OPINION

Las engañosas zanahorias del PP de Casado

Pablo Casado, líder del PP, en sesión de control en el Congreso
Pablo Casado, líder del PP, en sesión de control en el Congreso
PARTIDO POPULAR

En esta campaña electoral estamos teniendo una sobredosis de populismo fiscal. Aquí tenemos tanto la versión del PSOE, como la del PP. La versión socialista consiste en prometer todos los gastos imaginables… que sólo pagarán las grandes empresas y grandes fortunas. En concreto, Pedro Sánchez pretende pasar del 38,5% de presión fiscal (último dato de 2018) a un 44%. Esto supone incrementar la recaudación total de impuestos y cotizaciones sociales un 5,5% del PIB, unos 66.000 millones de euros. Esto ya no es que sea imposible sólo subiendo impuestos a grandes empresas y grandes fortunas, sino que incluso con una enorme subida generalizada e indiscriminada de impuestos, como la que hizo el PP en 2012 y 2013 tampoco sería posible. Pero de eso, del coste de los decretazos electorales, y de la versión "irresponsabilidad fiscal y dos huevos duros", que propone Podemos hablaremos otro día.

Por su parte, el PP también se ha echado en brazos del populismo fiscal. Aquí Casado propone rebajas fiscales, "inmediatas", que simplemente no se pueden pagar. La propuesta del PP de eliminar los impuestos de patrimonio, sucesiones y donaciones y actos jurídicos documentados tendría un coste superior a los 5.000 millones de euros. Además, una rebaja del IRPF similar a la reversión del subidón fiscal de 2012, que hizo el PP en 2015 y 2016, no costaría menos de 6.000 millones de euros (la original de 2015 y 2016 tuvo un coste de 8.542 millones de euros). Por último pasar del 25% de tipo en el impuesto de sociedades a menos del 20% no saldría por menos de 6.000 millones de euros. En conjunto, las "zanahorias" que propone el PP costarían no menos de 17.000 millones de euros. El efecto inmediato sería volver al procedimiento de déficit excesivo, una multa de la Unión Europea, y la pérdida completa de credibilidad de las finanzas públicas españolas…

Y sí, hoy hablamos de zanahorias, zanahorias electorales. Las zanahorias son las rebajas de impuestos, según la conocida definición del exministro Montoro, que decía que había que dejarlas para las elecciones. Sin embargo, estas zanahorias, al igual que las del PSOE, son completamente engañosas: el PP no rebajará todos estos impuestos. Y no sólo porque no den las matemáticas, es que simplemente no tiene intención alguna de hacerlo. La única rebaja real de impuestos de las dos últimas legislaturas ha sido la rebaja del IRPF a 3 millones de contribuyentes, por la que los mileuristas no pagan ya IRPF, que impuso Ciudadanos como condición inexcusable para apoyar los presupuestos de 2018. Pero salvo eso, cuando el PP de Casado ha tenido oportunidad de rebajar los impuestos, ha votado en contra, e incluso ha intentado subirlos por la puerta de atrás.

Éste es el caso de la zanahoria de la rebaja del impuesto de las hipotecas, que ahora formalmente pagan los bancos, pero que, obviamente, están repercutiendo a los clientes. Eso sí, los partidos de izquierda critican que el PP quiera rebajar el impuesto cuando ahora lo pagan los bancos. Una crítica que no tiene ningún sentido económico, pero quizás la mejor crítica posible, cuando casi lo único que han hecho el PP, el PSOE y Podemos con los impuestos a las hipotecas, como con tantos otros tributos, es subirlos…

Y es una crítica que no tiene sentido porque en una transacción da lo mismo económicamente dónde coloques al sujeto pasivo. Todos tenemos claro que pagamos el IVA y que si nos suben o nos bajan el IVA esto nos afecta directamente como consumidores y, sin embargo, todo el IVA lo pagan las empresas. Por tanto, que sea la Banca o el cliente el que formalmente pague el impuesto da bastante igual en cuanto a quién efectivamente soporte económicamente el coste.

Ahora bien, el PP proponía antes que las hipotecas relativas a la primera vivienda no pagasen el impuesto de actos jurídicos documentados, y ahora propone eliminar el impuesto, lo que cuesta más del doble de recaudación, unos 2.300 millones de euros. Pero, a la hora de la verdad, ¿que votó el PP? Pues el PP votó en contra de esta rebaja cuando era de verdad, y de haber ganado la votación, el impuesto de las hipotecas para la adquisición de primeras viviendas sería cero.

