OPINION

Si el estado de alarma no hubiera funcionado, ¿había plan C?

Ayer estuvo César Cabo en lainformacion.com. El protavoz de Usca, el sindicato de controladores, habló a título particular en un video que publicamos hoy. Fueron 26 minutos, reducidos a cuatro. Muchas cosas se quedaron en la cinta porque decidimos concentrarnos en algo que llamó nuestra atención.

En la mañana del sábado, después de declararse el "estado de alarma", los controladores seguían reunidos y no querían dar marcha atrás. A las 13.00 hubo una reunión crucial con su presidente, y luego comenzaron a aflojar. Por la tarde la situación recobró la paz y los aviones partieron poco a poco.

En las entrevistas realizadas a los portavoces durante estos días, ellos decían que no fue el estado de alarma quien les empujó a ceder, sino la intervencion de su presidente Camilo Cela, sobrino del insigne escritor.

Nadie les creyó. Era un farol. El estado de alarma. Eso fue lo que les intimidó, pensamos todos.

Pero ayer César Cabo estuvo explicándonos durante buen rato, ante las cámaras y fuera de ellas, que, en contra de lo que se piensa, fue el estado de alarma decretado por el gobierno lo que encendió aún más la ira de los controladores, y que estaban dispuestos a lanzarse al precipicio: todo o nada. "Cuando entras en un carril, ya a la gente le da igual perder su casa, acabar en la cárcel, perder su carrera, perderlo todo con tal de defender su dignidad profesional".

Cabo explicó que en esas horas de sábado, después de haber sido militarizados, con el espacio aéreo cerrado, y todo el país en su contra, los controladores se tomaron el estado de alarma como un desafío y llegaron a plantear su gran apuesta: ir hasta el final. A muerte.

Era sorprendente que, a pesar de todas estas medidas, a mediodía del sábado los periodistas sabíamos que los controladores no estaban dando marcha atrás. El estado de alarma se anunció entre las 11 y las 12 de la mañana. Desde la noche anterior los militares estaban en las torres de control. Pero a las 13.00 horas todo seguía igual. Y a media tarde todavía no estaba clara la situación

Cabo no sabe cómo habría terminado esta crisis si el sindicato no convence a los controladores, pero uno se imagina por sus ojos que temía lo peor. Porque hay un momento a partir del minuto 1.23 en que Cabo insiste en que si el presidente de Usca no interviene, la situación no se habría detenido a las 13.00 horas de sábado. Se habría llegado a un final diferente. Entonces, aparta los ojos, mira a su jefe de prensa y se queda conmocionado. Los ojos le brillan.

Eso nos hizo reflexionar. El gobierno ha ganado esta batalla, y la opinión pública le apoya. Pero una vez esfumado el humo de los disparos, la pregunta es ¿se arriesgó demasiado? ¿Qué habría pasado si los controladores, una vez perdida la cordura, se hubieran comportado como enajenados, como esas veces en que un colectivo está aprisionado en sus barricadas, y que cuando escucha las detonaciones, se enarcede aún más? ¿Qué habrían hecho los militares? ¿Tenían un plan C?

Hace unos días, publicamos un artículo sobre qué había hecho bien y qué había hecho mal el gobierno. Una de las cosas que nos intrigaba era el tejemaneje con los Boletines Oficiales del Estado: en la tarde del viernes se publicaron dos. El primero no era claro. El segundo era contundente contra los controladores. También lo comentamos en otro artículo, diciendo que estaban pasando cosas muy raras.

Cabo se preguntaba qué razón tenía el gobierno para pasar de puntillas por el asunto más importante del día en el consejo de ministros, y luego publicar un contundente BOE que aprobaba todo lo que no había sido capaz de decir en meses de negociación.

Hoy que el presidente de Gobierno comparece en el Parlamento, nos gustaría conocer la respuesta a estas preguntas.

Por ejemplo:

1. ¿Tenía previsto el gobierno en su escenario llegar al estado de alarma?

2. Y si ese estado de alarma no hubiera funcionado, ¿qué habría hecho?

3. Una vez pase el estado de alarma y se desmilitaricen los aeropuertos, ¿piensan llegar a un acuerdo con los controladores?

4. Si llegan a un acuerdo, ¿querrán explicar a la opinión pública en qué se diferencia de anteriores acuerdos con los controladores?

5. ¿Por qué el gobierno no ha sido capaz de cerrar un acuerdo con los controladores este año?

Lo más preocupante de todo esto es que el problema no está resuelto. Los controladores ya han manifestado que una vez pase el vendaval quieren sentarse con el gobierno y negociar por fin su convenio colectivo. Tendrán que asumir que no pueden exigir ciertos privilegios. La culpa principal del caos aeroportuario del fin de semana pasado es de ellos. La opinión pública está contra ellos. Tendrán que firmar la paz porque el gobierno, el país y ellos mismos lo necesitan.

Pero piensen un poco: después del caos, de la militarización, del estado de alarma, y de los expedientes abiertos a los controladores, de las denuncias de la fiscalías, el problema no está resuelto todavía. Está como al principio.

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