OPINION

¿Qué es el leninismo 3.0 y cuál es la ideología de Podemos y de Pablo Iglesias?

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¿Leninismo 3.0? Las redes sociales se cachondearon del término cuando apareció.

Lo bautizó Felipe González para definir la ideología de Pablo Iglesias y Podemos. Pero, ¿por qué leninismo? ¿Por qué 3.0?

El leninismo en realidad es una mezcla de ideología y de estrategia. Vladimir Lenin se dio cuenta de que el comunismo propuesto por Marx y Engels no se impondría por la fuerza de la gravedad, es decir, por el conflicto histórico entre propietarios y desposeídos, o de la lucha de patronos y obreros. Lenin pensó que en lugar de esperar, era mejor darle un empujón y por eso ideó un Partido Comunista que sería la vanguardia de la lucha obrera.

Ese Partido estaría formado por trabajadores con 'conciencia de clase' que organizarían la lucha mediante una estrategia de conquista del poder. El Partido Comunista aplastaría al capitalismo, y sobre todo, al imperialismo, que era la expresión más alta del capitalismo. Implantarían la dictadura del proletariado y con él llegaría la organización obrera en forma de soviets, o consejos. Al final, logró sus fines: conquistó el poder e imperó en la URSS durante 70 años, tratando de exportar su revolución a todo el mundo usando los Partidos Comunistas.

Pero, ¿qué ha pasado con los Partidos Comunistas del planeta? Digamos que han perdido su fuerza en la mayoría de los países desarrollados precisamente porque se han desarrolado y son prósperos. Los partidos comunistas se han quedado como algo testimonial. En España, desde que llegó la democracia, el Partido Comunista (englobado ahora en Izquierda Unida), no ha pasado del 10% de los votos.

Hasta los sindicatos de clase han perdido su fuerza.

Durante mucho tiempo, Pablo Iglesias como profesor de políticas estuvo dando vueltas a la idea de conquistar el poder en un siglo con poca conciencia revolucionaria y menos aún de clase.

Iglesias, Errejón y Monedero buscaban fórmulas para conquistar el poder (o asaltar el cielo, como les gusta decir) con nuevos medios. ¿Cómo hacerlo? Empezaron a leer a un ideólogo marxista argentino llamado Ernesto Laclau.

Laclau había confirmado con desilusión que el pensamiento de la izquierda solo cosechaba "desilusiones y fracasos": desde la Europa del Este hasta Camboya (aún no había caído la URSS). Además, en Occidente había una inmensa clase media sin mucho espíritu revolucionario.

"Lo que está actualmente en crisis es toda una concepción del socialismo fundada en la centralidad ontológica de la clase obrera", escribiría Laclau. Pero se dio cuenta de que no todo estaba perdido porque en las sociedades modernas habían surgido nuevos movimientos anti sistema como el ecologismo, el feminismo, el antimilitarismo, los antinucleares, las iniciativas progays y lesbianas... Todo ese maremagnum fue metido en una coctelera a la que llamó el postmarxismo.

Escribió Hegemonía y Estrategia Socialista (se puede conseguir en internet fácilmente), y propuso crear un populismo de izquierda que aprovechase todos esos movimientos y muchos más, aún sabiendo que no tenían mucho en común los gays con los antinucleares. Había que encontrar esos lazos en común y una de las vías era fijar un discurso común, y establecer un enemigo común: la casta.

Era difícil pensar que en España, país de clase media y cuarta potencia europea, pudiera ponerse algo así en marcha. Hasta las clases obreras ya eran clase media.

Pero llegó la crisis de 2008. Las clases medias se empobrecieron y encima estaban muy cabreadas por la corrupción. Esas clases medias empobrecidas podían ser el nuevo poder revolucionario. Había que conquistarlas. Pero en lugar de hacerlo mediante reuniones, comunas o conspiraciones, o un nuevo Partido Comunista (Izquierda Unida revisited), había que hacerlo con los nuevos medios: las redes sociales y sobre todo la televisión. El concepto 3.0 es el que se usa para expresar cómo hoy los usuarios ejercen su poder a través de internet, el nuevo medio de masas del pueblo. Opinan, discuten, hablan, se relacionan, presionan...

