico desde hace más de un año y medio.La vida bajo el Estado Islámico
Poco se conoce de la vida cotidiana en los territorios dominados por Estado Islámico. Algunos vídeos grabados clandestinamente reflejan el hostigamiento religioso que los yihadistas someten a la población.
Todas las mujeres están cubiertas de la cabeza a los pies, vestidas con el riguroso niqab. La música está prohibida, así como el tabaco y el alcohol. Por las calles circulan multitud de hombres armados, flanqueados por edificios en los que cuelgan por todas partes banderas del Estado Islámico.
Una brigada especial integrada por mujeres, llamada Jansaa, tienen potestad para registrar por las calles a las personas de su propio sexo.
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