El pasado 21 de febrero el Congreso aprobó definitivamente la Ley de Crédito Inmobiliario. Aquí había múltiples enmiendas introducidas por la mayoría absoluta del PP en el Senado. Una de esas enmiendas se refería a dar una nueva redacción al artículo 29 segundo párrafo del texto refundido del ITP AJD para que el impuesto a las hipotecas, cuando se refiriese a primera vivienda tuviese tipo cero, es decir no hubiese impuesto. ¿Y qué pasó? Que mi grupo parlamentario, Ciudadanos, nos quedamos solos votando la rebaja de impuestos. Solos. El Grupo Parlamentario Popular votó en contra de su propuesta de rebaja de impuestos, como pueden comprobar en este enlace.

¿Por qué el PP votó en contra de su propia propuesta? Es importante, porque esto era de verdad. De haberse aprobado, ahora mismo -o, más exactamente, a los tres meses de la publicación de la ley en el BOE, que es cuando entrará en vigor la Ley de crédito inmobiliario- el tipo de actos jurídicos documentados sería el 0%. ¿Por qué votó en contra? Porque, como en la votación del artículo 29 párrafo primero hubo un empate, pensó que igual salía. Claro, como era de verdad, no podía ser que las comunidades autónomas perdiesen dinero.

Lo sorprendente es que el Partido Popular ha votado en contra de sus propias rebajas de impuestos cuando son de verdad; incluso en esa misma sesión del día 21 de febrero el PP trajo una subida de impuestos. ¿Por qué? Porque al eliminar la palabra "subjetiva", las novaciones y las subrogaciones quedaban sometidas nuevamente al impuesto, cuando tenían una exención fiscal desde 1994. Es importante, porque esta rebaja fiscal de 1994 permite, por ejemplo, la refinanciación de las deudas sin pagar el impuesto a las hipotecas.

¿Qué es lo que pasó? Pues bien, que advertimos al PP que llevaban una subida de impuestos, además particularmente nociva -que, según su portavoz en el Senado, la señora Arenales Serrano, se hizo por error- y toda la Cámara votó en contra de su subida de impuestos del artículo 45, pero el PP votó a favor de subir los impuestos, quedándose solos, como se puede comprobar también en este enlace. 

El líder del PP se pasa el día diciendo que va a bajar inmediatamente todos los impuestos, que es exactamente lo mismo que decían Montoro y Rajoy en 2011. Sin embargo, lo primero que hicieron en el primer Consejo de Ministros fue empezar a subir masivamente los impuestos. Nosotros pensábamos que no iban a ser tan rápidos -porque, entre otras cosas, el próximo presidente del Gobierno no va a ser Pablo Casado, sino Albert Rivera-, pero nos equivocábamos. Incluso desde la oposición y a los dos días de haber prometido bajar todos los impuestos, decidieron subir los impuestos y votar a favor en las votaciones decisivas para subir los impuestos.

Supongo que con este discurso, el PP quiere hacernos olvidar su historia. El PP es el partido que más ha subido los impuestos, por lo menos en la historia reciente de España. El propio Pablo Casado ha votado a favor de la subida del IRPF, del IVA, del IBI, del impuesto sobre sociedades, de los impuestos especiales. El actual líder del PP ha votado que sí a decenas de votaciones de subidas de impuestos por valor de 23 000 millones de euros y también a alguna rebaja, como la de la amnistía fiscal: rebajas solo para los defraudadores, para los demás subidas indiscriminadas de impuestos. Y esto no sólo es historia reciente, es simplemente lo que ha hecho el PP hace un mes, cuando las votaciones eran de verdad: votar en contra de sus rebajas de impuestos y a favor de subirlos por la puerta de atrás.

En fin, es mucho más importante lo que un partido vota, cuando la votación es de verdad y va al BOE, que lo que los líderes del partido dicen, especialmente cuando lo que dicen es simplemente imposible. El PP de Montoro y Rajoy era partidario de dejar las zanahorias para las elecciones. El actual PP de Casado es simplemente partidario de prometer zanahorias y luego votar en contra, o por lo menos es lo que hace. Desde Ciudadanos no hacemos promesas imposibles, y sobre todo, votamos a favor de lo que nos comprometemos porque creemos no se puede tratar a los españoles como conejos.

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