OPINION

Apple estrena su propia estación de metro en Chicago

El vecindario de Lincoln Park, en Chicago, está encantado con su flamante nueva estación de metro, gracias a una remodelación de 4 millones de dólares financiada enteramente por Apple. Una empresa como la de Cupertino es grande porque, además de productos, sabe vender experiencias como éstas.

¿Y qué hace una empresa como Apple cuando quiere abrir una nueva tienda junto a una estación de metro que está destartalada desde hace décadas? Pues además de construir su flamante centro, también remodela todo el entorno.

La parada de North/Clybourn, según el Chicago Tribune, estaba en tal mal estado y con tanta suciedad que la gente se bajaba una parada antes o después sólo para evitar lo desolado de la zona, lo que significa claramente un desafío para un nuevo punto de venta al por menor, donde lo que se trata es de atraer clientes.

La estación, construida originalmente en los años 40, no podía remodelarse debido al déficit galopante que arrastra la autoridad del tráfico ferroviario de Chicago, que alcanza los 178 millones de dólares.

Así que Apple firmó con Metro de Chicago que ellos se harían cargo de la reforma integral, a cambio eso sí, que su nombre luciera lustroso prácticamente en cualquier rincón de la estación. Y ya puestos, dejarían el camino entre los tornos del metro y su brillante tienda cubierto de baldosas amarillas, remodelando también la plaza y poniendo mobiliario urbano; ¡Y hasta una fuente!.

“Es el equivalemte a quitar la maleza del cesped del vecino, y encima, pagar al vecino por hacerlo”, afirma la periodista Mary Schmich, que asegura que la gente está emocionada con su nueva estación, hasta tal punto que en vez de dar gracias al cielo, o al alcalde, se lo dan a una manzana mordida.

Bien es verdad que, incluso si te gustan mucho los productos de Apple, la omnipresencia de la marca en todas partes puede asemejarse a un sistema de control mental; pero lo cierto es que han creado un espacio único, colectivo, vinculado a la ciudad, que hace que el transporte público resulte más atractivo en Chicago.

Apple, a la vista del éxito entre los vecinos de su iniciativa, ha solicitado que la parada sea cambiada de nombre y pase a llamarse "Apple Red Line". No está claro si eso va a ocurrir, pero la CTA, la autoridad de tránsito local, está considerando la venta de los derechos del nombre de sus estaciones para oxigenar un poco sus cuentas.

Así que ha acordado dar a Apple prioridad en el derecho de tanteo para hacerse con el nombre de su estación. Total, ya todo el mundo la conoce como la “estación Apple”...

Fotos: Flickr

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