ANÁLISIS

Paquita Salas: cuando la vida del personaje crece más allá de lo que se ve en la serie

Javier Calvo y Javier Ambrossi son creadores con una visión para mantener prendida la mecha de sus creaciones. Lo han demostrado con la obra teatral 'La Llamada' y, ahora, con 'Paquita Salas'.

Paquita Salas posa en la portada de su libro de memorias.
Paquita Salas posa en la portada de su libro de memorias.
Borja Terán

Javier Calvo y Javier Ambrossi han lanzado en el mundo editorial 'Paquita Salas. Supervivientes', las memorias de la representante de actores más conocida de nuestro país. Las Navidades se acercan y este libro será un infalible regalo para los fans de la serie. Pero para la industria audiovisual esta publicación representa cómo la veterana manager a la caza del talento 360, al final, se ha convertido ella misma en un producto 360. Porque Paquita es un excelente ejemplo de las posibilidades de versatilidad del actual negocio de la televisión.

Porque Paquita Salas tiene más vidas que las de las temporadas de la serie. El acierto está en plantear a este personaje protagonista como una persona real más. A veces, es fácil hasta olvidar que es una creación de ficción porque Javier Calvo y Javier Ambrossi no se quedaron en planificar a Paquita desde la superficialidad del tópico y han ido dibujando todo su recorrido viral desde los rincones de las motivaciones emocionales. Ahí también es importante la función de Brays Efe, como intérprete, enriqueciendo a Salas desde sus sensibilidades vitales. No es un personaje diseñado desde lo superficial de los prejuicios que mueven el mundo en el efímero ahora, Salas se sustenta más en los recovecos existenciales que nos hacen cómo somos. Así se logra la empatía. Así se cimentan vínculos de familia entre espectador y personaje. Porque Paquita es un referente vivido. Aunque no exista. 

Y este tipo de personajes son los que propulsan el universo audiovisual transmedia en el que estamos inmersos si sus creadores les dejan volar casi como un hijo que se va de casa de los padres. Desde el principio, Paquita Salas ha ido teniendo redes sociales propias. Instagram, Twitter... en las que participa. No son cuentas pensadas para caer en el spam tradicional de autobombo, son perfiles que promocionan desde la primera persona de la propia protagonista. Es ella misma, con todas sus consecuencias. Es una más y lanza pullas sobre la actualidad a golpe de tuit como una más, cuando toca. De ahí que a Netflix le interesara Paquita Salas también por su aporte de visibilidad en su estrategia de marketing en redes sociales. Su carácter imperfecto humaniza a la compañía bajo demanda con esas brillantes ingenuidades del ego de la vieja gloria que intenta aprender de un mundo viral al que ha llegado tarde. 

Y ahora Paquita Salas saca libro de memorias. Y Los Javis vuelven a jugar con ese viejo juego de entremezclar ficción y realidad sin medias tintas. Que de verdad se sienta que el personaje está ahí detrás, maquinando, con mucho contado pero, también, con mucho latente escondido para que el público puede imaginar a su gusto. Esto último, siempre es un plus en los medios de comunicación. No hay que darlo todo tan masticado como se piensa.

La propuesta publicada en 'Paquita Salas. Superviviente' es una historia muy visual, cargada de cameos como la propia serie a través de un formato de ilustraciones en modo cómic que, en este caso, podrían recordar a las viejas fotonovelas. Todo intercalado de curiosidades, donde destacan las recetas de cocina de la propia Paquita. Un personaje tan transmedia que podría si quisiera hasta acabar participando en 'Masterchef Celebrity.' Lo que representaría lo transmedia en su máxima expresión: cuando la serie se puede expandir no sólo por diferentes ventanas de interacción y emisión y también podría indagar en distintos formatos.

Porque es la grandeza de Paquita Salas. Incluso cuando no hay serie, ni se sabe muy bien cómo regresará, se mantiene su mecha prendida. En este caso, abriéndose Calvo y Ambrossi a este libro en el negocio editorial que, a la vez, demuestra su mirada amplia y astuta del mundo empresarial. 

Personajes como Paquita Salas no se agotan tan fácilmente, pues representan a la verdadera historia de esa España reciente que creció en una sociedad marcada por una malentendida obsesión por el éxito y, al mismo tiempo, por un malentendido miedo al fracaso. Todos somos un poco Paquita. Ahora ella está desaprendiendo esa cultura. Paquita quiere seguir equivocándose para no dejar de ilusionarse en lo cotidiano. Y mejor si lo hace comprometida con su sociedad. Porque si ha demostrado algo Paquita es que el entretenimiento transciende con más fuerza, hasta alzarse casi como inmortal, si aporta experiencias útiles, críticas, irónicas, inspiradoras a su audiencia. Ese es su triunfo. Paquita Salas es un tragicómico personaje real que, por tanto, puede tener tantas oportunidades como cualquier referente social más. Aunque, en este caso, tuviera mimbres para ser sólo un meme con el que echar unas risas. Javier Calvo y Javier Ambrossi no se han quedado ahí, claro. Demasiado obvio para su talento.

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