El PP teme el tripartito... de Rivera

La campaña electoral ha empezado dominada por el convencimiento de que no habrá mayoría absoluta y para llegar al Gobierno se exigirán coaliciones. El PP está convencido de que sólo con un resultado importante (cerca de 140 escaños) hará Gobierno sin discusión.Eso supondría casi 40 escaños más que el segundo. En caso contrario necesitará los votos de Ciudadanos (C's) para seguir en el ejecutivo. El PSOE, por contra, cree que no ganará al PP -lo anuncian todas las encuestas- y sólo podrá llegar al Gobierno si engancha a C's y Podemos.

En consecuencia, Pedro Sánchez ha ofrecido a sus posibles compañeros de coalición la oportunidad. Su argumento es que esa será la única posibilidad de echar al PP del poder. Es decir, que su programa pasa por sacar a los populares a los que achaca todo tipo de males.

La pretensión de Sánchez solo se puede dar si el es segunda fuerza. Si C's le superase, entonces la oferta de todos contra el PP debería correr a cargo de Albert Rivera. Sin embargo, el líder de Ciudadanos mantiene silencio ante las ofertas de unos y otros. No quiere comprometerse. Pero la tentación de llegar a la Presidencia, si consigue ser la segunda fuerza en escaños, es muy fuerte. Ya lo dijo el viejo político italiano Andreoti, "el poder desgasta, pero más desgasta no tenerlo".

Las oportunidades llegan cuando llegan y muchas veces te arrepientes de no haberlas aprovechado. Así que Ciudadanos puede verse arrastrado por el imán del poder.

Por eso los primeros mensajes del PP son alertando de la posibilidad de que C´s utilice sus votos para desalojar del Poder al PP, si tiene los escaños suficientes junto con los otros dos partidos nacionales de izquierda e, incluso, con la ayuda de IU. Para los populares todo lo que no sea que gobierne la lista más votada es espúreo.

El argumento con que el PP empieza la campaña es atacando a C`s porque se está nutriendo de exvotantes populares. No es que el PP esté en desacuerdo con sus postulados de C's, es porque el PP piensa que perderá el poder si Rivera cae en la tentación tripartita.

Así que contra la lógica de empezar la campaña electoral con la exposición de cada programa, se ha iniciado con la denuncia de las posibles hipótesis de coaliciones tácticas post-electorales de los contrarios. Ya no se trata de ganar, sino de coaligar. Cada partido sabe que necesitará el apoyo de otros para gobernar, y temen que los demás se unan contra él.

Así que el votante, antes de meter su papeleta en la urna debe ser consciente que da votos que pueden acabar apoyando las consignas más extravagantes. Sino que se lo digan a los enfadados con el PP, que en las elecciones municipales que votaron a VOX, por ejemplo, y acabaron con Carmena de alcaldesa.