Venganza y celos se esconden detrás de la destitución del "banquero de los pobres" bengalí

  • El Nobel Muhamad Yunus, de 70 años, acaba de ser relevado como director gerente del banco de microcréditos Grameen por sobrepasar la edad límite para ocupar el cargo. Esa es la razón oficial. Sus defensores apuntan a una campaña en su contra motivada por los celos y la envidia que despiertan en Bangladesh su reconocimiento internacional y como escarmiento por haber intentado incursionar en política.
Yunus y su banco recurren su destitución ante la justicia bangladeshí
Yunus y su banco recurren su destitución ante la justicia bangladeshí
L.P.

Muhamad Yunus fue el primero, hace unos 30 años, en crear una entidad especializada en otorgar pequeños préstamos a los más humildes, habitualmente despreciados por el sistema bancario oficial pero muy cumplidores, como aseguraba el economista cuando fundó el Grameen, en los pagos.

La idea le valió fama mundial y el premio Nobel en 2006. También, el resentimiento de gran parte de la clase alta y los políticos de Bangladesh, poco acostumbrados a que las cosas cambien en su país, uno de los más poblados y pobres del mundo.

Esta situación ha podido comprobarse, según los defensores de Yunus, con su destitución la semana pasada como director gerente del banco, cargo que ocupaba desde 2000. Las autoridades bengalíes alegaron que había sobrepasado en diez años la edad límite de 60 vigente para este tipo de puestos. Sus seguidores apuntan, sin embargo, en otras direcciones menos "técnicas".

En primer lugar aseguran que los dos partidos políticos de Bangladesh se la tenían jurada desde que en 2007 el llamado "banquero de los pobres" había intentado entrometerse en la vida pública mediante la creación de un nuevo partido político dirigido por un ejecutivo militar interino, con la idea de abrir una tercera vía alternativa a las dos dinastías políticas dominantes y acabar con la corrupción endémica del país.

Yunus, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de laConcordia en 1998, ha sido sometido en losúltimos tres meses a una campaña de desprestigio liderada por laprimera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, quien lo tildó de"chupasangres".

Esta campaña en su contra comenzó tras la emisión en noviembrede 2010 de un documental en la televisión noruega que denunciaba unsupuesto trasvase ilegal de fondos entre entidades del Grupo Grameen, algo que tanto Yunus como los directivos de la entidad han negado de manera tajante.

El ministro de Economía, Abul Mal Abdul Muhith, ha asegurado que "no ha habidoninguna razón política o personal detrás de la destitución de Yunus". Pero la propia líder opositora, Khaleda Zia, quien preside el Partido Nacional deBangladesh, ha acusado al Gobierno de actuar en venganza y ha dicho que la destitución de Yunus "pondrá en peligro a la institución demicrocréditos, y afecta a prestatarios pobres". "El asunto debería mantenerse al margen de la política", ha dicho, dejando al descubierto el verdadero trasfondo del asunto.

Mientras los partidarios del banquero y los clientes del Grameen se manifiestan en las calles de Bangladesh pidiendo su restitución, otras fuentes van más allá en el análisis de lo sucedido y hablan de una reacción motivada por los celos y la envidida que despiertan en su tierra los éxitos que fuera de ella cosecha Yunus, quien es adorado por la comunidad internacional.

Según publica el periódico Los Angeles Times, la polícia y la sociedad de Bangladesh están dominadas por la hingsha, palabra bengalí que significa celos o rencor y que estaría jugando un papel clave en la arremetida oficial contra Yunus.

El Nobel es de puertas para adentro un crítico de la corrupción que asola Bangladesh y un continuo reclamo para la total democratización del país asiático, con el consiguiente malestar de los que ejercen el poder allí, que ven para su escarnio que de puertas para afuera Yunus es recibido por los principales líderes internacionales y su voz es escuchada en los foros más prestigiosos.

Lo cierto es que el banquero educado en Estados Unidos, donde inició su vida laboral como profesor universitario, está decidido a presentar batalla. Ha interpuesto un recurso ante el Tribuna Superior de Dacca alegando que continuaba al frente del Grameen a pesar de tener 70 años porque la junta directiva del banco, que está compuesta porlos propios prestatarios de la entidad, le permite quedarse siempre que pueda asumir susresponsabilidades.

El alto tribunal está estudiando los recursos presentados por los abogados de Yunus, quien regresó a Bangladesh en 1971, tras la independencia del país, y poco después creó un sistema de organización social rural que fue adoptado por el Gobierno y que supuso su primer acercamiento a la realidad de los más desfavorecidos. 

Por otro lado, Estados Unidos ha pedido que la situación se solucionede forma amistosa. El senador demócrata John Kerry, presidente de laComisión de Asuntos Exteriores del Senado estadounidense, se hamostrado preocupado y ha dicho que la comunidad internacional estarámuy pendiente del asunto. Yunus se reunirá mañahna con lasecretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.

El Grameen presta dinero sin pedir garantías a cambio, lo que permite entrar en el sistema a los que siempre se han visto marginados por él. Su funcionamiento está basado en la confianza mutua y la solidaridad. Yunus lo inició prestando su propio dinero a 42 personas que lo necesitaban para llevar a cabo microemprendimientos que aseguraran su subsistencia.

En la actualidad, el banco posee más de 7,5 millones de prestatarios, en su gran mayoría mujeres. Consigue cobrar más del 95 por ciento de los préstamos otorgados y tiene réplicas en unos 80 países de todo el mundo.

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