Una transexual venezolana se postula al Tribunal Supremo de Justicia

  • Tamara Adrián -hasta el año 2002, Tomás-  se define como transexual, lesbiana, feminista y activista, pero sobre todo como una mujer que lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos de las minorías.
Rafael Del Naranco / Caracas

Entre las postulaciones para el cargo de magistrado o magistrada del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, que están en fase de examinar los recaudos presentados en la Asamblea Nacional, se encuentra la solicitud de la doctora Tamara Adrián, abogada egresada con altos honores de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas y en la Facultad de París.

Hasta aquí todo normal, si no fuera que ese mismo TSJ, en su Sala Sonstitucional, aún no le ha respondido a la solicitud de reconocimiento de identidad que introdujo hace seis años.

Nacida como Tomás y transformada en Tamara en 2002, esta experta en derecho mercantil solamente ha recibido hasta los momentos del alto tribunal, un silencio sepulcral convertido para ella en desprecio.

En una entrevista realizada en el diario 'Últimas Noticias' de Caracas, Tamara expresa que se postuló a uno de los cargos más significativos en el TSJ, ya que esa misma instancia “me sigue  negando el derecho a  ser quien soy”.

En el mismo sentido, la letrada reconoce el aspecto positivo de la “intransigencia, intolerancia y el fanatismo existente”, y afirma que estos aspectos la han catapultado al activismo: “Yo debo agradecerle a la intolerancia  lo que hoy soy: un referente de lucha a nivel nacional e internacional”.

Durante el presente año, ha emprendido 30 viajes al exterior para contar la “injusticia” que han cometido en su persona, y reivindicar su condición de mujer del siglo XXI, dispuesta a defender sus derechos inalienables como ser humano.

Hablando del retardo en Venezuela al momento de reconocer la colectividad discriminada -Gay, Lésbica, Bisexual, Transgénico y Transexual- esta se debe, apunta,  “a la carencia de justicia”,  y a la poca voluntad de la Asamblea Nacional  a la hora de hacer valer  los derechos de las minorías.

Con todo, cree que gradualmente “se están rompiendo los mitos del homosexualismo, como se fragmentó el de la segregación racial”.

“Todos somos iguales pero diferentes al mismo tiempo. Cada quien tiene derecho a creer, hacer y realizarse de la forma que considere conveniente”, concluye con la convicción  de quien traspasó esa dura vivencia, salió fortalecida y ahora se postula para ocupar un despacho de magistrada en el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.

Tamara tiene pareja, hijos, le encanta la música y analizar todo el desenvolvimiento de la sociedad  desde el punto de vista jurídico.

 

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