OPINION

EEUU echa a Burger King de Afganistán

mcchrystal
mcchrystal

Burger King cierra las puertas en Afganistán. Y Pizza Hut. Y Friday's. ¿Es que a los soldados norteamericanos no les gusta más su comida rápida, sus hamburguesas, sus pizzas, sus fingers de queso? Todo lo contrario. Les encantan. Es más, es en lo único que piensan cuando vuelven de una misión por tierra o por aire.

Y ese es precisamente el problema: que les gusta tanto que han convertido la guerra de Afganistán en un Parque de Atracciones. Así lo confesó un militar norteamericano para justificar una decisión tomada por el general Stanley McChrystal, comandante de las tropas norteamericanas y de la OTAN en Afganistán

"No más helados ni comida rápida", decía una información del periódico británico The Times. Hace tiempo, McChrystal ya lo había prohibido en la base norteamericana de Kabul y ahora quiere que la prohibición se extienda a todas las bases de la OTAN.

Algunos de esos sitios están tan bien surtidos por las marcas norteamericanas que en lugar de una guerra, uno piensa que está en un "mall", los célebres centros comerciales de EEUU. Por ejemplo, confiesa el diario británico, que el fabricante de gafas de sol Oakley tiene una tienda en una base norteamericana.

También hay empresas de comida rápida como Subway, célebre por sus perros calientes, y hasta un concesionario de Harley Davidson, para que los militares compren motos libres de impuestos. Todas ellas fuera, ha dicho McChrystal.

McChrystal se ha ganado la fama de tipo duro. Y debe serlo. El diario británico afirma que este general de 55 años duerme cuatro horas, corre 12 kilómetros al día, come una vez cada 24 horas y ha prohibido el alcohol en su cuartel general.

Todas estas decisiones no han gustado en la retaguardia, pero han encantado a los que están en medio de misiones, porque mientras a ellos no les llega ni agua, ni comida, ni municiones, los chicos del cuartel se lo pasaban en grande con sus Whopper. Eso se acabó.

Una de las causas de esta decisión fue motivada por la sibarita manía de algunos pilotos que, tras dejar unas bombas de recuerdo en las montañas del país afgano, volvían a sus bases y aprovechaban para hacer pedidos de sus pizzas preferidas por la radio del supersónico. Lo hacían para no perder tiempo, claro.

Mostrar comentarios