PÚBLICO DIGITAL

El acierto virtual de 'OT 2020' que recuerda uno de los trucos narrativos relegados de la televisión

400 personas entran por videollamada para aplaudir desde sus casas a los concursantes que actúan en un plató con gradas vacías por la crisis sanitaria. 

Roberto Leal rodeado de público virtual en 'OT'
Roberto Leal rodeado de público virtual en 'OT'
Cuca Gamarra

'Operación Triunfo 2020' se termina. Y lo hace sin público en el estudio. Pero el programa ha acertado con su grada de espectadores virtual. Las grandes pantallas del plató se han llenado de señales de webcams de espectadores que, desde su casa, "asisten" el programa y, de paso, saludan a pantalla cuando ven que están saliendo por la tele. Con la ingenuidad de la tele de antaño. 

De repente, las grandes pantallas del estudio han cobrado más sentido que nunca. Pantallas de led que muchas veces se utilizan para simplemente dar movilidad al fondo del plano con alguna animación, ahora llenan de vida 'OT'. No hay el ruido de los aplausos del público en directo, pero sí sentimos la calidez de los fans del programa de su casa.  Porque su plano de reacción está omnipresente en el decorado, detrás de Roberto Leal o de los propios concursantes.

De hecho, esta generación, experta en redes sociales, sabe que como salen pequeñitos en el gran 'videowall' deben moverse mucho para que se les vea mejor. También hacen pancartas para defender a sus favoritos, ponen sus manos en forma de corazón cuando el show se pone ñoño o hasta se aprenden coreografías para aderezar alguna que otra actuación.

No es nada nuevo. Estamos ante el 'plano de reacción' de la televisión de siempre. Ese primer plano de reacción que tan bien utilizaba Chicho Ibáñez Serrador en sus míticos programas. Su mirada amplia de la televisión entendió que el primer plano no sólo era muy útil para un espacio dramático, también era crucial para retratar mejor los estados de ánimo que ayudan a contar mejor la historia que pretende el programa. Así 'Un, dos, tres' estaba cargado de imágenes de la expresividad de la grada. La sorpresa, el susto, la vergüenza... cada historia del espectáculo se comprendía mejor gracias al contraplano de los asistentes. La propia grada de público estaba detrás de la mesa de la subasta para que la audiencia sintiera en cada instante la viveza de los asistentes a la grabación.

Una vez, Serrador fue capaz de plantar a Miguel Bosé a cantar completamente solo 'Amante Bandido' en el gran Estudio 1 de Prado del Rey. El decorado estaba vacío. Sin ballet, sin músicos, sin nada. Pero la actuación fue icónica. Serrador dibujó el relato a través del choque de la carismática expresividad del cantante y las reacciones de sus fans, sentadas en esa legendaria grada del público. No hacía falta más para hacer una estampa adictiva, simplemente un número musical con un concepto visual rotundo. 

En cambio, los planos de reacción del público están en desuso en nuestra televisión actual. Se muestra qué gesto interpretan los jurados en talents shows como 'Tu cara me suena' o 'La Voz' aunque el público, salvo excepciones interesantes como 'Ahora caigo', 'Got Talent' o 'Sálvame', suele quedarse anulado por un plano general prototípico. Error, pues en cualquier tipo de programa el espectador quiere contagiarse del ambiente a través del encuadre detalle de la cándida mirada de los asistentes a la grabación.

Paradojas. Ahora que no puede acudir público a los platós, 'OT' ha enriquecido sus galas con esa reacción próxima de la espontaneidad de los fans que tan bien define a un talent que ha crecido gracias a la presencia inteligente en las redes sociales y plataformas como Youtube. Audiencia que se observa mejor que cuando abarrotaban los fosos del decorado. Es más, su presencia virtual crea curiosidad para ver qué hacen en sus casas. No sólo se ve cómo actúan los concursantes, también se puede curiosea cómo viven el show otros seguidores del programa que son como el propio espectador.

Lo que recuerda la importancia de crear atmósfera en los programas con los detalles y no tanto con las generalidades. Menos planos generales con una olvidable masa insípida de gente ovacionando y más primeros planos detalle con el superpoder de la comunicación no verbal que no se puede prefabricar. Es probablemente la imagen que mejor transmite la empatía de la emoción en televisión. Y sin necesidad de recalcar palabras.

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