OPINION

Las surrealistas campanadas de Irma Soriano en Youtube y lo que plasman de la televisión en España

Irma Soriano, campanadas en Youtube
Irma Soriano, campanadas en Youtube

Irma Soriano ha vuelto a dar las campanadas. Tal acontecimiento lo comunicó hace semanas con gran pompa y una apoteósica felicidad, casi como si se tratara de un fichaje por parte de una cadena nacional. Pero la cruda realidad es que Irma ha retransmitido las doce uvas en directo a través de su canal de Youtube y desde su propio salón, delante de un inquietante cuadro rodeado de luces de Navidad. Todo muy cañí, como es ella.

Una emisión que puede realizar cualquiera desde su casa. Aunque, claro, cualquiera no es Irma Soriano. De hecho, Irma lo ha vendido como si fuera elegida para el puesto de Anne Igartiburu. Hasta ha mostrado en prolégomenos cómo se preparaba su vestido.  

Irma lleva más de un año creando contenidos en un canal de Youtube que llama Irmalaarma. Ahí muestra su vida cotidiana, demostrando que no ha perdido ni un ápice de ese desparpajo televisivo con el que conquistó a Hermida. Su instinto sigue intacto. 

Pero, a la vez, su canal de Youtube dibuja de forma latente lo injusta que es la televisión con sus presentadores cuando van creciendo. Pocos, muy pocos, se mantienen en la pequeña pantalla. De la noche a la mañana la reputación de un comunicador puede torcerse en 'desfasado' y 'viejuno'.

Salvo sabias excepciones, da la sensación de que la experiencia no es un grado en la televisión. Irma Soriano trabajó en la SER con Gabilondo, destacó en TVE con Hermida, fue fichada para ser la gran presentadora de Antena 3, marcó a varias generaciones desde Canal Sur...  Pero no hay hueco para todos. Pero ella ha intentado mantenerse. Incluso ha participado en Gran Hermano. Flaco favor fichar por determinados realities, ella misma ha declarado en el podcast de La Información 'La Cabina', que 'Gran Hermano adormecía las neuronas'. Y es que 'GH' no es igual que jugar en 'MasterChef'. Aunque todo es depende como se haga. 

Decía Chicho Ibáñez Serrador que el que no sale en televisión no existe. Eso ya no es así. Hay otras ventanas y están al alcance de todos. Otra historia es que se pueda vivir de los ingresos de Youtube. Pero Irma ha vuelto a dar las campanadas porque ella misma lo ha hecho posible. Y la idea le está dando la relevancia de la visibilidad. Por curioso, por inesperado, porque nos identificamos con los que intentan reinventarse.

Pero, tal vez, el resultado del experimento ha tenido un punto de desolador. Aunque el show empezara con un gag, el nervio del directo ha propiciado que Irma se lo tomara demasiado en serio y se ha proyectado una intensa solemnidad que quedaba rara desde el salón de su casa. Hay que relativizar, como hace habitualmente la propia Soriano en los vídeos de su canal de Youtube. Pero no sucedió en la emisión online de esas doce uvas que plasmó más la pena de la frustración que la felicidad de un nuevo año, mientras en el chat los usuarios gritaban que el reloj de Irma iba adelantado y que la presentadora estaba celebrando el ¡feliz 2020! antes de tiempo. Pero da igual. No tener miedo a la imperfección es una gran virtud. Que la adversidad no frene la aspiración. E Irma quería dar la campanada. Lo ha logrado sin medios, pero con su carácter.

Al final, su canal retrata lo volátil del oficio de comunicador. La televisión se fija en modas y es muy fácil quedarse fuera de la ola. Rápidamente etiquetamos de antiguos a profesionales que fueron tendencia. Hay que hacérselo mirar porque no siempre es justo: el bagaje hay que valorarlo siempre y hasta puede ser una oportunidad para el futuro de las cadenas. Por lo que sea, Irma ha sufrido esta resaca de la vida después de la fama en primera línea de la tele, pero sigue siendo una valiente porque continúa persiguiendo sus ilusiones. Con constancia, emprendiendo, adaptándose a lo nuevo y hasta permitiéndose equivocarse.

Borja Terán.

Mostrar comentarios