OPINION

Rajoy emplea la misma táctica que este general romano: paciencia

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Una de las historias de romanos que más impresionó de pequeño fue la del general Quinto Fabio Máximo.

En el año 217 antes de Cristo, un enorme ejército cartaginés capitaneado por Aníbal se acercaba a Roma. El Senado había enviado tropas para desbaratarle pero fueron  derrotadas en la batalla del Lago Trasimeno. Los cartaginenses apresaron a 10.000 romanos y se quedaron con sus armas. La temible Cartago tenía el camino abierto hacia la capital del Imperio.

El Senado entonces escogió al general Quinto Fabio Máximo para que les hiciera frente. Le nombró dictador, un cargo que solo duraba meses. El problema era que Roma no tenía tropas para detener a los cartaginense de modo que Fabio tomó una decisión vergonzosa: rehuir la batalla campal.

En lugar de atacar directamente, el general romano prefirió mantenerse a una prudente distancia de los cartaginenses, atacar y retirarse. Los romanos se retiraban a las montañas y vigilaban a sus enemigos. Solo atacaban a los rezagados.

En Roma, al conocerse la noticia de esta táctica, los ciudadanos criticaron al general Fabio: cobarde, lárgate, eso no es Roma, dimite, solo quieres mantener el mando. Sufrió incluso rebeliones y desafíos.

Fabio se mantuvo en su táctica sin fisuras. Dejó exhaustos a los ejércitos de Anibal. Luego, acabó su mandato y se retiró. Pero cumplió tan bien con su misión que le llamaron Fabio Cunctator, Fabio el Contemporizador, es decir, el que espera, el paciente. Los poetas escribieron: "Unus homo nobis cunctando restituit rem" (un hombre, por su demora, nos restauró el estado).

Cuando veo la táctica de Mariano Rajoy, me imagino la misma que la de Fabio Cunctator. Esperar. Ser paciente. El general del PP lleva esperando desde el 20D su momento para demostrar que puede seguir siendo presidente. Periodistas, enemigos, miembros de su partido, ciudadanos y votantes ya lo daban por muerto, así como desconfiaban de su estrategia.

Hoy leo en los periódicos que la táctica de Mariano parece que está triunfando y que va a cumplir sus fines.

No sé si a última hora habrá un pacto de la izquierda. No sé si habrá coalición PP-PSOE. Pero cada vez que veo la cara de Rajoy, pienso en ese paciente general romano que desgastó a sus enemigos con una táctica sencilla: esperar.

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