Valls admite el fracaso de la integración en Francia por un apartheid

    • El primer ministro francés, Manuel Valls, reconoció el fracaso de la integración en su país por la existencia de segregaciones diversas, "guetos" y "un apartheid territorial, social, étnico".
    • Él ya había advertido de la situación cuando se produjeron los disturbios de 2005, que las "tensiones se incuban desde hace mucho tiempo".
Valls admite el fracaso de la integración en Francia por un apartheid
Valls admite el fracaso de la integración en Francia por un apartheid

El primer ministro francés, Manuel Valls, reconoció este martes el fracaso de la integración en su país por la existencia de segregaciones diversas, "guetos" y "un apartheid territorial, social, étnico".

En una comparecencia ante la prensa dedicada, entre otras cosas al análisis de los ataques terroristas, Valls dijo que "hay un mal profundo en nuestro país", al tiempo que subrayó su voluntad de luchar contra las desigualdades y las discriminaciones, una acción que tardará tiempo, "una generación".

Recordó que él ya había advertido de la situación cuando se produjeron los disturbios de 2005, que "las tensiones se incuban desde hace mucho tiempo" y que desde entonces han seguido persistiendo los mismos problemas.Relegación en la periferia urbana

Señaló en particular "la relegación en la periferia urbana, los guetos, un apartheid territorial, social, étnico se ha impuesto en nuestro país".

"A la miseria social se añaden las discriminaciones cotidianas por no tener el buen apellido, por el color de la piel, o bien por ser mujer", argumentó.

El primer ministro socialista puntualizó que no ponía en el mismo plano el fenómeno de los jóvenes que caen en el yihadismo con todas esas discriminaciones:"No se trata de buscar la menor excusa, pero hay que mirar también la realidad de nuestro país".

"Tenemos que luchar cada día contra ese sentimiento terrible de que hay ciudadanos de segunda zona o votos que cuentan más que otros", señaló, al tiempo que defendió la necesidad de reformar la ciudadanía, un término que prefirió al de integración porque hay "palabras que ya no quieren decir nada".

"No tenemos derecho al fracaso" porque en otro caso "la respuesta de los franceses será implacable", advirtió.

Con sus palabras , Valls apunta directamente a los barrios más populares de Francia, aquellos que sufren como pocos la pobreza, el desempleo y que conviven con jóvenes de otras etnias o razas.
En estas zonas, la pobreza es tres veces más elevada que en el resto del territorio francés —afecta a un 36,5% de la población— y la tasa de desempleo —del 24,2% en 2012— duplica la media del país, según el último estudio del Observatorio Nacional de Zonas Urbanas (Onzus), de 2013. La mitad de los menores de 18 años vive bajo el umbral de pobreza y la tasa de analfabetismo entre las personas de entre 18 y 29 años alcanza el 12%, cuando es el del 3% en el resto del territorio. Más del 30% de la población es menor de 20 años, el 17,5% es extranjero y el 10% nacionalizado francés.
En Francia viven unos 6 millones de musulmanes: inmigrantes, nativos, provenientes de las excolonias y otros que son franceses desde hace varias generaciones. Muchos estigmatizados y con una integración incompleta, viven en Lyon, Marsella y los suburbios de París donde se aglutina la mayoría de estas comunidades.
En los suburbios pobres, que rodean a las grandes ciudades hay una sensación de aislamiento, incluso de gueto que ha dejado a ciudades como a Vaulx-en-Velin en una realidad paralela a la del resto del país.
Vaulx-en-Velin, un suburbio de mayoría musulmana de las afueras de Lyon, es la tercera localidad más pobre de Francia, y muy representativa de los actuales problemas. Miles de jóvenes simplemente la llaman "la otra Francia", explican Liz Alderman y Adam Ellick, en un reportaje en The New York Times
Aquí, al igual que en otros suburbios pobres que rodean las ciudades, el desempleo es el doble que en el resto del país y casi la mitad de la población no superó la escuela secundaria. Con los recortes y las políticas de austeridad, estas condiciones han deteriorado todavía las condiciones de vida.
En los suburbios de las grandes ciudades francesas, presas de la pobreza y el desempleo, los valores del Islam han sustituido poco a poco a los de la República, según un estudio dirigido por el politólogo Gilles Kepel.
El estudio "Suburbio de la República" es el resultado de un año de investigación en dos comunas emblemáticas de la región parisina, Clichy sous Bois y Montfermeil, de unos 60.000 habitantes, de donde partieron las revuelta urbanas de 2005.
Este estudio subraya la frecuentación regular de las mezquitas, la práctica casi sistemática del ayuno del ramadán por los hombres y el respeto estricto de las normas morales islámicas. Veinticinco años después de una primera investigación, Kepel constata que la referencia al islam se ha reforzado en los suburbios.

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