El 15M fue el gran laboratorio de pruebas. Un laboratorio espontáneo. Aquellas jornadas de mayo de 2011, un movimiento tomó la Puerta del Sol y se manifestó pacíficamente contra el sistema, agrupando a sectores sociales dispares. Solo tenían en común una cosa: crítica a la vieja política, a los viejos partidos, a las viejas costumbres. Desde jóvenes en paro y sin futuro, hasta los afectados por las hipotecas, todos confluyeron en el 15M sin un plan. Era hora de poner en marcha las tesis de Laclau, mezclando medios de masas, redes sociales y agitación.

La hegemonía se conquistaba llegando al pueblo usando los medios de masas modernos, agitados por intelectuales avanzados y revolucionarios, algo que habría aplaudido hasta el padre ideológico de Laclau, el fundador del Partido Comunista Italiano Antonio Gramsci.

La primera fase salió bastante bien a Podemos. En las elecciones europeas de 2014, Podemos se convirtió en la cuarta fuerza política en España. Para captar 1,2 millones de votantes se basó en un discurso muy de izquierdas: bajar la edad de jubilación, crear un salario universal, negarse a pagar la deuda...

El próximo paso tenía que ser la conquista de ayuntamientos y comunidades autónomas en las elecciones de mayo de 2015. Pero con ese discurso de izquierda radical no se avanzaba mucho de modo que, reinterpretando a Laclau (no hay marxista que no reinterprete), trataron de crear un discurso para esas clases medias empobrecidas donde se les daba una causa común, y un enemigo común: la casta.

Podemos suavizó sus planteamientos (el post-postmarxismo podríamos decir), abandonó las ideas de jubilación a los 60 años, dejó de negar la deuda  y se lanzó a la conquista del 'centro del tablero' según sus propias palabras. Es decir, usó un lenguaje más moderado pero siempre social. Además, los dirigentes se dieron cuenta de que se podía lanzar un discurso transversal para los nacionalistas, de modo que crearon el concepto de la 'España plurinacional'. Eso era lo que Laclau llamaba 'la hegemonía': lograr consenso de muchas fuerzas en un proyecto común.

Eso es el leninismo 3.0: ideología marxista semi-escondida, discurso de la rabia contra los viejos partidos, alianzas con los cabreados, los nacionalistas y los antisistema, y hábil uso de los medios de masas mediante la oratoria. Podemos tuvo éxito: entró a formar parte en coaliciones transversales en ayuntamientos y comunidades. Quizá menos de lo que esperaban pero ya era más poder.

Quedaban las elecciones generales. El uso de la televisión por parte de sus excelentes oradores, la suavización del discurso para crear alianzas transversales y el cabreo de las clases medias empobrecidas hicieron el resto. Ha sido el tercer partido más votado, si bien, es un partido lleno de alianzas algo inestables.

http://youtu.be/o-5xxX9l0v4

Pero, ¿son leninistas? Lo son hasta la médula. Marxistas-leninistas. El video donde Errejón e Iglesias cantan la Internacional puño en alto junto a un estandarte de Lenin que se ve arriba es la prueba más incuestionable.

El problema es que no se puede decir muy alto. Prefieren ocultar eso, o reírse si alguien les acusa de leninistas.

Pero cualquiera que analice su discursos, sus tesis doctorales, sus artículos, charlas, ensayos, videos, clases y escritos concluye que Pablo Iglesias y Errejón son marxistas-leninistas. Errejón escribió un admirado obituario en Público en 2014, cuando falleció Laclau, su padre ideológico, marxista o post marxista. Pero Errejón lo calificó de 'teórico de la hegemonía'.

Iglesias, como Lenin, tiene la idea de que el sistema -el parlamento, los medios de comunicación, las instituciones– está corrompido por el capitalismo y el imperialismo, y su misión es conquistar el poder para limpiarlo. Su idea de la democracia no es la misma que la de otros partidos burgueses. No se trata de presentarse a unas elecciones y ganarlas o perderlas de vez en cuando. Se trata de, como diría Laclau, "radicalizar la democracia".

Si toma el poder, Podemos será el poder. No se irá de allí ni con aguarrás porque sus ideólogos tienen que cumplir una misión. La hegemonía. ¿No era lo que decía Chávez?

Para Iglesias, la verdadera democracia es la expresión del pueblo revolucionario socialista a través de un movimiento transversal con ambiciones hegemónicas, y no la expresión burguesa de diferentes partidos políticos que, cuando pierden, llaman educadamente por teléfono"para felicitar al ganador".

Eso nunca.

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