OPINION

El pronóstico de huracanes puede hacerse con años de anticipación (y sin encomendarse a un mono tirando dados)

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En primavera de este año, el National Center for Public Policy Research, un lobby norteamericano dedicado a proveer soluciones de libre mercado a problemas actuales de las políticas públicas, apostó a que un mono tirando los dados acertaría el número de huracanes que nacerían este año en el Atlántico. Y lo haría con más precisión que los más prestigiosos organismos meteorológicos y climáticos del país.

Con el numerito del monito, un chimpancé llamado Doctor James Hansimian (que fue encarnado por "Kenzie", el mono de la peli “Speed Race”) querían denunciar la falta de fiabilidad actual en las predicciones sobre estos fenómenos meteorológicos.

Así, el "doctor Hansimian" había predicho que habría entre 6 y 8 huracanes en el Atlántico durante la temporada de 2010, que terminó el 1 de diciembre. ¿Es necesario encomendarse a un mono ex-actor para saber efectos climatológicos que puedan regir el devenir de nuestro planeta? Efectivamente, no.

La temporada 2010 ha sido extremadamente activa en grandes tormentas que recibieron nombre por su bravura. La temporada empata con la de 1995 y con la de 1887, con 19 sistemas bautizados, y con la de 1969 y 1887 en el cajón del segundo mayor número de huracanes, con 12.

Doce es el doble de lo que pronosticó el chimpacé tirando dados, así que el primate lo único que tiene es gracia, nada de insólitos poderes predictivos.

Ahora unos científicos británicos afirman que han desarrollado una manera de predecir el número de huracanes en el Atlántico, ya no sólo para el próximo año, sino con varios años de adelanto. Y utilizando en vez de animales visionarios un modelo informático denominado "Sistema de Predicción Climática Decenal" (DePreSys).

Según Doug Smith, un modelador del clima en el Met Office Hadley Centre, en Exeter, Inglaterra, la actividad de huracanes en el Atlántico aumenta y disminuye en un ciclo de varias décadas, y desde 1995 ha estado en una parte activa de ese ciclo.

Los investigadores han estado trabajando para separar las causas de este ciclo y para predecir cómo los cambios futuros, como el aumento de la temperatura superficial del mar, podría afectar a las tormentas. Con su método, consiguieron predecir en junio que el número de tormentas tropicales sería de 20 en diciembre de 2010, una más de las que realmente han ocurrido. Y comparando con todas las décadas anteriores, la estimación del ordenador sólo se desvió como máximo un 19% de lo que realmente ocurrió. No está nada mal para periodos de tiempo tan largos.

El equipo de Smith utiliza uno de los recursos más calientes de la modelización del clima: la predicción del clima decenal, que tiene como objetivo comprender como el funcionamiento del sistema climático varía en función de factores externos como los gases de efecto invernadero y las erupciones volcánicas.

Muchos investigadores piensan que el calentamiento global afectará a cómo se forman las tormentas. Si los niveles atmosféricos de dióxido de carbono se duplican en los niveles pre-industriales para el año 2100, como muchos esperan, “debemos esperar un aumento en la frecuencia de los huracanes más fuertes en el Atlántico, aproximadamente por un factor de dos para el final del siglo”, afirma el investigador al explicar su metodología, que aparece en el número de noviembre de Nature Geoscience.

Y es que ser capaz de predecir los patrones de los huracanes con años de anticipación no sólo transformará el conocimiento científico de estas bestias destructivas, sino que es probable que también cambie la forma en que la industria de seguros contempla estas situaciones de riesgo. Y, por supuesto, podría ayudar a las regiones más afectadas por los huracanes a prepararse mejor para la tormenta que seguro vendrá.

En abril del año que viene, el equipo de Smith planea pronosticar y publicar el número de huracanes que habrá en los próximos años. Y lo más probable es que tengan mucha más puntería que un mono tirando unos dados, de eso no cabe duda.

Vía Smart Planet

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