Utah se convierte en el Estado de la pistola

  • En todo Estados Unidos es conocida, y motivo de burla, la predilección por las armas de fuego de los habitantes de esta inhóspita y turística región del oeste del país. Pero el chiste parece haber llegado demasiado lejos con la inclusión de una pistola semiautomática como el símbolo número 24 del estado. Además, gracias a una nueva legislación, a partir de ahora también será legal llevar armas visibles en los campus universitarios.
Pistola Browning M1911
Pistola Browning M1911
Fuente: Wikipedia
Roberto Arnaz (EEUU)

Junto a los mormones, las montañas rocosas y el famoso Delicate Arch (Arco Delicado), Utah tiene un nuevo emblema: la pistola Browning M1911. El parlamento estatal aprobó por rotunda mayoría, 51 votos a favor y sólo 19 en contra, que convirtiese en uno de los orgullos locales. Este arma semiautomática, creada por John Browning hace justo un siglo, aún es ampliamente utilizada a lo largo y ancho del país de las barras y estrellas, donde más de dos millones de unidades están en las manos de militares de élite, cuerpos de policía, como el de Los Ángeles, y ciudadanos.

Los representantes del parlamento estatal hicieron oídos sordos críticas y las protestas llegadas de otros estados, que recordaban como la masacre de Tucson (Arizona), que le costó la vida a seis personas y dejó heridas a 12 más, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords, fue perpetrada con un arma de características muy similares al M1911, la pistola semiautomática Glock 19 con cargador de capacidad extra para 33 balas. De hecho, para director del Centro para la Prevención de la Violencia con Armas, Steve Gunn, la exaltación de la M1911 es una grave falta de respeto a la memoria de todas las víctimas de tiroteos ya que en la mayor parte de los asesinatos con arma de fuego del país se utilizan pistolas semiautomáticas.

Algo en lo que coincide la demócrata de Utah Carol Spackman Moss, uno de los pocos representantes que votó contra el nuevo símbolo. Para Spackman "es insensible" que se tomen medidas como estas "en un momento en el que muchas personas están de luto por la muerte de seis personas en Tucson y las lesiones graves de Gabrielle Giffords, que además es mi amiga".Sin embargo, los políticos de Salt Lake City, de mayoría republicana, no se han mostrado sensibilizados con la causa. Es más, algunos se han permitido hasta tomarse con cierta ironía el asunto. "Nunca se ha visto un caso en el que un arma de fuego ha saltado de un piso y se haya puesto a disparar a la gente", ha asegurado, con enorme polémica, el conservador Stephen Sandstrom, para quien el verdadero problema no es la pistola "sino quién hay detrás del gatillo". Además, Sandstrom ha defendido que el reconocimiento no honra al arma en sí, sino a su creador, John Browning, nativo de Utah, "que ha hecho más por preservar las vidas de soldados estadounidenses en el campo de batalla que cualquier otra persona en la historia de este país".

Una tesis que comparte otro representante republicano, Carl Wimmer. "Browning inventó un arma de fuego que ha defendido los valores y las tradiciones de este país durante 100 años", asegura Wimmer, quien también aboga por un cambio de legislación que permita a los habitantes de Utah llevar armas sin el permiso que hasta ahora es necesario. De momento, lo que sí ha conseguido la mayoría republicana del parlamento estatal es que, en contra de la opinión del 64% de los habitantes del estado, se permita portar y exhibir armas en los campus universitarios. Una decisión que inevitablemente trae a la memoria acontecimientos tristemente famosos como la masacre de Virginia Tech en 2007, en la que fallecieron 33 personas y 29 más resultaron heridas.

Por si fuera poco, Utah no cuenta con un historial brillante en los archivos de la Agencia Federal de Control del Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). Sólo el año pasado, el estado emitió más de 67.000 permisos de armas, de los que 51.000 fueron a parar a personas que ni siquiera viven en el estado. Casos como el de Utah, y otros estados permisivos con las armas, han provocado que en los últimos tres años más de 62.000 pistolas y rifles hayan llegado a las calles del país de manera ilegal.

Para Paul Helmke, presidente del Centro Brady para la Prevención de Violencia, "es obvio que no se trata de fallos de inventario", sino que algunos propietarios de armerías con licencia "están alimentando el mercado criminal". Un negocio que se escapa a las posibilidades reales de acción de la ATF, que con 600 inspectores apenas es capaz de inspeccionar cada año un 20% de los más de 60.000 establecimientos de venta de armas del país. Un verdadero problema en un país en el que un tercio de los casi 300 millones de armas de fuego repartidas por todo el territorio están en manos de particulares.

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